30. Cambios

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5to día


Aziraphale despertó poco a poco. 

Lo primero que notó, fue la calidez que lo envolvía. Aliviaba su cuerpo, era muy cómodo. 

Se sentía extraño, pero era agradable. Por primera vez en toda su vida, estaba agradecido, se sentia protegido del dolor que había pasado en las calles.

Pero poco a poco, sus ojos se adaptaron al lugar. Las cortinas cubrían su habitación. Así que estaba en penumbras, pero podía darse cuenta que era de día. Empezaba a percibir detalles a su alrededor. Y por un momento pensó en cómo agradecerle a la persona bondadosa que lo había encontrado en ese estado. Tenía muchas cosas por pensar. Pero la realidad golpeó con fuerza cuando se dió cuenta en dónde se encontraba. 

Sintió un nudo en el estómago. No estaba en cualquier lugar, era obvio. Pero tampoco imaginó que Crowley lo traería de vuelta. 

Sentía muchas cosas. Estaba paralizado, como si una cubeta de agua fría cayera sobre él. 

Su dualidad de estar en un lugar lejos de las calles, lo aliviaba. No pasaría hambre, ni frío. De eso estaba seguro. 

Pero por otro lado, había algo muy en el fondo que le costaba admitir. Era el hecho de que Crowley, quien en realidad era su alfa, lo había traído a la mansión en su punto más bajo. Su punto más débil...estaba aquí y no podía sentirse más que agradecido. Era una sensación agradable para el omega, porque eso significaba, que aún le importaba, por más retorcida que pareciera la situación entre ambos...

Tenía unas ganas enormes de volver a verlo. Pero sentía nervios, nervios de que la presencia del alfa lo desestabilizara. Sin embargo, la esperanza seguía puesta ahí. 

Crowley, me necesita...

Crowley, me tiene cariño...

YO le importo a él...


El omega sabía que ambos iban a hablar en algún momento sobre esto. Pero por ahora, se permitió disfrutar de esta sensación de esperanza y paz. No dejaba de sonreír. De algún modo, él estaba muy feliz. Se volvió a recostar en la cama. Su cuerpo no temblaba de frío, podía estar tranquilo aquí. 

Simplemente, no quería perder esta oportunidad de descansar en un buen lugar, apropiado para él. 











Aziraphale había estado durmiendo en el día. Y los sirvientes si notaron que el omega ya estaba consciente. 

Estos avisaban de cualquier eventualidad a Crowley.

Y por supuesto que Crowley se presentaría esta noche, había estado muy ocupado con respecto a varios asuntos, así que las noches eran los momentos donde él tenía tiempo libre. 


Pero para el omega las cosas eran muy diferentes. Este sabía de antemano que el alfa vendría a verlo, y se encontraba nervioso. Notaba un libro en su mesa de noche, y una silla. Era obvio que este venía. Y sin contar de lo más obvio, las feromonas del alfa. Pero por otro lado, Aziraphale se aferraba al odio, al rencor que le generaba el solo recordar todas las atrocidades que vivió en la calle. 

PECADO DE ALFADonde viven las historias. Descúbrelo ahora