capítulo 38

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-Y dime Carolina, ¿Verdad? - dijo Natalia sentada en el suelo
-Sí, es Carolina, dime - dijo agachándose para ver a Natalia cara a cara
-¿Cuándo salimos a por el siguiente? - dijo algo aburrida
-Pues ahora mismo - dijo Carolina mirando el móvil

Natalia se levantó con una sonrisa, cogió la Katana y empezó a bajar por las escaleras del templo.

-Cómo ha cambiado - dijo Carolina algo decepcionada

Carolina bajo corriendo para alcanzar a Natalia lo más rápido que podía. Pero Natalia ya estaba debajo de las escaleras. Carolina echo un último vistazo al móvil y fue a por el punto siguiente que estaba más cerca de ellas.

-¿Quién es el siguiente? - preguntó Natalia curioseando por las calles
-No lo sé, en el móvil no aparece quien es cada uno - dijo Carolina guiando a Natalia por las calles

A más avanzaban más cuenta se daban del destrozo de la ciudad, apenas había edificios enteros y aquellos que estaban enteros, los habían invadido los yonkis y algún que otro ladrón.
Según andaban las calles eran más oscuras y la gente que había cerca mucho más siniestra.

-Creo que ya sé quién es el próximo - dijo Carolina con una sonrisa - No lo ataques, ¿vale?
-A tus ordenes jefa - dijo Natalia con tono burlón.

Carolina y Natalia estaban muy cerca del punto, pero se toparon con un pequeño imprevisto.

-¿Has visto a mi madre? - dijo una niña mientras comía un helado de chocolate

Era una niña algo extraña, llevaba en su espalda una mochila de Vans algo rota y sucia y unos vaqueros desgastados y una sudadera negra rota por los codos que pone OBEY.

-¿Cómo te llamas? - preguntó Carolina agachándose un poco
-Me llamo mariana y tengo trece años - dijo lamiendo el helado - ¿Has visto a mi madre?
-No lo siento, no sé quién es tu madre - dijo algo apurada
-Carolina, tenemos prisa, deja ya a la niña y vámonos - dijo Natalia con tono de enfado
-¿Me llevas con mi madre? - dijo la niña de nuevo
-Lo siento Nat, pero no la voy a dejar sola - dijo Carolina dándole la mano a la niña - Ven con nosotras
-Gracias - dijo dándole un bocado a la galleta del helado

Las tres fueron andando por las calles destruidas de la ciudad buscando a la madre de Mariana y a Mark. Las calles comenzaban a perder luz y una extraña niebla oscura rodeaba todo lo que se acercaba.

-Estamos cerca - dijo Mariana sonriendo - MI madre está allí

La niña soltó la mano de Carolina y fue corriendo hacía una mujer que había en el suelo. Por el aspecto de la mujer no parecía estar viva, pero al acercarse Mariana está la abrazó con fuerza.
Mariana se giró con una sonrisa hacía Carolina y Natalia y se fue andando con su madre al interior de la niebla.

-Qué raro ¿no? - dijo Natalia con cara de asombro
-Un poco, pero al menos está con su madre - dijo Carolina sonriendo

Carolina revisó el móvil por última vez y vio que estaban enfrenté del punto que se iba acercando.

-¿Qué hacéis en mi territorio? - dijo una voz saliendo de la niebla
-Hemos venido a por ti - dijo Carolina sonriendo
-¿A por mí? - dijo a voz riendo - Yo viajo solo - dijo saliendo una figura de entre la niebla

Carolina esbozó una pequeña sonrisa al ver que era Mark, pero estaba demasiado cambiando, llevaba el pelo corto de un tono muy oscuro, tus ojos no emitían ningún brillo y un aura le cubría el cuerpo entero dándole un aspecto más tenebroso. Iba vestido con un traje negro de vestir. Estaba muy guapo, pero ese no era Mark

-Soy yo Carolina, ¿me recuerdas? - dijo acercándose
-No, y fuera de aquí - dijo Mark alzando el puño

Natalia se preparó para el ataque, pero Carolina la frenó con la mano. El puño de Mark golpeó a Carolina en la cara y la lanzó al suelo.
Carolina se levantó sin problemas y volvió a acercarse a Mark

-Sé que me recuerdas, mírame a los ojos - dijo Carolina sujetando el rostro de Mark
-No te conozco y no me toques - dijo golpeando a Carolina de nuevo

Carolina se levantaba con cada golpe, pero cada vez la iba costando más. Tenía el ojo derecho morado y alguna herida por la frente que no hacía más que sangrar.

-Mark soy yo - dijo Carolina agarrando está vez el brazo de Mark - Mírame a los ojos

Está vez Mark no alzó la otra mano, se quedó mirando a Carolina sin apartar la mirada.
Carolina no lo dudo y se acercó más a Mark, tanto que sus labios se juntaron y disfrutaron de nuevo de la sensación de aquel beso robado.
Carolina se apartó tímidamente de Mark con una sonrisa y al volver a mirar a Mark vio como sus ojos volvían a brillar como antes.

-¿Carolina? ¿Natalia? - Dijo Mark confundido - ¿Qué ha pasado?
-Shh, ahora no pienses más - dijo Carolina besándole de nuevo

Las manos de Mark rodearon la cintura de Carolina y desde hace mucho tiempo sus cuerpos estaban pegados en uno solo saboreando sus labios

Los Cuatro Elementos  Donde viven las historias. Descúbrelo ahora