Jimin en un intento por adoptar una posición más cómoda, encontrándose en medio del sopor, sintió el calor que el cuerpo pegado al de el le brindaba. Habría saltado de la cama, si el perfume de Yoongi no le hubiese hecho saber que era él quien tenía detrás y cómo su mano derecha se le aferraba su pezón izquierdo. No sabía qué pensar. Era algo que no esperaba, no suponía que debía ser la reacción de él.
De lo que sí estaba totalmente seguro, era que no quería enfrentarlo por el momento. No estaba preparado para dar explicaciones, apenas si intentaba asimilar que todo se le había ido al diablo.
Con mucho cuidado retiró la mano y se incorporó, apenas volvió medio cuerpo y lo vio dormido despertando en el esa sensación de ternura y deseo que él provocaba.
Las ganas de llorar subieron a su garganta y la solución más inteligente sería largarse en ese preciso momento y llevarse ese recuerdo de él. Al menos hasta que encontrase el valor para hacerse a la idea del duro juicio que estaba seguro Yoongi le levantaría.
Por razones de menos peso, había dudado de el y lo había herido gritándole a la cara lo que pensaba. En ese entonces tenía cómo defenderse, porque no sentía en el pecho la intensidad de angustia que lo invadía en el instante. No se había involucrado hasta tal punto con él. Apenas estaban conociéndose y a esta altura la conocía más de lo permitido.
Se levantó de la cama y agarró los zapatos que estaban tirados en el suelo, con pasos gráciles se dirigió a la puerta y desde ahí le dedicó una última mirada. Abrió y salió, en la sala estaba Hoseok dormido en el sofá con el televisor encendido.
Tratando de no despertarlo, agarró su cartera y teléfono móvil que se encontraban en la mesa de centro, evitando hasta respirar para que Hoseok no lo sintiera.
Con total éxito abandonó el apartamento. Al entrar en el ascensor se puso los zapatos y marcó a un taxi, pero la línea estaba ocupada, sin embargo eso no era razón para que desistiera de marcharse del lugar.
Al llegar a la planta baja, con toda la vergüenza del mundo porque eran las cuatros menos diez de la madrugada, llamó a conserjería para que le hicieran el favor de abrir. Para el era más seguro esperar afuera a que pasara un taxi disponible.
Yoongi despertó y se encontró solo en la cama, apenas se desprendió del aturdimiento. Se levantó rápidamente al encontrarse solo. Su intuición lo alertó y rápidamente sin agarrar el saco ni mucho menos calzarse se encaminó a la sala donde Hoseok seguía dormido.
Con su mirada recorrió rápidamente el apartamento y no vio las cosas de Jimin que estaban encima de la mesa.
Sin avisar a Hoseok salió del apartamento, corrió hasta el ascensor y lastimosamente la paciencia no era una de sus virtudes por lo que no pudo evitar maldecir un par de veces al elevador que no aparecía.
Estaba a punto de desistir y bajar por las escaleras, cuando en ese momento el timbre de llegada lo alertó. Entró y marcó planta baja. Para él era el ascensor más lento al que una vez hubiese subido o tal vez lo segundos empezaban a hacerse eternos.
Cuando por fin las puertas se abrieron corrió hasta la salida y a través de los paneles de cristal vio a Jimin sentado en la acera. Sintió que algo muy pesado lo abandonaba.
El conserje apenas se regresaba a su cama cuando alguien más osó por llamar.
—Disculpe puede abrirme —pidió Yoongi , apenas el hombre se asomaba con la puerta a medio abrir, al mantener pasada la cadena de seguridad.
El hombre asintió en silencio. Cerró la puerta y segundos después Yoongi escuchaba que abrían la puerta. Corrió a la salida y Jimin escuchó también cuando las puertas principales del edificio se abrían. Volvió medio cuerpo y vio al chico correr hacia el.
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EPIFANIA 2 ||YOONMIN||
LosoweEn un mundo donde los secretos son moneda corriente, los lazos de sangre pueden ser tanto una Bendición como una maldición. Yoongi con su egoísmo desmedido desencadenara una serie de eventos que cambiarán la vida de aquellos que lo rodean. Jimin bri...