capítulo 18

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Johan se había quedado dormido durante el viaje en coche, estaban ya muy cerca de su destino para pasar las vacaciones. SU hermana se había dormido apoyada en el hombro de Johan. EL viaje era largo, y hacía bastante calor en el coche.
Johan sabía muy bien que este viaje cambiaría bastantes cosas en su familia, empezando por la relación con Ana, estaba en un mar de dudas y no sabía si tenía que quedarse con ella o hacer lo posible para alejarse todo cuanto pueda. Era algo difícil.

-Vamos arriba - dijo la madre de Johan - Estamos llegando ya

Una enorme fila de edificios gigantes se levantaba sobre los ojos de Johan, donde el vivía los edificios no eran tan grandes, y a más se adentraban en la ciudad menos cielo quedaba visible entre los gigantes de hormigón que tenían delante.

-Ya estamos llegando al hotel, cuando dejemos las maletas iremos a ver la ciudad - dijo la madre de Johan sonriendo

Johan no sabía muy bien como sentirse, a través de la ventanilla del coche solo veía gente, coches, edificios y muchísimo ruido. Aunque algo llamó su atención. Un pequeño destello en un monte cercano de donde se encontraba.

-¿Ya hemos llegado? - dijo Ana con la cara roja y algo húmeda
-Sí - dijo Johan riendo - Acabamos de llegar hace un poco
-Guau - dijo Ana sonriendo - Que cantidad de edificios y de gente y de coches
-Demasiados para mi gusto - dijo Johan mirando por la ventanilla
-No seas aburrido hermano - dijo Ana golpeándole en el hombro

Mientras en otra parte de esa misma ciudad.

-¿Dónde está? Decidme donde se ha metido - dijo la luz moviéndose de un lado a otro de la sala -¡Ah allí! - Dijo moviéndose rápidamente a Carolina -Rápido tienes que venir conmigo es urgente - dijo la luz adoptando forma
-¿Ámbar? -Dijo Carolina sorprendida - ¿Qué haces aquí?
-Un accidente, el espíritu del aire apareció y arrasó con todo, tenemos que pararlo, ven conmigo - dijo Ámbar tirando de Carolina
-Lo siento pero eso no es posible - dijo el maestro interrumpiendo - Carolina se quedará, ya que necesitan a todos los elementos para acabar con el del viento, así que puedes retirarte
-¡No! Tiene que ser ahora - dijo Ámbar a punto de llorar
-Lo siento Ámbar, el maestro tiene razón - dijo Carolina con la cabeza agachada - Yo sola no puedo contra él - dijo Carolina mirando a sus compañeros
-¿Entonces? - Dijo Ámbar preocupada - ¿Lo dejarás así?
-Por ahora sí - dijo Carolina apretando los puños con fuerza

Ámbar miró a Carolina una última vez y se fue volando por donde había venido.
Carolina no sabía cómo sentirse, la rabia había ocupado todo su cuerpo y solo quería acabar con el espíritu lo antes posible.
Pero esta guerra no la ganaría ella sola.

-Tranquila Carolina, lo pararemos entre todos - dijo Mark sonriendo - Estamos contigo, aunque ver un hada ha sido raro
-Bueno, lanzar fuego por las manos es más raro aún - dijo Natalia riendo
-Visto así, sí - dijo Mark con una sonrisa - Anímate, no estás sola

Carolina miró a Mark y a Natalia y haciendo un pequeño gesto de una sonrisa salió de la sala de entrenamiento y subió hacía su habitación
Abrió un baúl que tenía a los pies de la cama y cogió el arco. Lo tensó y lo dejó en su sitio.

-Sola no puedo, debo usar la cabeza esta vez - dijo cerrando el baúl

Carolina siempre había sido muy impulsiva, pero esta vez consiguió aguantarse y reprimir sus ganas de luchar.

-¿Cómo estás? - dijo Mark desde la puerta
-Bien, no me gusta que el espíritu ande suelto ya - dijo Carolina mirando a Mark fijamente - Y más sabiendo que aún nos fala uno por venir
-Ese uno está en la ciudad, pero hay algo que bloquea al maestro y no lo encuentra - dijo Mark pensativo - Necesito que me ayudes
-¿Yo, como?
-Sígueme - dijo Mark sonriendo

Mark guio a Carolina por todo el templo hasta llegar a la habitación de Mark que se encontraba en la otra punta del templo, para evitar acercamientos.
Cuando Mark abrió la puerta Carolina pudo ver todo un equipo informático montado en la habitación. Un monitor gigante cubría la pared del fondo y se podían ver unas luces y cosas que se movían sin mucho sentido para Carolina.
Mark comenzó a explicarte a Carolina cómo funcionaba todo el sistema para que supiera utilizarlo.

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