Al final, la cabaña era siempre el lugar a donde pertenecía.
El símbolo constante de su aislamiento, de su pérdida de humanidad y su castigo.
Sin embargo, siempre había algo nuevo que añadir.
Sirvientes a cargo de Aziraphale.
Sin duda, una adquisición nueva del omega. A pesar de todo, esto no era suficiente para llenar el vacío que Aziraphale sentía.
Caer rendido a los pies de Anthonny...desde esa noche en que ambos hicieron el amor.
No le bastaba solo esa noche. Lo necesitaba cada día. Pero no podía permitirse ser arrogante y pedirle a alguien que lo amara. Solo le quedaba tratar de aguantar.
Los cuidados que se le daban al omega eran estrictos. En su mayor medida, asegurarse de que se alimentara, que descansara y no se moviera demasiado durante el embarazo.
Era obvio que este embarazo era algo que el alfa deseaba en verdad. La posibilidad de tener un tercer hijo, y de ser posible, hasta más. Desgastando por completo a Aziraphale. Hasta que el cuerpo no le diera para más...
Pero Aziraphale sufría con esto. Cada cuidado que se le daba, era solo para alargar lo inevitable.
3 meses
El bebé crecía bien. El tiempo avanzaba muy rápido, y con ello el ambiente se tornaba tranquilo. Cerca del lugar donde sus pequeños vivían en paz, sin saber nada de lo que sufría. Y dolía decirlo, pero era mejor así. Aziraphale poco a poco aceptaba la idea de que sus cachorros estaban mejor sin conocerlo.
En todo este tiempo, el alfa solía visitarlo por unos minutos, para luego irse. A veces al omega se le hacía extraño que el pelirrojo lo veía como con ganas de decir algo, para luego arrepentirse y preguntar algo otra cosa que nada tenía que ver con lo que este quería expresar.
Lo que sí, es que no le faltaba nada en cuanto a comida y cuidados. Y las feromonas de este llegaban a rondar en el ambiente, tranquilizando al omega.
Y Aziraphale procuraba obedecer en todo. Sin embargo, sentía un vacío en su vida. Y es que el alfa solo lo usaba como una incubadora. Su percepción era esa, especialmente por que cada que Aziraphale se embarazaba, sabía que estos cuidados solo eran por su cachorro más no por él. Su mente no podía encontrar descanso, y cada que acariciaba su vientre, sentía tristeza. Amaba a los niños que engendraba con Crowley, sólo porque eran del alfa. Y de hecho, solo podía tener hijos de Crowley. No podía darse el lujo de cuidar un hijo de otro alfa, como había comprobado cuando vivía en las calles.
Pero el proceso de embarazo...era un castigo impuesto. Algo que le fue forzado por aceptar. Las lágrimas empezaron a brotar, y con esto, el llanto del omega derivó en que este recordara la forma en que todo comenzó. En la forma en que Crowley lo trataba, siendo un ciclo confuso del cual nunca podría salir. Una vida en la que no podría vivir en paz.
La sola idea de que esto podría funcionar era una mentira que Aziraphale intentaba mantener, aún sabiendo que no era posible.
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PECADO DE ALFA
FanfictionADAPTACIÓN DE LA NOVELA DE WINTERBAUM: INTO THE ROSE GARDEN *CON LIGERAS MODIFICACIONES, YA QUE TAMBIÉN SE USAN PERSONAJES PERTENECIENTES A NEIL GAIMAN Y TERRY PRATCHET, DEL LIBRO GOOD OMENS. En la Inglaterra victoriana, el destino entrelaza las vi...