PECADO DE ALFA

20. Negación

Las semanas transcurrían. Cada día era una nueva lucha a su realidad. A pesar de su falta de conocimiento, se empeñaba por llevar una vida normal en esta cabaña. En ignorar...los síntomas. 

Crowley solo había enviado al médico una sola vez. Este le había dicho que todo estaba bien. Que no había pasado nada grave, y su transformación debía llevarse con sumo cuidado. 

Si el médico supiera...

Aziraphale se mostraba desanimado. Callado. Agotado de esto. Y por nada del mundo, mencionaba las nauseas matutinas, ni la fatiga abrumadora...nada de esto. Los sirvientes seguían trayendo comida para él. Pero podían notar sus ojeras. Esas ojeras de noches que no podía dormir, porque el temor de experimentar un embarazo le aterraban por completo. Así que por sugerencias de estos, el médico llegaba ocasionalmente después de unos cuantos días. Se le recetaban medicamentos para dormir que no tomaba, pero escondía hábilmente. 

El omega ahora no sabía como afrontar esto. Como ocultar el embarazo. Comía, se alimentaba, pero no quería. No sabía que hacer. No sabía como luchar ante esto. Si su hijo, si es que este nacía, sería de Crowley...sería un hijo de ambos...y él tenía miedo...miedo de este alfa. Llevar el acto cruel de Crowley en su vientre, le aterraba. Estaba desesperado. 

Y un día de estos...ese médico se enteraría. Notaría su cuerpo. Notaría el claro embarazo. Su estomago comenzaba a mostrar una leve hinchazón. Y él debía encontrar el modo de enfrentar la reacción del alfa ante esta noticia. Se mantenía en paranoia. No podía permitir que el alfa se acercara a él. No podía permitir que este supiera esta noticia. La vergüenza podía más con Aziraphale en este aspecto. 

El médico en las revisiones posteriores al éxito de la pastilla, revisaba al omega. Los resultados eran satisfactorios. Aunque...notaba los comportamientos del Señor Fell...y Crowley. Pero aún mas los de Aziraphale. 

Respuestas cortas a sus preguntas. 

Semblante serio.

Y su mente dispersa. 

Así que llego a la cabaña para una revisión rutinaria. 

Aziraphale estaba nervioso. Como si lo hubiera descubierto haciendo algo. 

—Buenos días señor Fell— El medico inclinó la cabeza y comenzaba a sacar sus instrumentales. 

El señor Fell, ocultaba sus pies. Y eso no pasó desapercibido para el médico. 

—Necesitare realizar una evaluación completa de usted...¿Cómo se ha sentido? — Este sonreía, tratando de ganar la confianza de este. 

Aziraphale evitaba el contacto visual. Incómodo por la presencia del médico. No quería que este le informara a Crowley. 

—Bien...— Dijo en voz baja. 

Tanto el médico como el rubio sabían que eso no era verdad. 

No dijeron nada, solo le revisaba, y pesaba a Aziraphale. El peso había cambiado en estas semanas. Aumentaba rápido. Pero no quería darse ideas de algo que probablemente, era debido a la vida sedentaria del omega. Era obvio que ganaría peso, pero esto era un aumento exagerado. Debía revisarlo bien.