Taehyung llegó a su casa y pasó de largo hasta su habitación. Cerró la puerta de un golpe seco y se lanzó a su cama a llorar. Debía ser fuerte porque Jungkook así se lo había pedido, pero sabía que su padre no se lo pondría fácil, que haría hasta lo imposible para separarlo de su novio, sin embargo no estaba dispuesto a ceder. Por primera vez no lo estaba.
Sin siquiera pensarlo marcó al móvil de Yoongi , y agradeció conocer el número de memoria. Era el único que podía ayudarlos. A la primera la llamada fue desviada al buzón de mensajes de voz y ahogó una maldición ante el fallido intento.
—Yoongi ... —Por favor, apenas escuches este mensaje llámame, soy Taehyung, necesito comunicarme contigo, por favor —
A Jungkook Le quitaron todas sus pertenencias, tomaron sus datos y sus huellas dactilares para abrirle el expediente, haciéndolo sentir como un vulgar delincuente.
—Señor Lee, tiene derecho a una llamada, si desea hacerlo es necesario que nos facilite el número y nombre. El secretario se comunicara con la persona que usted decida —informó el oficial de los derechos que le correspondían como ciudadano.
—Sí, voy a llamar a mi abogado Jimmy Fallon, pero no me sé el número. ¿Puedo buscarlo en el directorio de mi teléfono? —.
—Sí claro —dijo el hombre buscando en el sobre amarillo donde había metido las pertenencias del chico, sacó el movil y se lo entregó.
Jungkook buscó el número y se lo mostró al oficial, quien lo anotó en un pequeño taco de hojas y una vez más apagó el teléfono móvil.
—Es necesario pasarlo a una celda señor Lee, en media hora le informaremos a su abogado
—¿Puedo retirarme señor oficial? —preguntó Seo Joon
—Sí señor Jun , ha sido todo, sin embargo deberá presentarse mañana a las diez de la mañana
—Bien, aquí estaré —dijo poniéndose de pie y le tendió la mano al oficial quien por cortesía la recibió—. Feliz noche.
—Igualmente, uno de los oficiales lo acompañara a la puerta —
Escuchó unos pasos acercarse y suponía que sería uno de los oficiales, pero a los segundos dedujo que eran dos personas por el eco que producía la suela de los zapatos en el piso de concreto pulido.
Inmediatamente se puso de pie, porque estaba seguro que era Jimmy, pero el corazón se le instaló en la garganta al ver que quien acompañaba al oficial era Yoongi . Su mirada se encontró con la dorada de su primo que parecían flamas que querían incinerarlo. Las facciones de su rostro endurecidas fueron la advertencia de la rabia que lo inundaba y de que hacia él se avecinaba una tormenta, ¡cómo si no hubiese tenido suficiente!
El sonido de la celda al abrirse automáticamente irrumpió en el lugar. Yoongi iba con sus manos en los bolsillos del pantalón mostrando una falsa tranquilidad, pero Jungkook sabía que estaba molesto, muy molesto. Se lo decía la mandíbula tensada de Yoongi y el ceño ligeramente fruncido.
—Gracias Ryan —Yoongi agradeció al oficial que ya conocía y entró a la celda.
—Paso en cinco minutos —le informó el policía y la reja se cerró. El hombre se marchó, brindándole privacidad a los primos.
—Mandé a llamar a Jimmy —Se adelantó Jungkook antes de que Yoongi le hiciese algún reproche.
—¿Sabes por qué no te parto la puta cara en este preciso momento?—inquirió Yoongi con dientes apretados contendiendo su rabia. Jungkook no dijo nada, sólo le mantuvo la mirada y entonces eso aumentó la decepción en el fiscal—. Mis advertencias te importan una mierda.
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EPIFANIA 2 ||YOONMIN||
RandomEn un mundo donde los secretos son moneda corriente, los lazos de sangre pueden ser tanto una Bendición como una maldición. Yoongi con su egoísmo desmedido desencadenara una serie de eventos que cambiarán la vida de aquellos que lo rodean. Jimin bri...