CAPITULO 23 ENCUENTRO MÁGICO DE DOS ALMAS

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Jungkook había llegado del grupo HYBEX ENTERPRISES, se dio un baño y se colocó solo un pantalón, llamó a Taehyung pero no logró comunicarse con el, seguro ya había entrado a clases, decidió ir a entretenerse con el PlayStation, los vídeos juegos habían sido su gran vicio desde que tenía uso de razón, sabía que cumpliría cincuenta años y seguiría jugando, aunque debía admitir que le avergonzaba que la gente se enterara, de eso sólo tenía conocimiento, su hermano, padre y primo.

El chico se sumía en el juego, lo vivía plenamente, pero el timbre irrumpiendo con su sonido agudo en el espacio de juego amenazó con desconcentrarlo, pero no le prestó la mínima atención y siguió porque estaba seguro que sería el conserje por alguna tontería, esperaría a que se cansara y se largara.

Eso no pasó, los llamados se hicieron más insistentes, hasta el punto de hartarlo, no tuvo más opción que pausar el juego e ir a ver qué demonios pasaba.

—No he escuchado la alarma, no se quema el edificio lo que quiere decir que no es una maldita emergencia —mascullaba mientras se encaminaba a la puerta principal, ante su descontento olvidó mirar por el visor y abrió sin pensarlo.

El corazón cambió el ritmo de sus latidos drásticamente, así como la temperatura de su cuerpo aumentó, ante la expectativa y la sorpresa.

A Taehyung la sonrisa se le congeló e involuntariamente su labios se separaron ante el asombro y para ayudar a sus pulmones a llenarse de oxígeno, al tiempo que su cuerpo aumentaba los latidos, toda el latía sin poder evitarlo, Jungkook era perfecto sencillamente perfecto, su vista se agudizaba tal vez porque sus pupilas empezaban a dilatarse, ante esa ansiedad que le subía por los pies y se le arremolinaba en partes específicas de su cuerpo, como lo eran su entrepierna, abdomen y pecho.

Ver a Jungkook solo con una bermuda a la cadera mostrándole su cuerpo de acero era algo fuera del planeta era sobrenatural, extraterrenal y aunque luchó, aunque quiso no mirar y no morderse el labio inferior no pudo hacerlo, sus impulsos eran más fuertes, estos no entendían de razón cuando sus ojos se posaron en su abdomen, los oblicuos se marcaban perfectamente y en las venas azuladas que apenas se apreciaban. Si fuese un vampiro olvidaría el cuello, se pondría de rodillas.

—¿Juegas fútbol? —preguntó sin siquiera saludar, dejándose llevar por sus pensamientos los cuales dejaron de estar sólo en su cabeza.

—A veces... ¿Qué haces aquí? Me has sorprendido, pasa —dijo sintiéndose nervioso y tomándolo por la mano para guiarlo dentro del apartamento, cerrando con su mano libre la puerta.

Taehyung sentía el agarre en su muñeca y no pudo más que girarse, se acercó a él y se dio un tope contra el pecho masculino, solo quería constatar de no era una visión.

—¿Pasa algo? ¿Quieres algo de tomar? —Extrañándose ante la actitud de el, aumentando con eso el nerviosismo en él que le acariciaba los cabellos.

—Agua —jadeó casi sin aliento, necesitaba calmar el calor que se extendía en su interior, ese que se propagaba rápidamente.

¡Malditos libros eróticos! Han enfermado mi mente. —Se dijo en pensamientos.

—Bien, agua entonces... —Llevándole una mano a una de las mejillas instándolo a que lo mirara a la cara, porque estaba seguro que los latidos de su corazón retumbaban contra la frente de Taehyung.

El asintió en silencio y comprendió que debía brindarle espacio para caminar, sino podía hablar razón por la que no había contestado ninguna de las preguntas que él le había hecho no le truncaría el camino.

Jungkook se encaminó a la cocina, agarró de la alacena un vaso de cristal y lo llenó a la mitad con agua, mientras Taehyung dejaba sobre uno de los bancos altos su bolso. Agarró el vaso que Jungkook le ofrecía y sin poder evitarlo se la tomó de un trago.

EPIFANIA 2  ||YOONMIN||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora