CAPITULO 5 PARA EL

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El amplificador aumentaba el sonido de los acordes que Yoongi afinaba para alcanzar las notas del tema elegido por Taehyung. Desviaba cada tanto la mirada hacia a donde el se encontraba conversando con Jungkook, quien estaba sentado encima del piano con una enorme sonrisa de satisfacción, que a medias lo confundía y lo ponía en guardia. Aunque estuviese concentrado en la guitarra, no le gustaba la cercanía de su primo  con el chico y mucho menos verlo a el reír tanto con él, sin duda alguna los días en que había faltado al Parque, ellos se habían conocido mejor, habían forjado lazos de amistad o al menos así habría sido de parte de Taehyung, porque Jungkook no tenía amigos, sólo que estos fuesen del tipo que conceden derechos especiales.

—¿Jungkook, no tienes que practicar? —preguntó Yoongi silenciando abruptamente a la guitarra.

—No, ya he practicado lo suficiente, sólo esperamos por ti, así que mueve esos dedos.

—Ya está listo, ve a sentarte en la batería. —Le exigió señalando con un movimiento de cabeza el fondo del escenario.

Jungkook bajó de un brinco y el impacto de sus pies sobre el piso de madera hizo eco en el lugar mientras ponía mala cara, y Taehyung sonreía al ver el trato a veces infantil de los primos Lee, realmente era más feliz después de haberlos conocido. Nunca pensó que por estar a punto de ser ultrajado fuera de un club, su vida cambiaría radicalmente. Él seguía demostrando que sólo quería protegerlo y aunque se ilusionó con él al principio, al conocer a Jungkook esa ilusión se esfumó dando pasó a un sentimiento más intenso, apenas si podía controlar el temblor de sus dedos al ver a su novio y se preguntaba si algún día, dejaría de parecer un tonto cada vez que él estaba cerca.

Jungkook aún no hablaba con Yoongi acerca de ellos y el comprendía por qué, el fiscal era demasiado sobreprotector, era ese hermano que sus padres no le ofrecieron y que muchas veces anheló, tal vez un hermano hubiese escuchado sus problemas y hubiese evitado que cayera en aquel  obscuro y doloroso agujero.

—Listo, pulgar arriba, iniciamos. —Les informó Yoongi haciéndole una seña al chico que se encontraba en la cabina de la parte superior, encargado de las luces y el sonido.

El joven bajó la intensidad de las luces, dejando sólo las directas sobre las tres personas en el escenario. Habían alquilado un teatro para llevar a cabo la pequeña función que Taehyung quería.

Yoongi elevó el pulgar y los nervios recorrieron el estómago de Taehyung, paralizando sus dedos sobre el teclado y cerrando su garganta. Los chicos esperaban escucharlo cantar, desconcertados, lo miraron mientras la música vacía sin una voz que la guiara, seguía repetitiva y cacofónica.

—Taehyung si no cantas, no podremos seguir. —acotó Yoongi cada vez más impaciente, pero no porque le molestase en realidad, ese era simplemente su carácter.

—Es que yo no sé cantar Yoongi… Lo hago muy mal. —Se defendió Taehyung.

—Sólo estamos nosotros, no es un concierto con miles de espectadores, haz de cuenta que estás solo en tu habitación, no es nada profesional, sólo estamos pasando el rato.

—No es así de sencillo, seguramente se burlaran de mi voz. —Le respondió con un nudo en la garganta.

—Prometo no burlarme y si Jungkook lo hace le partiré la cara. —Le dijo desviando la mirada, quién en ese momento estaba por completo concentrado en el.

—Sabes que no me burlaré, Taehyung. —Y le regaló una de esas miradas risueñas que a el le encantaban y que en esta ocasión no pasó desapercibida para Yoongi, pero antes de que pudiese ver la reacción en el, Taehyung bajó la mirada a las teclas de marfil.

—Está bien, lo haré. —Respiró profundo y una vez más marcó la primera nota, acercándose al micrófono —.—entonó y Luego se detuvo.

—Vas bien Taehyung… vamos, una vez más. —La animó Jungkook—. He practicado mucho cómo para que me dejes sin tocar. —Le dijo guiñandole un ojo.

EPIFANIA 2  ||YOONMIN||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora