El rubio había sido tirado en algún lugar que él no reconocía del todo.
Caminaba sin rumbo, sin saber que era lo que se encontraría. Por lo menos, la ropa que tenía puesta parecía hacer que se le respetara. Y sin embargo, estaba asustado de lo que podrían llegar a hacerle. Era un omega ahora. La situación cambiaba.
Cuando había vivido en las calles, el era un alfa. Un alfa que no tenía la capacidad de gestar. Y sin embargo ahora...podrían abusar de él. Obligarlo a ser inducido a un celo que no quisiera. Los abusos serían terribles.
Sin embargo, para el ahora omega, era más doloroso no estar con su bebé. No conocerlo siquiera.
—Seré fuerte — Se decía para calmarse. Intentaba controlar todas las emociones que ahora mismo, lo atormentaban.
Y con el dinero, por lo menos, debía encontrar un buen refugio. No conocía a nadie, no sabía donde estaba, ni siquiera podía ubicar que parte de la ciudad era esto. El miedo de no saber donde se encontraba lo mantenía alerta.
Además, el invierno se aproximaba. El frío era un potente factor para que Aziraphale buscara donde dormir esta noche. No podía dormir en las calles.
El rubio estaba buscando donde quedarse. Donde dormir, para después planear algo para volver con su bebé. Caminaba sin rumbo, encontrándose al final de las calles con una posada. La gente que estaba alrededor parecía amable. Él estaba tan preocupado, que accedió a entrar, y ya que estos parecían muy amables junto a él, el omega aceptó.
Por fin, la suerte estaba de su lado.
Cuando despertó, su mundo alrededor parecía desmoronarse. Estaba sintiendo el suelo del callejón. El frío suelo de la soledad.
Su maleta y la bolsa con dinero habían desaparecido, dejándolo con la ropa con la que había dormido.
Sintió un nudo terrible en el estómago. Su ilusión fue rota, de nuevo, por confiar. Gente que no tardó en revelar sus intenciones. Sus esperanzas habían desaparecido, así como la bolsa de dinero que le ayudaría a contar con ayuda de un abogado...o quizás un oficial de policía. Solo así, para poder reunirse con su bebé. Un omega...no podía contar con ayuda de nadie si estaba solo.
Cerró los ojos, enrrollándose sobre sus piernas. La desesperación comenzaba a golpearlo.
—¿Qué voy a hacer ahora?...— Estaba con la voz rota y sin aliento para poder seguir. Estaba como al principio, solo y sin nada — ¿Cómo voy a sobrevivir si me pasan estas cosas? — Su desesperación lo hacía querer acabar todo. Pero no podía. Salió de ese callejón.
Su impotencia no se comparaba con nada. Si esta era parte de la venganza del alfa, Aziraphale no sabía como afrontarlo. No sabía como evitar este abismo el cual lo alejaba más de su cachorro.

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PECADO DE ALFA
RomanceADAPTACIÓN DE LA NOVELA DE WINTERBAUM: INTO THE ROSE GARDEN *CON LIGERAS MODIFICACIONES, YA QUE TAMBIÉN SE USAN PERSONAJES PERTENECIENTES A NEIL GAIMAN Y TERRY PRATCHET, DEL LIBRO GOOD OMENS. En la Inglaterra victoriana, el destino entrelaza las vi...