Solo sería una visita a la farmacia, solo iría allí. Pediría una prueba de embarazo casera y saldría de inmediato hacia el apartamento para la tranquilidad de su hogar. Necesitaba con urgencia poder confirmar sus más grandes temores, que estaba embarazada, que estaba cargando un hijo de su esposo. Un matrimonio que había comenzado lleno de mentiras, pero que, comenzaba a estar lleno de esperanzas.Pon hubiese deseado encarecidamente que su hermana pasase aquel proceso con ella, poder contar con su hermana salía para ir a la farmacia a comprar la prueba de embarazo. El miedo entre sus manos temblorosas y la sonrisa nerviosa que en aquel momento iluminaba su rostro. Ella deseaba deseó con fuerzas que su hermana no hubiese hecho lo que hizo durante ese año completo. Deseó que su hermana le hubiese contado la verdad, de haberlo hecho, ella habría ido hasta Italia, a Nápoles, a buscar a su marido y a decirle que ella no le interesaba su dinero y probablemente las cosas se hubiesen terminado, tal vez si lo pensaba de esa forma, si calculaba las cosas a lo mejor su matrimonio no se hubiese solucionado.
Sin embargo la voz en la cabeza le decía que hubiese solucionado antes.
De haber tenido una respuesta por parte de Thalía, diciéndole que su marido, aún sabiendo que ella se había marchado el día después de su boda, ella estaba segura de que habría regresado tan solo para tirarle la tarjeta a la cara y decirle que ella no necesitaba su dinero, que no necesitaba que él costeara absolutamente nada de sus gastos. Que ella era una mujer independiente y que se conseguiría un trabajo tal y como había hecho, había estado costeando con su trabajo, con el dinero que ella se ganaba en base a trabajo duro y sacrificio, se había costeado todas sus cosas en España, no había necesitado en ningún momento de la ayuda de nadie, ni de siquiera de su hermana, ni tampoco de Scott. Al menos no había necesitado de Thalía después de que comenzó a trabajar y ahora que se daba cuenta a su hermana jamás le había brindado ayuda. Esa ayuda había llegado desde la tarjeta de su esposo.
Había vivido ese año en España en base a mentiras, creyendo que conocía realmente a su hermana menor, cuando en realidad esta solamente había estado buscando ventaja.
Su corazón era demasiado bueno y ella sabía que era muy débil. Todo el mundo se lo decía desde que ella era una niña. Todos le decían que su mayor debilidad era dejar que las personas hicieran lo que quisiesen con ella. Era dejarse pisotear por los demás, dejarse condicionar y que los otros le hicieran hacer lo que ellos deseara y no, lo que ella en verdad quisiera.
Antonella sabía que tarde que temprano iba terminar perdonando a su hermana, a quien no podría perdonar sería a Scott Belén, que le pintó un mundo de fantasías, que se ofreció ante ella como el mejor hombre que ella jamás tuviera tener, que ella confió en él a ciegas, que le contó sus secretos y miedos. Que le dijo que necesitaba tiempo para poder estar con él y él sin pensarlo, él dijo que podía tomarse todo el tiempo que ella necesitara, como si en verdad él fuera a esperarla, como si en verdad él la amara y ahora se daba cuenta de que todos aquellos meses habían sido producto de una mentira de un cuento armado tanto por él como por su hermana.
Pensándolo mejor era probable que durará un poco más en perdonar a su hermana.
Su teléfono sonó justo en el momento en que el chófer de su marido la dejó en el lobby.
—¿Sí? — preguntó al darse cuenta de que no tenía el número agregado y no sabía quién estaba detrás de la línea.
—Le habla Chris Benoit. — se identificó el hombre. — soy reportero de La Stampa. — Antonella redujo sus pasos hasta quedarse fría en medio del Lobby. Miró a todas partes con el miedo casi palpable de pensar que alguien lo estaba mirando.
Ese periódico era uno de los más conocidos en Italia. O más bien el más leído, todos veían el periódico al despertar en las mañanas. Su padre inclusive recordaba a su padre sentado en la mesa del comedor con una taza de café negro y el periódico en la otra mano.
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EL ITALIANO VENGATIVO (EN EDICION)
RomanceAntonella Luigi está casada, legalmente casada con un hombre que conoció un año y algunos meses atrás. Ella descubrió la razón de su matrimonio: una herencia por cobrar. Vicenzo Luigi, tuvo una condición para que pudiera cobrar su herencia: casarse...