Haru estaba sentada en el regazo de Hyunjin, moviendo su cintura con un ritmo lento pero seguro, mientras sus piernas estaban entrelazadas alrededor de él. Sus cuerpos, empapados en sudor a pesar del aire frío que circulaba por la casa de Hyunjin, se unían en un baile íntimo y apasionado. Los gemidos de Haru eran ahogados en un beso profundo, donde sus lenguas no podían separarse y el agarre de Haru alrededor del cuello de Hyunjin era firme, como si deseara sentirlo más profundamente dentro de ella.
Habían pasado dos horas desde que Haru había perdido oficialmente su virginidad, pero la intensidad de sus deseos no había disminuido. Ella había insistido en continuar, explorando nuevas posiciones que ni siquiera había visto en el porno. La novedad de la experiencia, combinada con la conexión que sentían, hacía que los gemidos de ambos se mezclaran en perfecta armonía. Hyunjin, fascinado por ser su primer amante, cumplía cada petición de Haru en la cama, aunque no le gustaba ser dominado de esa manera. Sin embargo, sentía una atracción innegable hacia ella, una conexión que parecía trascender el poco tiempo que llevaban conociéndose.
Mientras Haru se movía sobre él, el sonido de sus cuerpos uniéndose era casi hipnótico, como una gota de agua cayendo al suelo. Cada vez que Hyunjin entraba en ella, el sonido era como el de zapatos mojados al caminar, probablemente debido al látex del cuarto condón que habían usado esa noche.
—¿Quieres que aumente la velocidad? —Preguntó Hyunjin entre gemidos, mirando fijamente a Haru a los ojos.
—No —Respondió Haru, disfrutando del ritmo lento pero profundo.
El ritmo pausado permitía que cada movimiento se sintiera con una precisión exquisita. Haru podía sentir cada centímetro de Hyunjin dentro de ella, cada impulso enviando olas de placer por su cuerpo. La habitación resonaba con el sonido de su excitación, una sinfonía de placer compartido.
—Estoy cerca —Avisó Haru con un hilo de voz, aferrándose más a él mientras el cosquilleo en su entrepierna se intensificaba.
—Aguanta un poco más —Suplicó Hyunjin, deseando prolongar ese momento.
Hyunjin la besó de nuevo, tratando de ahogar los gemidos de Haru en un beso apasionado. Mientras sus labios se encontraban, ambos aceleraron el ritmo, sus cuerpos moviéndose al unísono en una danza frenética. El beso se volvió más salvaje, y Haru, en medio del éxtasis, mordió con fuerza el labio inferior de Hyunjin. Sentía que estaba al borde, pero se esforzaba por esperar a que él también alcanzara su clímax.
Finalmente, ambos alcanzaron su punto máximo juntos. Haru se abandonó al torrente de sensaciones, su cuerpo temblando mientras el orgasmo la envolvía. Hyunjin, sintiendo el mismo éxtasis, se dejó llevar por la ola de placer.
Hyunjin se dejó caer de espaldas en la cama, llevándose a Haru consigo y soltando un suspiro profundo, mezcla de cansancio y satisfacción. Nunca en su vida había experimentado un sexo tan intenso y gratificante. La forma en que Haru, pese a ser virgen hasta esa noche, sabía exactamente lo que quería y disfrutaba de cada momento de la intimidad era asombrosa. Parecía como si estuviera recuperando todo el tiempo perdido, explorando con entusiasmo y curiosidad cada aspecto de la experiencia.
Mientras yacían juntos, Hyunjin no podía evitar sentirse algo confundido por la rapidez con la que Haru había confiado en él. Quizás había sido por la forma en que él la había tratado desde que se conocieron, con su atención y coqueteo constantes. Ahora, esos hermosos ojos de Haru estaban fijos en él, llenos de una mezcla de afecto y deseo.
—¿Lo hacemos otra vez? —Preguntó Haru con una inocente sonrisa, recibiendo una mirada de sorpresa de Hyunjin, cuyo cabello estaba pegado a su frente y cuello por el sudor.
—¿Eh? —Hyunjin respondió, algo atónito. Estaba exhausto, habiendo llegado al clímax varias veces. La idea de seguir parecía imposible.
—Bromeo —Rió Haru, viendo cómo Hyunjin se quitaba el condón lleno y lo tiraba a un pequeño bote de basura junto a la cama.
Haru suspiró, disfrutando del contacto de Hyunjin mientras él le daba pequeños besos en la cabeza. Ella lo abrazó con más fuerza, pero recordó que debía regresar a casa antes de que sus padres notaran su ausencia.
—¿Qué pasa? —Preguntó Hyunjin, notando su inquietud.
—Tengo que ir a casa —Respondió Haru, haciendo un puchero.
—No vayas —Sugirió Hyunjin, apretándola más fuerte contra él con un tono de voz similar.
—Tengo que hacerlo —Dijo Haru, levantándose de la cama y comenzando a vestirse lentamente.
—Vives literalmente a dos metros de aquí —Se quejó Hyunjin, sentándose al borde de la cama, envuelto en la sábana.
—Lo sé, pero si mis padres se dan cuenta de que no estoy, podría meterme en problemas. No quiero perder su confianza, o podría quedarme atrapada en casa para siempre —Explicó Haru, poniéndose las medias y sosteniendo sus zapatos en la mano para no hacer ruido al regresar.
Hyunjin soltó un suspiro resignado, aceptando su partida, pero antes de dejarla ir, la tomó de la cintura, mirándola con ternura desde abajo mientras ella estaba de pie.
—¿Cuándo volveré a verte? —Preguntó.
—Somos vecinos —Rió Haru.
—No —Corrigió Hyunjin —¿Cuándo volveré a tenerte aquí conmigo?
—No lo sé —Sonrió ella, acariciando suavemente el cabello de Hyunjin hacia atrás—Cuando mis padres no estén. O quizás todas las noches, después de todo, somos vecinos. Úsalo a tu favor.
Justo cuando Haru estaba a punto de irse, Hyunjin se levantó de la cama, tomando una toalla para cubrirse y la acompañó hasta la puerta. La tomó de la mano mientras ella cargaba sus zapatos en la otra. Al llegar a la puerta, antes de dejarla ir, la jaló suavemente del brazo para robarle un último beso de despedida.
—Nos vemos pronto, Honey —Dijo con una sonrisa triunfante, viendo cómo ella sonreía y se alejaba hacia su casa.
A esa hora de la mañana, ni Hyunjin ni Haru se preocuparon mucho por ser vistos. Sin embargo, para su mala suerte, Emma, una vecina que estaba trotando, los vio. Aunque no había nada oficial entre ella y Hyunjin, ver a Haru salir de su casa la llenó de una inexplicable sensación de celos.
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HONEY┃HYUNJIN.
Mystery / Thriller𝐇𝐎𝐍𝐄𝐘┃a 𝐇𝐰𝐚𝐧𝐠 𝐇𝐲𝐮𝐧𝐣𝐢𝐧 le gustaban mucho sus ojos color miel, expresaban lo dulce que era Haru a través de su sonrisa cálida y mirada cómplice. Esos ojos miel, los cuales habían hecho que se enamorara de ella, ya que no eran tan comu...