JIn regresaba del atelier con cinco vestidos y tres prendas más, apenas si podía salir del taxi con tanta carga y empezaba a maldecir a Hoseok que no aparecía para ayudarlo, sin detenerse a pensar que el hombre podría estar ocupado.
—Permíteme ayudarte JIn.
La voz y las manos posándosele en la cintura hicieron del interior de Jin una montaña rusa de emociones, perdiendo el sentido de orientación por segundos y no fue consciente de en qué momento le habían ayudado con el peso de las prendas.
—¡Namjoon! ¿Qué haces aquí? —preguntó desconcertado y emocionado, realmente emocionado.
—He venido a visitarte, disculpa que no te haya avisado antes de hacerlo, he estado un poco ocupado. —Tomándole el brazo al chico que lo tendía con un billete para pagarle al taxista y entonces JIn fue consciente de que los guardaespaldas estaban a un paso, ante la seña que él le había hecho a uno de ellos, que se acercó al auto y le pagó el servicio.
—Gracias —dijo sonriente.
Se encaminó a la boutique, mientras el magnate caminaba a su lado y se sentía muy importante, pero sobre todo feliz, aunque esa felicidad se congeló al igual que sus pasos a punto de entrar.
Mierda... Mierda, Hoseok lo va a reconocer y se lo dirá a Jimin, tengo que deshacerme de Namjoon a como dé lugar. —Cavilaba con el semblante un poco alterado.
Estaba armando su plan para despedir al empresario y cuadrar una cita, porque estaba ansioso por estar a solas con él, ya que la sola cercanía despertaba los latidos de todo su cuerpo, pero no le dio tiempo de despedirlo cuando Hoseok los sorprendió en la puerta.
—Gracias señor Lee, es muy amable —dijo el hombre encargándose de las prendas, y entonces la mirada que le dedicó a JIn le hizo saber que ya lo sabía.
El chico quiso que un cráter se abriera bajo sus pies y se la tragara, pero eso no pasó, no le quedó más remedio que armarse de valor, respirar profundamente y entrar.
—Hoseok voy un momento a la oficina con el señor Lee — al subir las escaleras podía sentir la mirada del hombre encenderle el trasero y eso lo excitó de una manera nunca antes experimentada, tanto que se lo cogería en la oficina de Jimin, si no fuese transparente, lo que le recordaba que debía comportarse.
—Toma asiento por favor. —pidió y el se sentaba a su lado y no en el sillón de su amigo.
—JIn disculpa que haya venido sin avisar y sobre todo haberme tomado el atrevimiento de venir hasta tu sitio de trabajo, pero quería almorzar contigo, esta noche debo regresar a Japón. —Tomándole una mano y mirándolo a los ojos.
—No te preocupes Namjoon, me alegra que estés aquí, ya tenía planes para almorzar con Hoseok, pero no creo que se moleste si lo dejo plantado y pido el resto de la tarde libre. —Las ganas que le tenía saltaban por su boca sin poder evitarlo, ya mucho se contenía delante del hombre.
Taehyung le había hecho el comentario a Jungkook, de que no conocía la tienda de Jimin, conversación que salió al ruedo cuando preguntó por el y Yoongi para saber cuándo tenían previsto regresar.
Su novio lo sorprendió cuando ya estaban frente a la fachada de Jang Dong Boutique, él tampoco la conocía, pero si sabía dónde quedaba. Después de dejar el auto en un estacionamiento cercano se encaminaron tomados de la mano, ganándose las miradas de muchos, ya era costumbre la indiscreción de las personas y ellos sabían que se debía a la gran diferencia de estatura y contextura entre ambos, pero eso no era impedimento para los sentimientos y la atracción física que entre ellos existía.
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EPIFANIA 2 ||YOONMIN||
عشوائيEn un mundo donde los secretos son moneda corriente, los lazos de sangre pueden ser tanto una Bendición como una maldición. Yoongi con su egoísmo desmedido desencadenara una serie de eventos que cambiarán la vida de aquellos que lo rodean. Jimin bri...