CAPITULO 65 REVELACION DE EMOCIONES DEPRIMIDAS

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Los cubiertos cayeron sobre el plato que contenía el desayuno cuando la voz que nunca terminó de convertirse en la de una mujer calaba en los oídos de Seo joon, quien no daba crédito a que Jin Ah le dijera como si nada, que su hijo se había ido a una fiesta todo un fin de semana.

—Todo el fin de semana Jin Ah ¡todo un maldito fin de semana!

—Pensé que estarías de acuerdo, últimamente has estado condescendiente con el. —

—¿Y por eso no me lo consultas? Una cosa es que haga un esfuerzo sobrehumano por entender a mi hijo, por querer complacerlo en algunas cosas, pero otra muy distinta es que se burlen de mí... para tu puta mala suerte sigo aquí.

Muchas veces se preguntaba ¿qué era lo que la mantenía unida a Seo Joon? Porque definitivamente amor ya no era y estaba segura que Taehyung entendería la decisión de un divorcio entre sus padres.

Seo Joon siempre había sido un enigma en su vida, uno al cual nunca pudo entender y del que irremediablemente se enamoró, al que le entregó todo y lo amó tanto que pensó que con tanto sentimiento por parte de ella bastaría, alcanzaría para los dos, pero nunca fue así.

Tal vez siempre lo supo, pero tenía miedo de afrontar la triste y dolorosa realidad de estar enamorada sola, prefería morir antes de aceptar que verdaderamente no la quería, que nunca la quiso y no encontró siquiera el valor para hacerle las preguntas que siempre la habían inquietado.

Con su marido siempre había sido una cobarde, ni siquiera tenía el valor para preguntarle sobre qué se le acusaba por temor a descubrir al verdadero hombre con el que se había casado.

En el punto donde se encontraba, estaba completamente segura que nunca lo entendería y en ella empezaba a tomar forma la idea de un inminente divorcio. No tendría que esconderse para andar con su verdadero amor y se dedicaría a ser verdaderamente feliz, esa felicidad que desperdició en la causa perdida que había sido Jun Seo Joon

—¿Con quién anda Taehyung? —No me contesta el teléfono.

—Con su novio —contestó sin darle mayor importancia a su marido.

—¿Dejas que el niño se vaya todo un fin de semana a quién sabe dónde, con un hombre?

—¿Tanto te cuesta ver que ya Tae no es un niño? Que puede irse con Jungkook cuando quiera y los días que quiera. Tiene una vida sexual activa y es feliz, eso es lo que importa.

—Es un niño.

—Tenía su misma edad cuando pasaba fines de semana contigo y nunca me viste como una niña.

—Era distinto, y no me salgas con el mismo tema para evadir responsabilidades.

—Sí, tienes razón es completamente distinto, porque ese chico sí quiere a Tae de verdad y tú sólo querías cogerme y nada más.

—No te quejes ahora Jin Ah, estás vieja para arrepentimientos, nunca te obligué, nunca lo hice... eras tú la que iba a mi oficina —y no quiero hablar de eso ahora, me preocupa mi hijo... eso es lo que me interesa, no tus remordimientos menopáusicos.

—¡Eres un infeliz hijo de puta! —Un maldito miserable.

Nunca debí fijarme en ti, nunca debí hacerlo.

—Tienes toda la razón Jin Ah, nunca, nunca debiste hacerlo —Nunca debiste convertirme en tu capricho, en ese capricho por el que tu padre me obligó a responder.

—Si tanto te arrepientes de esta unión vamos a romperla, vamos a divorciarnos y quedas libre para que te metas de cabeza en un bar y te lleves a toda la puta que se te pase por el frente sin tener que rendirle cuentas a nadie. —

—Ya nada puedo hacer, nada conseguiré con el divorcio y por el bien de mi hijo no nos vamos a divorciar.

—¿Por el bien de Tae o por no renunciar a GQ KOREA? —

—Por mi hijo —determinó—. Porque me interesa Tae, porque es lo único que me mantiene anclado a tierra y no voy a permitir que el tipejo que tiene por novio le haga daño, tú no sabes nada, no puedes saberlo.

—Y nunca podré saber tus razones sino me las dices, mientras sólo pensaré que eres un maldito egoísta que quiere confinar a su hijo.

—Se limpió las lágrimas con rabia y no podía creerse el pretexto barato de su marido—, pero tampoco tienes que usarlo como excusa, cuando tu verdadera intención es seguir al mando de la empresa que mi padre le dejó a mi hijo.

—No voy a seguir discutiendo contigo. Sólo dime a dónde se fue Tae.

—No lo sé y no tengo necesidad de engañarte, le di el permiso y punto. —

 —

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EPIFANIA 2  ||YOONMIN||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora