capítulo 16

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Un estruendo contra el suelo, voces fatigadas y sonrisas en la sala. Ese era el estado de Carolina y Natalia tras su pequeña pelea. Ambas estaban exhaustas, habían dado lo mejor de sí durante aquellos quince minutos. Las espadas acabaron tiradas en el suelo y Mark no se creía lo que había visto en ese momento.

-¿Cómo has hecho eso? - preguntó Mark acercándose a Natalia
-No lo sé, solo pensé en cómo podría ganar y las llamas aparecieron solas - dijo Natalia cogiendo ahora con fuerza
-¿Quieres probar Mark? - dijo Carolina levantándose algo cansada
-Me encantaría, pero estás demasiado cansada - dijo Mark algo decepcionado
-Tranquilo, probemos a ver - dijo Carolina sonriendo

Carolina cogió la espada de nuevo y se puso en posición, aunque estaba cansada, podría una pelea más. Mark recogió la espada de Natalia y la ayudo a bajar hasta lso asientos, para que descansara durante la pelea.

-Gracias Mark - dijo Natalia sonriendo

Mark subió al tatami y se puso en posición, quería ganar con todas su fuerzas y fue derecho hacía Carolina, pero con un solo empujón Mark acabó en el suelo.

-Debes probar otra cosa - dijo Carolina sonriendo, aunque se notaba el cansancio en la postura que tenía.

Mark no dijo nada y volvió hacia ella pero justo antes de que pudiera atacar Carolina le había desarmado. La espada de Mark voló por el aire y se clavó en el tatami.
Mark calló de rodillas y Carolina logró mantener la postura pese al cansancio.

-Es imposible que te dé - dijo Mark mirando al suelo
-Mark, debes ser tú mismo, el que eras cuando salvaste a aquellas chicas - dijo Carolina sonriendo - Inténtalo

Mark se levantó algo más animado, se puso en pie y cerró los ojos.

-Mark la espada deberías cogerla - dijo Carolina mirando a Mark fijamente

Mark comenzó a rodearse de un aura negra, apenas le cubría las manos, pero se notaba que podía hacerlo. Sin esperarlo una bola negra se abalanzó hacía Carolina y logró esquivarla por muy poco.
Mark abrió los ojos y lo primero que vio fue a Carolina en el suelo y un enorme agujero en la sala.

-¡Carolina! - Gritó Mark corriendo hacia ella - ¿Estás bien?
-Sí, pero por poco me das - dijo riendo - Deberíamos reforzar la sala, hablaré con el maestro

Mark y Carolina se quedaron mirándose fijamente a los ojos, sin hacer caso de lo que Natalia les decía, hasta que finalmente Natalia se cansó y empujó a Mark hacía atrás

-¡Están sonando alarmas! - gritó Natalia con fuerza
-¿Cómo alarmas? - dijo Carolina levantándose rápidamente

Carolina salió corriendo de la sala y Mark y Natalia fueron detrás de ella sin saber muy bien porque corría tan rápido.
Carolina no miró atrás en ningún momento, no sabía si Mark y Natalia estarían detrás, pero tenía que llegar al maestro lo más rápido posible.
Subió las escaleras de tres en tres y pesé al cansancio consiguió llegar al templo rápidamente.

-¡Maestro! ¿Qué ocurre? - preguntó Carolina alarmada
-Ha aparecido el espíritu del viento - dijo el maestro mirando por la ventana - No tenemos mucho tiempo, necesitáis entrenar ya mismo - dijo girándose hacía Carolina -¿Qué te ha pasado?
-Bueno, es largo de contar, dígame que hacemos - dijo Carolina alterada

Mark y Natalia llegaron hasta donde se encontraba Carolina y al ver el rostro del maestro sabían que no era algo bueno.

-¿De dónde venís? - preguntó el maestro de nuevo
-De la sala de debajo del templo - dijo Mark algo nervioso

El maestro no dijo nada y comenzó a dar vueltas sobre sí mismo. Parecía pensativo y algo calmado. Finalmente se detuvo y miró a los tres a la vez.

-Es hora de entrenaros más a fondo - dijo el maestro sonriendo

Los tres no se lo creían, pero era verdad, después del combate que habían tenido, tenían que volver a luchar.
Una enorme alegría activo a Carolina y sus ojos pasaron a un tono rojizo, Mark tenía las manos rodeadas de un aura negra y Natalia desprendía calor por cada extremidad. Todos estaban emocionados de poder luchar más en serio y con el maestro.

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