33. Revelaciones

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Los meses transcurrían tan rápido que Aziraphale se dió cuenta del repentino avance de su embarazo. De su enorme vientre, y el dolor de espalda con tan solo minutos de estar parado. A veces no podía hacer muchas cosas sin estar sentándose cada 5 minutos. 

Su mundo era una pequeña cabaña y si acaso, la ventana con barrotes al atardecer. Esta cabaña había sido testigo de varias cosas, de los peores días del omega, un recordatorio doloroso de lo que le había ocurrido aquí. Pero ahora simplemente estaba dispuesto a continuar. Seguir adelante. 

Pero no quería que la historia se repitiera. Que su pequeño fuera alejado de él. Se aferraba a su cachorro cada que sentía una patadita, un movimiento cuando el reía por cualquier cosa, o cuando lloraba una que otra noche debido a una pesadilla, su bebé estaba ahí para recordarle que siempre hay luz en donde algo está perdido. Su situación no era la mejor, pero al menos, su deseo de ser buena madre, era fuerte. 

Pero debido a los 4 meses de embarazo, podía sentir como su cachorro se movía más de lo habitual, además de esos calambres, esas ligeras punzadas...el miedo de que algo malo pasara lo preocupaba, pero las revisiones le aseguraban que la salud de su bebé estaba en buenas manos. 

En la tarde, el médico llegó para realizar una revisión. El médico ahora venía dos o tres veces a la semana, siempre evaluando el estado del embarazo. 

Sin embargo, el médico estaba inmerso en sus anotaciones...en esa libreta. 

—Todo parece estar bien señor Fell. Necesito que se mantenga tranquilo. No puede estar haciendo muchas actividades. 

El omega asintió.

—¿Mi bebé está bien? — Estaba preocupado. Odiaba que este médico no le diera información relevante. 

—Todo bien. Solo descanse y ... — El médico fue interrumpido por un sirviente. Algo había pasado. 

La sirviente lucía alterada, y había corrido a la cabaña en busca del médico. Susurró algo al oído del médico, provocando que este se apresurara.

Aziraphale se tensó de solo pensar que había ocurrido algo con el alfa. 

El doctor recogió su maletín con prisa, y como si el destino ahora volteara a ver a Aziraphale, esa libreta estaba en un lado de la cama. 

Pero no hubo tiempo ara decir algo. Se quedó ahí...con esa libreta...

El omega no perdió el tiempo. 

Tomó esa libreta. Podía leerla. 


Pero su mente...varios pensamientos se arremolinaban en su cabeza. Si había algo malo con su bebé...esta libreta tenía todas las respuestas a sus dudas. Lo abrió rápidamente, viendo fechas...desde que él había llegado a la mansión...desde que vió el título: "Tratamiento experimental: Cambio de casta (transición)"

Las anotaciones revelaban demasiado. No solo era por su embarazo...su primer embarazo...sino también su hijo...


"Alerta de posible parto prematuro"

"Riesgo elevado de sangrado"

"Lubricación natural : alerta de transición"

"Aumento de dosis progresiva en comidas"

"Avance físico completo en semana 4"

"Embarazo confirmado: vientre prominente"

"Posibles intervenciones ante dificultades en el parto"

PECADO DE ALFADonde viven las historias. Descúbrelo ahora