capítulo 7

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La luz del sol entraba por la ventana del salón de la casa de Mark, La casa de Mark no era muy grande, se había tenido que buscar un pequeño apartamento en el centro de la ciudad tras la separación con su novia. Habían estado juntos cuatro años, pero unas circunstancian llevaron a su separación.

-Uff, estúpida luz - dijo Mark molesto desde el sillón - Porque no cerraría las cortinas

Mark se levantó del sillón como pudo y se paseo por la casa buscando algo de café para desayunar. Mark tenía el día libre y pronto empezarían sus vacaciones, aunque sus planes ya estaban anulados, pero por lo menos podría desconectar del trabajo.

-Porque bebería tanto anoche - dijo Mark mientras calentaba el café - ¿Y porque me duele la mano? - Dijo Mark mirándose la mano amoratada

Mark cogió su taza de café y volvió al sillón y encendió la tele.

"Unos jóvenes afirman haber visto un hombre que era capaz de atravesar las paredes y con una fuerza sobre humana. Aquí tenemos unas declaraciones.

-Sí, nosotros lo vimos, estaba delante de nosotros y de repente medio cuerpo suyo apareció en la pared de atrás y nos atacó - dijo un joven por la tele
-¿Y qué hacías a esas horas en la calle? Sois algo jóvenes - dijo la entrevistadora"

Los jóvenes empezaron a correr y la emisión se interrumpió dejando la tele con un brillo oscuro en ella.

-Estos jóvenes, seguro que iban fumados o algo - dijo Mark dando un sorbo de su taza

Mark dejó la taza en la mesa y cogió el periódico del día para ver qué podía hacer hoy. En el periódico no había ninguna opción que le gustase. Asique se levantó y comenzó a buscar su móvil por toda la casa.

-¿Dónde lo habré dejado? - Dijo Mark gruñendo - Estúpido teléfono ¿dónde estás?

Mark rebuscó por toda la casa, pero sin novedades del móvil. Volvió al sillón y encendió el portátil. En pocos segundos ya estaba en el escritorio y buscó el programa de rastreo del móvil.

-Te encontraré maldito - dijo Mark riendo, tras una risa siniestra se quedó pensativo unos segundos - Necesito tomar más el aire, estoy fatal

En unos minutos en la pantalla del ordenador comenzaba a aparecer un círculo que se iba haciendo más pequeño y poco a poco ajustaría la posición del móvil.
Mark se quedó mirando atentamente a la pantalla, pero cuando el circulo acabó de hacerse pequeño se dio cuenta de que su móvil estaba en al lado de su casa, pero en la calle.
Mark se vistió rápidamente y bajó a la calle y fue a ver si su móvil seguía en el sitio donde indicaba el círculo. Comenzó a buscar por todos lados y finalmente lo encontró en la esquina de un callejón. Mark recogió el móvil y se quedó mirando al final del callejón. Pese a luz del día el final del callejón estaba muy oscuro y Mark notaba una extraña sensación en el pecho.

-Mejor voy a pasear ya que estoy en la calle - dijo Mark alejándose del callejón.

Mark no sabía muy bien a donde ir, pero quería desconectar del centro de la ciudad, asique fue a la montaña que había tras el parque. En aquella montaña lo único que había era un pequeño templo donde un anciano vivía y daba consejos a las visitas
La gente decía que aquel anciano estaba loco, pero las visitas que Mark hacía a menudo nunca vio la locura de aquel anciano.
Tras un rato andando Mark llegó al pie de la montaña, No llevaba ropa muy adecuada para subir una montaña y menos con el calor que hacía. Pero quería abandonar el ruido de la ciudad.
Mientras subía Mark vio una joven salir de la ventana del piso de arriba del templo, enseguida Mark empezó a correr tras ella pero la chica se le escapó entre el bosque.

-¿Quién era? - dijo Mark pensativo

No le dio mucha importancia por el momento, pero fue al templo a hablar con el anciano.

-Hola Mark, cuánto tiempo sin verte - dijo el anciano sonriendo
-Sí, he tenido mucho trabajo y no he podido venir - dijo Mark con una sonrisa - Por cierto, he visto una chica salir del piso de arriba por la ventana, ¿La conoces? - preguntó Mark curioso
-Ah, es mi sobrina, está aquí conmigo a pasar unos días - dijo el anciano sonriendo - Pero parece que se está escaqueando de sus tareas - dijo el anciano algo molesto
-Bueno como toda adolescente suele ir en contra de las normas - dijo Mark riendo
-No eres el más apropiado para decir eso Mark, dijo el anciano con una mirada confusa - ¿Qué pasó anoche?

Mark cambió su expresión, se quedó pálido como la luna y sin saber que responderé al anciano, su pulso se aceleraba conforme el anciano lo miraba a los ojos. Las manos de Mark comenzaron a sudar y enseguida Mark cambió ante la mirada del anciano.

-Está bien, anoche salí y bebí un poco y creo que me metí en una pelea - dijo Mark enseñándole su mano amoratada
-No me refiero a eso - dijo el anciano seriamente - Ven dentro

Mark se levanto del suelo y fue hacía el interior del templo, no sabía muy bien que pasaba y no sabía cómo acabaría esto, pero el miedo recorría su cuerpo.

-¿Alguna vez te he contado la leyenda de los cuatro elementos? - dijo el anciano abriendo una caja de madera antigua.
-Sí, es mi historia favorita desde que era niño - dijo Mark algo asustado

El anciano se giró seriamente sujetando una espada en ambas manos y poco a poco se acercaba a Mark, con la mirada perdida en el filo de la espada.
Sin dudarlo el anciano atravesó a Mark con la espada, pero en menos de un segundó todo el cuerpo de Mark se había disuelto en una nube negra.

-¿Qué es esto? - dijo Mark asustado
-Bienvenido señor de la noche - dijo el anciano arrodillándose delante de Mark

Mark se quedó quieto sin saber muy bien qué hacer, mientras su cuerpo poco a poco volvía a la normalidad sin un solo rasguño. EN ese momento Mark recordó el correo que había borrado del móvil y unas horas después se vio convertido en una nube negra.

-Acepta tu don y entrena aquí, te necesitamos - dijo el anciano suplicando

Y sin saber porque Mark se arrodillo delante del maestro y aceptó su petición. Y así fue como el destino de Mark quedó marcado en la gran batalla que traerá de nuevo la paz

Los Cuatro Elementos  Donde viven las historias. Descúbrelo ahora