capítulo 23

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El maestro llevó a Johan y a su familia hacia su despacho para hablar con ellos tranquilamente.
La familia de Johan estaba algo preocupada, no sabían que pasaba. En cambio Johan se temía lo peor.

-Por favor siéntese - dijo el maestro sonriendo
-Gracias - dijo la madre de Johan
-Bueno, sé que se preguntarán porque estamos aquí y la respuesta es fácil - dijo el maestro mirando a Johan - Como habréis visto en la pelea los otros jóvenes usaron habilidades especiales - dijo el maestro
-Bueno, eran efectos ¿no? - dijo Ana sonriendo
-No, todo era real - dijo el maestro seriamente - Y Johan puede hacer eso también - dijo el maestro sacando unas hojas del cajón - Os ofrezco esto por dejar aquí a Johan hasta que se resuelva el problema que tenemos.
-¿Qué problema? - dijo el padrastro de Johan
-Bueno, el espíritu del aire está atacando a civiles y destruyendo ciudades y únicamente los cuatro elementos pueden hacerle frente - dijo el maestro muy serio - Por eso os pido por favor que le dejéis quedarse
-¿Nos pide que dejemos a nuestro hijo para luchar y que muera? - Dijo el padrastro enfadado - No sé quién es usted, pero no dejaremos a Johan aquí
-Esperad - dijo Johan interrumpiendo - Quiero quedarme
-¿Estás idiota? - dijo Ana dándole en la cara, pero al notar el tacto de la piel de Johan Ana se echó hacía atrás.
-¿Qué ocurre Ana? - dijo su padre
-Agua, le he golpeado y está húmedo - dijo Ana asustada - ¡Tú no eres Johan, tú no eres mi hermano! - gritó Ana echando a correr por el templo
-¡Ana espera! - gritó Johan, pero era demasiado tarde
-Tú eliges Johan lo que quieres hacer, es tu decisión - dijo su padrastro mientras salía a por Ana
-Johan, quédate si quieres - dijo su madre con una sonrisa - Sé que puedes - dijo dándole un beso en la mejilla

Johan se quedó solo en el despacho junto al maestro, estaba muy confuso y no sabía que elegir, si irse o quedarse.

-¿Podemos modificar el contrato? - preguntó Johan
-Claro, tú dirás - dijo el maestro sacando un boli.

EN ese momento una explosión sonó en la sala del tatami. Todos fueron directos a la sala para ver qué había ocurrido. Unas llamas rojizas aparecían por el borde de la pared y entre el humo unos ojos rojos mirando fijamente a algo

-¿Qué ha pasado? - preguntó el maestro a Mark que estaba con la boca abierta
-Sí se lo digo, no me cree - dijo Mark sin apartar la vista

El maestro forzó la vista un poco para ver entre el humo y vio una guerra vestida con una armadura marrón y verde de un tono metálico y enfrente de ella otra guerrera con el pelo rojo como el fuego y una armadura roja y amarilla metalizada. Ambas quitas mirándose fijamente.

-¿Son ellas? - dijo el maestro sorprendido
-Sí - dijo Mark sin apartar la vista
-Estoy aún muy por debajo de ti Carolina - dijo Natalia sonriendo
-No tanto, casi me golpeas - dijo Carolina riendo
-Tu golpe destrozó media sala, el mío apenas te hizo un rasguño - dijo Natalia sentándose fatigada en el suelo
-Eh... ¿Hola? - Dijo Mark sorprendido - ¿Qué os ha pasado?
-Nada, un combate en serio - dijo Carolina relajándose y haciendo que desapareciera la armadura
-Esas armaduras, ¿Cómo es posible? - dijo el maestro confundido
-No lo sabemos, primero le apareció a Nat y justo antes de darme me apareció a mí - dijo Carolina riendo - Ha sido muy divertido, aunque siento mucho haber roto la sala, otra vez - dijo Carolina levantándose del suelo
-Eso es lo de menos - dijo el maestro - Esas armaduras no aparecen en las leyendas, no salen en ningún sitio - dijo entre sorprendido y molesto

Carolina y Natalia se miraron y comenzaron a reírse sin parar, ni siquiera ella sabían que había pasado, pero le habían cogido mucho gusto a pelear juntas y entre ellas. Y así poco a poco poder superarse.

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