Shadow's Love [Radioapple]

Mejor no decirlo

Preparen los pañuelos mis niños. (No se hacer angst, no se preocupen.💗)

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Gumi esperó hasta la noche para dirigirse a la habitación de Lilith, la primera mujer. Sin siquiera tocar, se adentró dentro de la habitación donde se encontró a la primera mujer jugando cartas con Razzle y Dazzel, y iba ganando.

─¡Ja, Ja! Pronto me van a dar todos sus ahorros.─Murmuró maliciosamente. Sin embargo, la mujer se dió cuenta de la presencia de aquella entidad y desvaneció el juego en dos por tres mientras pedía a las dos creaciones que se fueran para dejarlos a solas.

Gumi no había tenido una tan mala experiencia con la madre de Charlie. Obviamente eso de que su alma no era suya era algo turbio, pero ella no es que los haya tratado mal. Solo favores...aunque eso se acabó afortunadamente.

─Veo que eres la pequeña sombra de Alastor.─Alzó la voz, no teniendo una opinión concreta de la entidad.─¿Qué pasa? No creo que sea una causalidad que estés justamente en mi habitación, así que te recomiendo que hables rápido.

La sombra asintió, haciéndole una especie de ceña tratando de comunicarle algo...¡Que afortunadamente ella entendió!

─¿El beso sobre Lucifer y Alastor? ¡Oh, querido! ¿Por qué no lo dijiste antes?─La mujer hizó señas para que se sentará a su lado. La entidad se dirigió mientras la rubia manifestaba un cubito de palomitas y le ofrecía a la entidad un té. Mierda, parecía que iban a chismosear una telenovela.

Gumi aceptó el té mientras con señas narraba todo su plan entero. Lilith lo escuchó atentamente. ¡Al diablo con la playa en el cielo! Meterse en la vida de su ex marido era divertido. Y tal vez si con un poco de ayuda, no iban a ver rencores totalmente y entendía las razones de aquella peculiar sombra. Jamás había sentido tanta emoción en su vida desde que Hittler se suicidó.

─Muy bien; Dejame ver si entendí. ¿Quieres que te ayude a que Lucifer y Alastor sigan esa cosa tan extraña de relación que tienen?─Asintió la entedidad.─Conozco muy bien a mi ex esposo; Se lo que lo puede volver loco, pero ese consejo lo tendría que escuchar el cervatillo.

Gumi negó. Sabía que Alastor se negaría porque le tenía algo de rencor a aquella mujer. La cual le estaba dando consejos amorosos a su propia sombra...

Definívamente ya ni en nadie podía confiar.

Gumi pensó unos instantes mientras proponía reunirlos de "casualidad" a solas para que hablaran. No era una idea muy creativa, pero no tenía otra para hacer que ellos dos voluntariamente se juntaran.

Sin embargo, una energía en el lo hizó sentir un mal presentimiento de repente. Tocó su pecho, sintiendo la frustación de su dueño. Lilith notó eso inmediatamente, preocupándose por su nuevo amigo.

¿De verdad había disfrutado más la compañía de una sombra en media hora que la compañía del puto Adán en siete años?

Sí. Y aunque parecía patético, al final tenía otra cosa en común con Lucifer: un amigo sombra.

─¿Qué sucede?

La sombra no respondió─era una sombra, ¿como iba a responder?─sintió que algo andaba muy mal. Se desvaneció, dejando a la rubia con muchas preguntas.

No, señor. Por la madre que no tenía, iba a averiguarlo todo, después de todo, ya era involucrada en el asunto de Lucifer y Alastor.
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Y es que Lucifer había tenido la misma idea que Gumi; esperar hasta la noche para visitar al demonio de la radio completamente incómodo, espero paciente a que abriera la puerta y se encontró con aquel sujeto, quien frunció el ceño a pesar de su gran sonrisa.