Cuando Jun Seo Joon se proponía algo no había fuerza sobre la tierra que lo hiciese desistir, por lo que después de varios intentos y para la mayor de sus suertes se enteró de que Jay Park se encontraba nada más y nada menos que en Seul.
Sólo le quedaba concretar una reunión con él, para hurgar de manera sutil en su pasado con Jimin y encontrar la medida de presión para que el chico cediera.
—Andrea necesito que me pautes un encuentro con Jay Park. —Le informó a su secretaria entregándole un papel con los datos del multimillonario—.
—¿Para cuándo la necesita señor? —preguntó, mientras deslizaba y pulsaba con sus dedos en la pantalla de la agenda electrónica en sus manos.
—Lo antes posible, te dejo la tarea de convencerlo, dile que el presidente de GQ KOREA está interesado en algunos negocios con él y que aprovechará su visita en el país para hacerle algunas propuestas.
—Bien señor en este momento me comunicaré con el señor Jay Park... ¿Desea algo más?
—No, por el momento eso es todo, apenas tengas respuestas me avisas.
—Sí señor, con su permiso.
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Aunque algunas veces Yoongi pareciera una máquina sexual, definitivamente no lo era, no era más que un hombre al cual el cansancio también consumía, la noche anterior no pudieron rendir lo que deseaban, la extenuación salió vencedora cuando después de un par de encuentros en los cuales el alcanzó cuatro orgasmos, terminaron por quedarse dormidos a las tres de la madrugada, al despertar él no estaba a su lado, una vez más llegaba y se iba como un ladrón, el cual le arrebataba la cordura y una sensación de vacío se ancló en su pecho, porque había anhelado despertar y encontrarlo dormido, ya que verlo de esa manera era su faceta más vulnerable, donde parecía un niño que la invadía de ternura, pero también era el hombre que le despertaba los deseos más carnales.
Después de un baño con agua bien fría y que debía soportar dando saltitos que lo animaran a continuar bajo la regadera, sabiendo era el justo sacrificio para mantener su piel tonificada, se dirigió al closet donde se colocó un pantalón de vestir en color blanco y una blusa negra de seda , era uno de sus diseños, eligió los zapatos que más apreciaba ya que eran en los que más había gastado.
Llegaba a la boutique y bajaba del auto cuando Jin y Hoseok llegaban, era como si hubiesen acordado encontrarse en ese momento, el hombre se encargó de abrir y los chicos entraron encendiendo las luces y empezaron a organizar sin perder tiempo, a los minutos llegó la señora que se encargaba de la limpieza, y Felix.
Jimin le delegó a Felix su trabajo de buscar en el depósito algunas prendas y colgarlas en los aparadores, para ir a su oficina y organizar la información que debería enviarle al contador, además hacer vía electrónica los pagos de algunos servicios públicos.
Recordó que no había llamado a Yoongi y él tampoco lo había hecho, seguramente estaría en la fiscalía y aunque ansiaba escucharle la voz no quería irrumpir en su rutina laboral, no quería sofocarlo, su mirada se desvió del monitor al ser incitado por la persona que se encontraba en la puerta y que Hoseok atendía, al parecer firmó algo y el hombre se marchó.
La boca de Jimin se abrió involuntariamente al ver que un ramo con piernas se acercaba a la puerta y que esta vez no eran rosas, se puso de pie adivinando que era para el, porque si hubiese sido para Jin el mismo lo hubiese recibido.
Hoseok cargó el inmenso ramo y se encaminaba a las escaleras, cuando el salió y bajó rápidamente sin ser consciente de que se comportaba como un adolescente deslumbrado y no era para menos porque era el arreglo más hermoso que alguna vez hubiese visto, eran exóticas y hermosas orquídeas que inundaban no solo con su belleza, sino con su aroma el lugar.
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EPIFANIA 2 ||YOONMIN||
RandomEn un mundo donde los secretos son moneda corriente, los lazos de sangre pueden ser tanto una Bendición como una maldición. Yoongi con su egoísmo desmedido desencadenara una serie de eventos que cambiarán la vida de aquellos que lo rodean. Jimin bri...