Capitulo 26. Despertar amada

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Ella se despertó después de haber hecho el amor más de 4 veces, su cuerpo adolorido le indicaba que había pasado una de las mejores noches de su vida, y se sintió inmensamente feliz.

Completa.

Saciada.

Sintió los besos de Vicenzo en su cuello y se movió en su regazo

—Hola, bella durmiente. ¿Cómo estás? te ves hermosa al despertar junto a mi. —aquello le llenó el corazón de un júbilo extraordinario y difícil de explicarse a sí misma.

¿Cómo era posible volver a enamorarse del mismo hombre que creía haber olvidado?

¿Cómo podría sentir aquello por su esposo, El hombre del que pensaba divorciarse?

La pregunta allí era ¿Como pensaba divorciarse ahora que se daba cuenta que jamás había olvidado a su esposo?

Cómo diablos podía un hombre ser tan perfecto y a la vez volverla tan insegura?

Vicenzo la miró con sus ojos oscuros intensos acariciando su alma con el brillo de estos.

—¿Por qué me miras así? —le preguntó —¿qué sucede?— ella pestañeó intentando ocultar sus dudas.

El calor que se estaba instaurando en su garganta, ese nudo que no dejaba que pronunciar las palabras, se hizo cada segundo más pesado.

¿Cómo decirle a Vicenzo que se había empezado a arrepentir ?

¿Cómo decirle que no quería divorciarse después de haber hecho el amor con el?

Más que nada, como Llamar a su casi prometido, y decirle que no iba a casarse con él porque quería mantenerse casada con Vicenzo ,con el hombre que la hizo su esposa, el hombre al que ella por amor le entregó su virginidad y que la amó durante horas como nadie lo había hecho y como ella jamás quería que alguien más lo hiciera.

Allí en aquella cama, el problema no radicaba en que nadie la amaría otra vez como él, el verdadero problema era que ella no deseaba que nadie lo hiciera.

—¿Es necesario que me asuste por lo que estás pensando?.— le dijo él sonriendo y besando su nariz con cariño.

—Estoy pensando algunas cosas.

—¿Cómo cuáles? sabes que soy muy Franco, Nella, la ambigüedad me molesta. Se franca conmigo. ¿que está pasando?

Ella no quería perder el contacto de sus brazos y se dio cuenta que al expresar sus sentimientos sus dudas iba a tener que separarse de él, mantener la distancia.

Necesitaba refrescar su mente, ella misma darle rumbo a sus pensamientos y después de tener los ubicados, expresarse sin que ofendiera a Vicenzo ni hundiéndose ella.

Lo que menos deseaba era confundir lo que estaba sintiendo en ese momento.

—Necesito darme una ducha. — Ella se levantó de la cama estropeada. le dolía el cuerpo y su sexo ardía como si estuviera en carne viva. .

Vicenzo con la ligera Barba que llevaba la vía rasguñado suavemente en la cara interna de sus muslos, cosa que en vez de incomodarla, le había subido aún más el libido.

Ella se había vuelto una fiera sexual.

¿todas las relaciones eran así? ¿todas las parejas perdían el control y el pudor cuando estaban teniendo sexo? ¿cuando hacían el amor?

EL ITALIANO VENGATIVO (EN EDICION)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora