CAPITULO 31 FOBIAS

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Una Tormenta amenazaba la ciudad y una vez más el temor se apodero de Jimin el cual aumentaba a medida que visualizaba los rayos.

—Yoongi, por favor, entremos a la habitación me siento un poco más seguro, de verdad tengo miedo. —La voz temblorosa así lo evidenciaba y se abrazó a él cuando las ráfagas indomables de viento silbaban fuera del lugar, haciendo temblar las puertas de madera de la ventana.

—Nunca pensé escuchar eso... Pareces tan independiente y tan "Yo todo lo puedo" que me sorprende que le tengas miedo a una tormenta.

—La naturaleza es implacable, por eso le tengo respeto. —Sintiéndose pequeño entre los brazos de Yoongi y su cuerpo tibio, sentados en la cama, él lo tenía en medio de sus piernas.

Un nuevo trueno retumbó en el lugar y el servicio eléctrico pereció dejándolos completamente a oscuras.

—Yoong ive por unas velas... No podemos quedarnos a oscuras. —Le pidió Jimin, pero al estar sumergido en el pecho de el, pudo sentir como los latidos del corazón se le desbocaron, nunca los había escuchado tan alterados, ni siquiera durante o después de tener relaciones sexuales.

—Seguro vendrá en unos minutos... No son necesarias las velas —dijo con voz ahogada.

—Pero no podemos ver nada... Ni siquiera puedo verte la cara.

—Estoy aquí.

—¿Le tienes miedo a las velas? Eso es tan absurdo como quien le tiene miedo a los payasos.

—No les tengo miedo, solo no me gustan... No me gusta nada que tenga que ver con fuego. —La vibración de su voz denotaba el poder que podía ejercer sobre él ese tema.

—¿Ni chimeneas? —preguntó en un hilo de voz.

—Ni chimeneas. —Limitándose a contestar solo eso, no creía propicio el momento para contarle a Jimin.

—Ni siquiera eléctricas.

—Igual son de fuego, para los días de frío prefiero la calefacción o tu tibio cuerpo.

—¿Cómo ahora? —preguntó y Yoongi le cerraba con fuerza protectora la cintura con sus brazos.

—Exactamente como este momento, no necesito nada más, me das el calor que necesito —susurró besándole lentamente los cabellos.

—No lo toleras, entonces es miedo... Sabes que el día que quieras hablar sobre eso... te comprenderé, no te juzgaré —dijo cuidando cada una de sus palabras para que supiese que podía confiar en el.

—Eso lo sé, aunque acabas de decir que es tan absurdo como quien le teme a los payasos.

—Lo digo porque le tengo pánico a los payasos.

—Y yo que pensaba regalarte una presentación con una docena de payasos —dijo sonriendo adentrándose a una conversación más segura

—. Pero sé que también le tienes miedo a los tornados.

—Cualquiera, seria horrible ser arrastrado por uno... si nos sorprendiera uno en este momento... —hablaba cuando Yoongi intervino.

—Si nos sorprendiera uno en este momento, juro que no te soltaré, nos arrastrará a los dos. —Esta vez besándole un hombro.

—Me alegra saberlo, lo único es que no he preparado mi testamento... —dijo sonriendo para aligerar un poco el miedo que los calaba.

—Yo tampoco, bueno no tengo nadie a quien dejarle mis cosas... Seguro Jungkook no las va a querer... —Estaba por decir algo mas pero el lo interrumpió.

—Ante de que nos sorprenda un tornado, quiero que sepas que estoy muy agradecido contigo... —. Gracias por todo, no todo el tiempo eres un mal educado, ni un grosero... Eres quien verdaderamente me ha sorprendido, aunque juegue a tu favor el que revisaras mi lista de metas y deseos, podías haberlo olvidado.

—Ya sabes que solo soy malo para las fechas y como me dieron las vacaciones estaba entre quedarme en el departamento o hacer este viaje, sabía que no sería tan malo, siempre cabe la posibilidad de que cuando te pongas muy intenso, te amarre, amordace y meta en la maleta del vehículo, para viajar en paz.

—¡Imbécil! ——. Por qué no dices que lo hiciste porque ver a Jay en mi oficina hizo que se te subieran las pelotas a la garganta.

—¡Vah! Por favor, ese señor no es amenaza, sé que quieres que alimente tu autoestima... —El se carcajeó al no encontrar sustento en las palabras de Yoongi—. Bueno, sí está bien... Me reventaba las pelotas verle la cara al Jay park, no permito que traten de arrebatarme lo que es mío.

—Eres mío Jimin —dijo con voz profunda y seductora—. Solo mío... ¿Quieres que te lo demuestre? ¿Quieres que haga que tú mismo lo confirmes? Sabes que tengo el poder para hacer que me lo digas, que exteriorices lo que verdaderamente sientes y que solo te empeñas en retener.

—Pero no lo voy a hacer, esperaré a que tú mismo me lo digas, por tu voluntad, cuando ya no puedas más... Solo te dejo de tarea una pregunta... ¿Jay tenía el mismo poder? —Le dejó la interrogativa y quitó la mordaza.

—No...—No ahora... No quiero una respuesta a la ligera, tómate tu tiempo... Y no me salgas con que nos va a llevar un tornado porque eso no va a pasar, aún nos queda por coger en la Isla Jeju ... Así que deja el pesimismo... Más bien trata de dormir un poco.



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EPIFANIA 2  ||YOONMIN||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora