capítulo 28

2.5K 196 5
                                    

Aquella noche fue muy dura para todos. Pero en otra parte de la ciudad una persona desconocía todo aquello que había sucedido y donde él podría haber estado participando.

-Johan venga, no seas así con tu hermana, tienes que entender que no podemos quedarnos aquí y tu hermana tiene que volver a las clases - dijo la madre de Johan
-Pero no es justo, ella también quiere quedarse, ¿Por qué no podemos? - dijo Johan molesto
-Johan basta ya - dijo su padrastro enfadado
-¡Tú cállate que no eres mi padre de verdad! - dijo Johan gritando

De repente la mejilla de Johan comenzó a arder por la torta que su padrastro le había dado por su contestación.

-¿Qué coño haces? - Dijo Johan enfadado - No eres nada mío y no tienes derecho - dijo Johan empujándolo al suelo
-¡Johan basta! - gritó su madre cogiéndole de la camiseta - Deja de comportante como un crio
-Pero me ha pegado en la cara - dijo Johan molesto - ¿No vas a decir nada?
-Le respondiste mal y lo sabes - dijo madre algo decepcionada

Johan salió del salón del salón del apartamento y se encerró en la habitación donde estaba Ana escuchando todo.

-¿Estás bien Johan? - dijo Ana preocupada
-Sí, no es nada - dijo Johan mirándose en el espejo.

Gracias a sus nuevos poderes apenas le duró la marca en la cara y el dolor desapareció enseguida.

-No tienes que molestarte tanto por mi Johan, si ellos no quieren que este lo respetaré - dijo Ana mirando al suelo
-Pero no me parece justo - dijo Johan molesto - Quiero estar contigo
-Y yo contigo, pero aún soy pequeña y no creo que me dan tanta libertad como a ti - dijo Ana bajándose de la cama

Ana se acercó a la puerta y comenzó a escuchar como discutían sus padres por la actitud de Johan. Ella sabía que Johan lo había hecho para poder estar juntos. Pero en esta ocasión Ana no podía hacer nada ante esa decisión.

-Papá, no tenéis que discutir más - dijo Ana abriendo la puerta - Yo me iré con vosotros a casa - dijo con voz temblorosa - No quiero que estemos mal entre nosotros en las vacaciones
-Ana... pensé que estabas durmiendo - dijo su padre algo preocupado - Sabes que no puedes quedarte, lo siento mucho, nosotros trabajamos y tú debes seguir con tus estudios - dijo su padre con un tono más amable
-Lo sé, por eso no voy a discutir - dijo Ana volviendo a la habitación.

Cuando Ana entró se encontró a Johan preparando la maleta para irse al templo.

-Entonces, ¿te vas? - dijo Ana a punto de llorar
-Sí, lo siento - dijo Johan secándose las lagrimas
-Está bien, ten cuidado - dijo Ana besando a Johan en la mejilla - Espero que regreses

Sin decir nada más Ana se metió en la cama con los ojos llorosos se durmió.

-Me voy mamá - dijo Johan entrando al salón
-¿Estás seguro? - dijo su madre apenada
-Sí, creo que es mi deber - dijo Johan mirando a su padrastro con mirada desafiante
-Ten cuidado - dijo su madre aguantándose las lágrimas
-Johan, ten cuidado y llámanos - dijo su padrastro ofreciéndole la mano

Johan dudo por un segundo, pero pensó que podría ser la última vez que los vería y no quería irse enfadado.

-Claro, os tendré avisados - dijo dándole la mano a su padrastro

Johan salió del apartamento y fue en dirección al templo sin mirar hacia atrás en ningún momento.
Mientras en otro lugar, se comenzaban a hacer los preparativos oportunos.

-Está a punto de llegar - dijo el maestro sonriendo - Ha sido difícil convencerlo, pero estamos todos
-No cree que es demasiado inexperto maestro, - dijo Mark a su lado
-Bueno, habrá que enseñarle rápidamente - dijo el maestro pensativo - Lo dejaré en manos de Carolina
-De acuerdo - dijo Mark sonriendo - ¿Qué tal su brazo?
-EN dos días estoy bien, ¿y tú herida? - pregunto el maestro curioseando a través de la venda de Mark
-Bueno, parece que está cerrada, pero me duele muchísimo aún - dijo Mark apretando la venda
-Es normal, tu poder solo te cura superficialmente por ahora, dentro debes estar hecho polvo, pero con descanso estarás bien - dijo el maestro echando a andar - Carolina y Natalia están durmiendo ¿no?
-Sí, el usar la armadura las cansa bastantes - dijo Mark preocupado
-Tendremos que trabajar en eso - dijo el Maestro parándose - Chico, el sistema de alerta sigue funcionando ¿no?
-Sí, ¿por?- dijo mientras sacaba el móvil- Ahora mismo todo está tranquilo y Johan viene de camino
-Noto algo raro en el ambiente - dijo el maestro yéndose al otro lado del templo - Espera a Johan por mí - dijo mientras se marchaba

Mark volvió a la entrada y se quedó mirando la pantalla del móvil para ver cuánto le quedaba a Johan para llegar. Pero vio algo raro y eran dos puntos en un lateral del templo. Un punto amarillo y otro rojo.

-No habrán sido capaces de ir ellas solas - dijo Mark levantándose lo más rápido que podía.

En menos de un minuto llegó a la sala de entrenamiento y vio la puerta abierta. Y en el centro del tatami a Carolina y Natalia peleando con todas sus fuerzas y sus cuerpos cubiertos de vendas por todos lados.

-Estas locas las dos - dijo Mark sonriendo desde la entrada

Carolina y Natalia se habían hecho muy amigas y había cierta competición entre ellas, pero al verlas pelear con todas sus ganas se podía ver el brillo de la amistad en sus ojos.
Con un ágil movimiento Carolina esquivó el golpe de Natalia y le dio una patada en el estómago sacándola del tatami.

-Ha estado genial Nat - dijo Carolina sentándose en el suelo
-Pero tú sigues siendo mejor - dijo Natalia fatigada en el suelo
-Deberías estar descansando - Dijo Mark entrando en la sala
-Ups, no esperamos a nadie - dijo Carolina sonriendo - Mejor tú que el maestro
-Bueno, el maestro estaba ocupado, en dos horas llegará Johan al templo, debemos prepararnos - dijo Mark sonriendo
-De acuerdo, aunque no estamos muy presentables - dijo Natalia mirando las vendas de todos

Los tres comenzaron a reír al unísono y a recoger la sala antes de la llegada de Johan al templo. En pocos días todos eran muy buenos amigos y se llevaban muy bien. Además de que Mark y Carolina tenían una relación algo especial que procuraban no demostrar demasiado en público

Los Cuatro Elementos  Donde viven las historias. Descúbrelo ahora