capítulo 11

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Tras años separados dos guardianes se habían reunido, Mark el señor de la noche y Carolina, la guardiana del bosque, estaban juntos en el templo. Había sido fácil reunir a dos guardianes pero necesitan a los otros dos si quieren una oportunidad contra el espíritu del aire.
Carolina estaba algo nerviosa, ya que casi nunca estaba cerca de los chicos y no sabía muy bien cómo actuar y comportarse, ya que su carácter era algo fuerte, aunque era muy dulce.
Mark seguía algo sorprendido por la noticia ya que podría haber imaginado cualquier cosa, pero ser un guardián era algo con lo que no se esperaba.

-Entonces, ¿Ahora qué? Esperamos a los otros dos guardianes, nos pegamos con el del aire y a casa ¿no? - dijo Mark sentándose en el suelo delante del maestro
-Es algo más complicado que eso Mark, aunque estéis los cuatro guardianes, la única que sabe luchar es Carolina y ella sola no puede con el espíritu del aire. - Dijo el maestro invitando a sentarse a Carolina - Necesitáis entrenamiento y eso no se da en dos días, tardaremos bastante, quizás un año - dijo el maestro pensativo
-Espera, yo no puedo estar un año sin trabajar, me van a echar a la calle y por muy señor de la noche quiero mi casa - dijo Mark algo alterado
-Es cierto que los tiempos han cambiado, antiguamente era un honor ser un guardián hoy en día es un chiste - dijo Carolina entrando en la conversación - Yo no puedo estar un año lejos de mi familia, hay que adaptarse a los tiempos maestro

El maestro se quedo pensativo unos momentos hasta que su expresión volvió a ser más serena.

-Tenéis razón y además el espíritu del aire aún no se ha manifestado, pero el deber es el deber y sobre trabajos y familia no os preocupéis. Vuestra familia vendrá aquí, se les dará alojamiento, trabajo y dinero - dijo el maestro levantándose - Si me disculpáis iré preparando eso

Carolina y Mark se quedaron a solas en la sala principal del templo. Carolina no sabía muy bien de qué hablar con él y Mark parecía distraído por algo.

-¿Cómo descubriste tus poderes Mark? - preguntó Carolina curiosamente
-Pues, bueno salía de trabajar y asaltaron a unas chicas y no sé cómo me transformé en una sombra - dijo Mark omitiendo detalles
-Ah, tú eres el asaltante borracho que pegó a esos chicos, ¿Verdad? - dijo Carolina riendo

Mark se molestó un poco por aquel comentario, no estaba muy orgullo de aquella forma de descubrir todo esto por una borrachera tonta con los amigos.

-¿Y de que trabajas? - preguntó Carolina sonriendo
-Trabajo como informático y aquella noche salía de trabajar - dijo Mark algo más calmado - ¿Y tú como descubriste tus poderes?

Carolina no sabía muy bien si debía contarle toda su historia o simplemente centrarse en aquella parte.

-Bueno, pues, un día con mi tía, me brotaron plantas de las piernas y brazos y mis padres se preocuparon y vinimos a ver al maestro y nos explicó todo - dijo Carolina algo inquieta
-Entonces... ¿tus padres conocen todo lo que vas a hacer?- preguntó Mark muy curioso
-Sí, mi familia es un tanto diferente - dijo Carolina levantándose - Si me disculpas tengo que practicar algo más

Carolina estaba muy incómoda con la mirada de Mark y tuvo que salir de la habitación antes de que siguiera hablando más de su familia. Mark se quedó en la sala esperando al maestro para hacerles algunas preguntas más.
Tras un tiempo esperando el maestro regresó con una carpeta bajo el brazo.

-¿Y Carolina? - preguntó sorprendido
-Salió a practicar - dijo Mark aburrido
-Bueno, ya hablaré con ella - dijo sentándose enfrente de Mark - Veamos, se que el trabajo es importante hoy en día, por eso te ofrezco esto - dijo el maestro dándole la carpeta a Mark

Mark abrió la carpeta que el maestro le dio y en su interior se encontró con todo su historial y un contrato para servir al templo en la lucha.

-Esto es diez veces lo que ganó ahora - dijo Mark sorprendido
-Lo sabemos y sabemos los problemas que tienes, por eso durante el tiempo que estés aquí eso será como tu sueldo, siempre y cuando hagas bien el trabajo que te encomendemos - dijo el maestro sonriendo - ¿Lo aceptas?
-Claro, sin dudarlo - dijo Mark sonriendo y firmado

Carolina se había ido a lo alto de la montaña a desconectar del templo, del maestro y sobretodo de Mark.

-Estúpido informático, casi me saca información solo con mirarme a los ojos - gruñó Carolina

Carolina fue hasta el final del monté, cogió el arco y comenzó a disparar una flecha tras otra contra la diana que tenía.
El sol comenzó a ponerse y Carolina continuaba disparando sin parar todas las flechas que tenía cerca y si se quedaba sin flechas usaba pequeñas ramas que creaba ella para seguir.

-Tienes buena puntería - dijo una voz a lo lejos

Carolina dejó de disparar y se giró para ver quién era.

-Hola Mark, ¿Qué tal? - preguntó Carolina dejando el arco en el suelo
-Bueno, escuche un ruido y subí a ver, pero no esperaba que fueras tú disparando - dijo riendo - Necesito ayuda, ya que he aceptado quedarme aquí
-Dime Mark - dijo Carolina desconfiando
-¿Cómo activo los poderes? - preguntó Mark sonriendo - Me encantaría ser una sombra de nuevo o ver qué más puedo hacer
-Bueno no es sencillo, ya que hay que recrear tu estado en aquel momento - dijo Carolina riendo - Por ahora, tú única forma es estando borracho - dijo Carolina a carcajadas
-¡En serio! - gritó Mark sorprendido

Carolina y Mark se quedaron hablando en lo alto de la montaña mientras el sol iba escondiéndose poco a poco. Lo que ellos no sabían es que los cuatro guardianes estaban juntos y que pronto el espíritu del aire despertaría.

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