capítulo 13

3.3K 256 14
                                    


Johan se despertó a mitad de la noche y vio que su hermana seguía durmiendo con él apoyada en su hombro. Se levantó con cuidado para no despearla y fue a ver si sus padres habían llegado.
Se asomó a través de la puerta y los vio durmiendo tranquilamente a ambos, por lo que no se habían molestado por dormir con su hermanastra. Aun así Johan cogió a su hermana en brazos y la llevó con cuidado a su cama.

-Espero que no se despierte ahora - dijo Johan con una sonrisa

Johan regresó a su cama e intento dormirse, pero era muy difícil, su cama olía a su hermanastra y le costaba dormir con el dulce aroma de la persona prohibida.
Era muy difícil para ambos, era algo prohibido, pero se gustaban mucho y ambos querían estar juntos. Y aprovecharían el viaje de pasado mañana para pasar todo el tiempo que puedan juntos.
Poco a poco Johan se quedó dormido y el pequeño aroma envolvió su cuerpo haciendo que se relajara.

Mientras en otro lugar, dos personas se iban conociendo mejor.

-Dime cómo puedo activar mis poderes sin beber demasiado - dijo Mark sonriendo
-No es fácil sin recrear al menos una parte - dijo Carolina pensativa - Quizás si hubiera algún peligro podrías activarlo, pero es difícil
-Joder, tendré que esforzarme más - dijo Mark molesto
-O emborracharte - dijo Carolina riendo
-Qué mala eres - dijo Mark más animado

Mark y Carolina hacía poco que se habían conocido, pero el tener un compañero en el templo hace que Carolina no tenga tantas ganas de escapar de ese sitio para divertirse un poco.
Carolina se estaba encariñando con Mark, y cada vez le aterraba más la idea de tener que luchar.

-¿En qué piensas Carolina? - preguntó Mark preocupado
-Nada, en mis locuras - dijo Carolina sonriendo
-Creo que va siendo hora de dormir, mañana hay que madrugar- dijo Mark levantándose
-Sí, ya es algo tarde, aunque se está muy bien aquí fuera - dijo Carolina con una sonrisa mientras observaba la luna.

Mark se sentó al lado de Carolina y comenzó a observarla. Carolina se giró un momento algo confusa

-¿Qué haces Mark? - preguntó Carolina sonrojada
-Miraba la luna a través de tus ojos - dijo Mark sonriendo - Eres muy diferente a todo lo que he conocido Carolina - dijo Mark levantándose

Carolina no sabía cómo sentirse, era una sensación muy rara y desconocida para ella. Su pecho latía con fuerza y sus ojos se perdían en la noche mientras seguían a Mark a través de ella.
Carolina se levantó y fue hacía su dormitorio, tenía la cabeza muy confusa y no entendía muchas cosas.
Cerca del templo Natalia estaba dando vueltas en la cama, no podía dormir después de lo que pasó y sobretodo de la charla con sus padres.

"Después de cruzarse con Carolina en las escaleras Natalia fue corriendo hasta donde estaban sus padres. Que la estaban esperando con cara de preocupación.

-¿Habéis hablado con ella? - pregunto Natalia girándose para ver a Carolina
-Sí - dijo su padre muy serio - Y no nos creemos nada
-Verás hija, es difícil creer todo lo que nos ha contado esta chica, que se la ve sincera, pero es muy fantasioso todo - dijo la madre de Natalia preocupada - Nosotros no creemos nada de lo que dicen, pero te dejaremos a ti tomar la decisión"

Después de esa conversación Natalia y sus padres apenas hablaron y su cabeza no hacía más que liarse todo el rato con lo que puede pasar al decir una cosa u otra.

-SI es de verdad lo que me dijo esa chica tengo que poder con eso - dijo Natalia en voz baja yendo a la cocina

Natalia encendió una cerilla y la acercó poco a poco a su piel y la llama se extendió hasta la punta de sus dedos, pero en ningún momento la quemó la mano. Natalia no lo entendía muy bien. Y necesitaba tiempo para pensarlo.
Era complicado decidir algo con una pequeña llama en los dedos. Natalia la apagó y volvió a su dormitorio para intentar descansar y decidir algo lo más pronto posible.

EN otro lado de la ciudad una pequeña nube comienza a parecer sobre una pequeña casa, una ráfaga de viento abre la ventana y comienza a moverse por toda la casa. Finalmente se detiene enfrente de una cama y esa pequeña ventisca comienza a adoptar una forma algo extraña, unos ojos rojizos, unas manos azuladas y un pequeño grito desgarrador por parte de su víctima.

Los Cuatro Elementos  Donde viven las historias. Descúbrelo ahora