Mientras tanto, Haru se encontraba en su casa, consumida por la preocupación y la tristeza. Sus ojos estaban hinchados y oscuros, marcados por las lágrimas que no había dejado de derramar durante todo el día. El jardín delantero, normalmente un lugar de tranquilidad, ahora era testigo de su angustia. Sentada en uno de los bancos, miraba sin ver, perdida en sus pensamientos y en el vacío que sentía en su interior. Sus padres estaban fuera, dejándola sola en ese momento de crisis.
Haru se había pasado el día tratando de encontrar a Hyunjin, primero en su casa y luego en la de Emma, pero no había rastro de ninguno de los dos. La ausencia de Hyunjin la llenaba de un temor creciente. No había sido el frío de la noche lo que la hacía temblar, sino la culpabilidad y la incertidumbre. Había provocado un conflicto enorme al no decirle la verdad a Hyunjin, y ahora temía las consecuencias de sus acciones.
Nunca pensó que Hyunjin reaccionaría de manera tan intensa. Había demostrado que la quería, y ella lo sabía. Ese conocimiento le daba esperanzas y al mismo tiempo la hundía en la desesperación. En un impulso, se levantó del banco con una energía renovada, decidida a encontrarlo. El lago, el lugar donde ellos dos habían establecido su conexión más profunda, era el único sitio que se le ocurría donde Hyunjin podría estar buscando soledad y reflexión.
Haru empezó a correr, impulsada por una mezcla de miedo y determinación. Solo había memorizado el camino una vez, pero estaba dispuesta a llegar por sí misma. Cada paso que daba era una lucha contra el pánico que sentía. ¿Qué pasaría si no lo encontraba? ¿Si no podía explicarle todo y arreglar las cosas?
Al llegar al lago, su respiración era agitada. Miró alrededor, buscando cualquier señal de Hyunjin, pero no había nada. Solo el suave murmullo del agua y la oscuridad la rodeaban. A pesar de la iluminación escasa, vio algo que reconoció: la lámpara de gas que habían usado durante su encuentro nocturno. La vista de ese objeto, símbolo de un momento de conexión, hizo que un nudo se formara en su garganta. Lágrimas ardientes llenaron sus ojos al darse cuenta de la magnitud de su error. Dejar ir a Hyunjin de esa manera, terminar todo sin una explicación adecuada, era algo que nunca se perdonaría.
—¡Hyunjin! —Gritó, con la voz quebrada por la desesperación.
Miró a su alrededor, esperando una respuesta, pero solo el eco de su voz y el silencio de la noche le respondieron. Se dio cuenta de que estaba sola, el mirador estaba demasiado lejos y la oscuridad no ayudaba. Su corazón se hundió aún más, comprendiendo que no lo encontraría esa noche. Haru decidió regresar a casa, con la esperanza de que Hyunjin volvería y podría explicarle todo desde la ventana de su habitación.
La ansiedad la consumía, la idea de perderlo para siempre era insoportable. Sabía que debía arreglar las cosas, que esa noche era crucial. Si no lo hacía, temía que la conexión que tenían se rompiera irreparablemente.
Mientras tanto, en el interior del mirador, Hyunjin y Sam estaban ocupados limpiando frenéticamente con lejía. El fuerte olor químico impregnaba el aire, mezclándose con el metálico olor de la sangre que todavía quedaba en el ambiente. Ambos hermanos trabajaban en silencio, cada uno sumido en sus propios pensamientos. Hyunjin, sin embargo, no podía dejar de pensar en la casilla llena de sangre que habían dejado atrás. Sabía que intentar limpiarla antes del amanecer era una tarea imposible y una pérdida de tiempo. En su mente, comenzó a planear un nuevo curso de acción.
Hyunjin había recordado cómo había engañado a Sam anteriormente, diciéndole que había quemado el cadáver de su madre para protegerlo de la verdad. Ahora, una idea similar surgía en su mente, una que podría resolver todos sus problemas de una vez: esparciría los restos de Emma en la casilla y luego prendería fuego al lugar. De esa manera, todas las pruebas, huellas y el propio cuerpo se convertirían en cenizas, eliminando cualquier rastro de su crimen.
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HONEY┃HYUNJIN.
Misteri / Thriller𝐇𝐎𝐍𝐄𝐘┃a 𝐇𝐰𝐚𝐧𝐠 𝐇𝐲𝐮𝐧𝐣𝐢𝐧 le gustaban mucho sus ojos color miel, expresaban lo dulce que era Haru a través de su sonrisa cálida y mirada cómplice. Esos ojos miel, los cuales habían hecho que se enamorara de ella, ya que no eran tan comu...