capítulo 15

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Johan se despertó sobresaltado, el calor no le había sentado muy bien esta noche y el aroma de Ana en su cama no ayudaba mucho a relajarse.
Ya que se levantó pronto comenzó a preparar las maletas del viaje. Dentro de siete horas estaría de camino al centro del país para pasar unos días en un lugar si olas.
Johan fue a la cocina a desayunar, aunque fuese pronto tenía hambre. Mientras preparaba el desayuno había algo que lo tenía intranquilo.

-Buenos días hermano - dijo Ana con cara de dormida y algo seria.
-Que susto Ana - dijo Johan sonriendo - No esperaba que te levantaras tan temprano
-Lo sé - dijo Ana andando hacía la nevera
-¿Estás bien? - preguntó Johan preocupado, Ana nunca estaba tan sería ni siquiera cuando se levantaba
-Sí, solo es que tengo sueño - dijo sin mirar a Johan

Johan estaba algo preocupado por Ana, no era su estado habitual, y que él recuerde anoche no pasó nada. Decidió no preocuparse más de lo normal y siguió desayunando.

-¿Has hecho ya la maleta? - preguntó Johan mientras mojaba las galletas en la leche
-Sí, anoche - dijo Ana sacando un bollo de la nevera
-Anoche estuviste conmigo todo el rato, ¿Cuándo la hiciste? - preguntó Johan algo intrigado
-Después de que me dejaras en mi cama, me desperté e hice la maleta - dijo Ana comiéndose el bollo
-¿A dónde vamos de vacaciones? - preguntó Johan molesto
-A la playa del norte, iremos con los tíos - dijo Ana con un rostro intranquilo
-Tú no eres Ana - dijo Johan enfadado - ¿Dónde está?
-Que fallo, me has pillado - dijo riendo - Tu hermana, digamos que esta ausente ahora mismo - dijo Ana riendo siniestramente
-¿Quién cojones eres? - dijo Johan muy enfadado
-Bueno, soy lo que ves, algo que cambia de cuerpo, algo que asusta, algo que te vigila, llámame como quieras, aunque creo que me llamáis viento - dijo riendo mientras cambiaba de forma
-¿Cómo viento? - dijo Johan confundido
-Ah, asique aún no te has reunido con ellos, esto será divertido - dijo riendo

Johan estaba muy enfadado, quería subir a ver a su hermana, pero el extraño ser no le dejaba pasar. Johan se fue enfadando cada vez más, pero en menos de un segundo estaba tirado en el suelo con media cara llena de sangre. La extraña criatura ya no estaba delante suya, pero aquel dolor y la sangre era muy real. Se levantó y fue al grifo a lavarse la sangre, pero al entrar sus manos en contacto con el agua, la herida se cerró inmediatamente.

-Qué raro es todo esto - dijo Johan preocupado

En ese momento se acordó de Ana y fue rápidamente a ver si Ana seguía en su cama.
Johan se escurrió con el suelo un par de veces, pero llegó a la habitación de su hermana y la vio tumbada en la cama durmiendo tranquilamente.
Johan se relajó de golpe y cayó de culo al suelo y se quedó sentado un rato intentando ver si todo era real.

-Hermano, ¿Qué haces en el suelo? - preguntó Ana sentada en la cama

Johan no sabía muy bien si era ella de verdad, pero tenía que responder.

-Solo estaba mirándote - dijo Johan sonriendo
-Ven aquí idiota, mi cama es muy grande - dijo Ana sonriendo

Era ella, la dulce Ana de siempre. Johan no se lo pensó mucho y subió a la cama con Ana para descansar un rato antes de tener que irse de viaje.

-Buenas noches Hermano - dijo Ana besándole la frente
-Buenas noches Ana - dijo Johan sonriendo
Por fin la calma había regresado a la vida de Johan, aunque pronto esa calma volvería a desaparecer.
Mientras en el centro del país los tres jóvenes se han reunido solos para poder hablar sobre qué hacer con todo lo que les espera.

-Ahora mismo solo falta uno de nosotros - dijo Carolina sentada en un banco del parque - Esperemos que venga, sino tendremos un problema.
-Creo que no habrá que preocuparse, el maestro estaba muy tranquilo respecto a eso - dijo Mark sentado cerca de Carolina
-Espero que estemos a la altura - dijo Natalia algo preocupada - Nunca he peleado ni nada similar
-No te preocupes, has tomado una buena decisión y tenemos tiempo para que aprendáis a pelear - dijo Carolina sonriendo - En una semana podrá pelear fácilmente
-¿Podemos elegir arma? - preguntó Mark mirando a Carolina fijamente
-Claro, con la que más cómodos estéis - dijo Carolina algo nerviosa
-¿Y tú cual usas? El arco, ¿verdad? - dijo Mark sonriendo
-No - dijo Carolina riendo - EL arco estoy aprendiendo, no soy muy buena con él, prefiero al espada - dijo sonriendo
-Siempre te he visto con un arco - dijo Natalia sorprendida - Pensaba que eras arquera
-No, en realidad, puedo usar muchas armas, pero al espada y el arco son las que más he usado siempre - dijo Carolina sonriendo pícaramente

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