22. Embarazo

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Primer trimestre

Estaba a mitad de su embarazo. En unos tres meses más, él ya estaría en labor de parto. 

Su vientre había crecido y era mas notorio. Y aunque seguía en conflicto con Anthonny, estaba aliviado de que las violaciones hubieran parado. Anthonny había dejado de venir con él. Tenía pocas semanas sin verlo y esto lo aliviaba. 


Sin embargo, estaba sintiendo lo peor de estar embarazado. Las náuseas eran más recurrentes. Los olores lo disgustaban, la comida le daba asco y a veces no soportaba el olor de algunos sirvientes que usaban perfumes.  

Pero había ganado fascinación por comer pastelitos. Y ahora, comía gustoso. Algunos sirvientes comenzaban a comportarse bien con él, y el estaba feliz. En poco tiempo, al menos, se sentia mejor.  Y quería conocer al cocinero o cocinera que realizaba estos apetitosos postres para él.

Ya no lo tenían en grilletes. El médico le había recomendado esto a Crowley, quien accedió aunque no quería. Temía que el omega intentara escapar, por lo que había asegurado toda la seguridad posible.

Sin embargo, Aziraphale ahora caminaba por la casa, con su vientre pesándole, hasta la cocina. 

Tocó la puerta amablemente.

Y entonces estaba ahí una joven de tez morena, con cabello largo y negro recogido, además de un delantal que delataba su ardúo trabajo en la cocina. 

Ella se sorprendió de ver a este en su área de trabajo.

Pero lejos de todo, ella sonrió.

—Buenas tardes señor. ¿Se encuentra bien?

Ella solo veía a un omega embarazado. Y no sabía nada del tratamiento.

—Hola...Soy Aziraphale... emm...¿Tú eres quien prepara los postres y la comida...?

Estaba nervioso. 

—Sí..soy yo. Espero que sean de su agrado señor.

—¡Son maravillosos! La comida que me has preparado...en todo este tiempo... ha sido maravilloso. He querido venir a agradecerte personalmente por todo. 

Ella sonrió ante esto. 

—Pensé que era un mal tipo...pero...veo que no. Señor Fell...siempre me ha agradado trabajar en la cocina...incluso si no era usted mi amo, como ahora...

El rubio estaba un poco curioso

—¿Trabajabas para mi?... — Estaba sorprendido.

—Oh, no señor Fell. Soy una beta...normalmente no tengo tantos empleos que duren demasiado. Y desde que trabajo con el señor Crowley me ha ido bien. Pero no dejaba de estar en la cocina de ciertos eventos que usted organizaba. Ganaba un poco más, pero más que eso, me agradaba mucho ayudar. Y por la comida, no se preocupe. Estoy segura que tendré uno o dos pastelitos para usted cuando lo necesite. 

El sonrió ante esto. Estos pequeños actos le daban consuelo. Incluso en esta situación en la que él se encontraba. 

—Gracias...de verdad... — No quería regresar a su habitación. El lugar era agradable, era la cocina, pero sentía calidez en esta, dándole paz a la soledad que había sentido en meses. Y a pesar de que el estaba un poco cansado, quería estar con ella — ¿Crees que pueda quedarme aquí? — Habló en voz baja.

—Por mi está bien señor Fell. Prepararé algo especial para usted. 

El omega se sentó en una silla. Observando a la chica trabajar. Estaba feliz, platicaba con ella e incluso reían por ciertas anécdotas.  Sabía que esta  pequeña parte de su vida no duraría mucho, así que decidió disfrutar lo que pudiera. 

PECADO DE ALFADonde viven las historias. Descúbrelo ahora