3. Las flores.

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Aziraphale abría los ojos lentamente. 


No entendía que era lo que había pasado. 


-Estoy seguro....que no estoy en el cielo....

Sentía dolor en todo el cuerpo. Y no quería quedarse más en la cama, porque identificaba perfectamente donde es que se encontraba ahora mismo, además, de que él sabía porqué no había muerto como deseaba.

-Debo irme...tengo que irme...

Estaba terriblemente mareado. Quizás por la manera en que se había levantado de la cama, o tal vez por no haber comido adecuadamente en varios días, o quizás por el haber descansado. De cualquier modo, debia salirse de ese lugar inmediatamente. 



Miraba por su ventana....las flores que alguna vez le pertenecieron, volvian a florecer y mostrar sus colores. Sonrió recordando sus días viviendo en esta casa. Misma casa donde su madre y padre cuidaban de él...




Pero esa visión se vió ensombrecida por su actual vida. 






La primera vez que había cruzado palabra con Anthonny, Aziraphale se vió cautivado por su belleza. Su cabello. Sus ojos misteriosos detrás de esos lentes oscuros. Sus manos. 


Todo en Anthonny era maravilloso. 


Pero había un problema


Alfa



Siendo que Aziraphale también lo era, la sociedad vería bastante mal la relación de ambos. Podían negociar, y estar en otro grupo de alfas, pero jamás ambos solos. 



El deseo de Aziraphale hacia Anthonny era demasiado intenso. Lo anhelaba con él.

No era de extrañar que Aziraphale se levantara varias noches, después de un sueño con el pelirrojo. Con el deseo de poseerlo, y que este también lo hiciera suyo sin importar la casta a la que ambos pertenecían. Simplemente, lo deseaba demasiado. 

Y que incluso el celo de Aziraphale se presentara más constante, teniendo que recurrir a omegas que lucieran similares a Anthonny. De alguna forma, Aziraphale debía haber vaticinado que esto no pasaría desapercibido para la sociedad. 

Por supuesto que gran parte del circulo social de Aziraphale terminó por enterarse de esa extraña afición de omegas pelirrojos. Creían que solo era un tipo con gustos...extraños.

Y además de omegas pelirrojos, rondaba los chismes.

Aziraphale se había equivocado en una sola ocasión al mencionar su objeto de deseo en una noche donde su celo era incontrolable. 


Anthonny


Había terminado cuando pidió silencio al omega con el que se encontraba. Incluso Aziraphale le había pagado más de la cuenta. 

PECADO DE ALFADonde viven las historias. Descúbrelo ahora