El omega había sido cambiado a su cabaña. No duro mucho tiempo bajo los mismo cuidados. En cuanto vieron que ya podía depender de sí mismo, le ordenaron vestirse e ir a su cabaña.El lugar no cambiaba. Solo...era la misma habitación donde lo mantenían prisionero. Detrás de lo que había sido su casa. Su futuro no podía ser mejor. De hecho, era terrible ahora.
El rubio no estaba aceptando esto. NO deseaba esto.
No podía ser un omega.
Debía haber una salida a esto. A su nueva condición. No aceptaba que esto estuviera torturándolo. No aceptaba que las cosas acabaran de este modo para él.
No podía aceptar su nueva condición.
—No soy un omega...soy un alfa... — Estaba tratando de mantenerse firme. — Soy un alfa, Conde Fell, descendiente de Marcus Fell y Eizira Hiven de Fell. Soy un alfa. Ellos....tuvieron un alfa como hijo...
Miraba con furia hacia el suelo. No le perdonaba esto. No podía aceptar que Crowley le hiciera esto.Había sido un tonto. Creyendo que este lo amaría. O que habría un atisbo de compasión. No...Nada de eso. Anthonny...él...se había convertido en un demonio por completo. Y Aziraphale haría lo posible por destruirlo también.
Ambos, en realidad, estaban sacando por completo el odio que ambos se tenían. No había marcha atrás en esto.
Crowley estaba lidiando con sus pensamientos. Caminaba de un lugar a otro en su oficina. Parecía gato encerrado. Desde que Aziraphale se había transicionado a omega, no podía encontrar paz.
El aroma embriagador de Aziraphale lo perseguía desde entonces. Y habían pasado pocos días desde la transformación. 4 días, casi cinco días, empezando por ahora. Pero la tentación era fuerte. Y quería mantenerse al margen. Pero el maldito lo perseguía incluso ahora, envenenando su razón uy comportamiento, así como desatando en él un deseo que lo enfurecía.
Pero no debía olvidarse de lo importante. De su deseo de venganza. Había jurado vengarse, de poder darle justicia a Asthoreth, a su hijo, a ese futuro que lo esperaba y que le había sido arrebatado injustamente. Todo por culpa de ese demonio blanco que tenía detrás de su casa. Su odio era profundo, y fuerte. Pero ahora se mezclaba con algo más. Algo que era primitivo y no podía controlar. Le aterrorizaba ceder ante estos.
—Hijo de puta...no...no dejaré que tengas control sobre mí — Apretaba los puños y murmuraba entre dientes.
Decidió servirse una copa de vino, en un intento vano de tener control, o de perderlo antes de ceder a algo tan estúpido.
No estaba dispuesto a que sus instintos alfa cedieran de manera sencilla a un omega. Debía ser fuerte. Él tenía la ventaja ahora. Encontraría la manera de someter a Aziraphale, de hacerle pagar por todo ese tiempo en que estuvo sufriendo por la muerte de su prometida. Por la muerte de ese hijo que nunca conocería.
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PECADO DE ALFA
Fiksi PenggemarADAPTACIÓN DE LA NOVELA DE WINTERBAUM: INTO THE ROSE GARDEN *CON LIGERAS MODIFICACIONES, YA QUE TAMBIÉN SE USAN PERSONAJES PERTENECIENTES A NEIL GAIMAN Y TERRY PRATCHET, DEL LIBRO GOOD OMENS. En la Inglaterra victoriana, el destino entrelaza las vi...