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Hyunjin sonrió de manera burlona, sacudiendo la cabeza lentamente como si se divirtiera con la situación. Sin embargo, al notar que Haru mantenía una expresión seria, esperando una respuesta clara, su rostro también se tornó serio. Había una tensión palpable en el aire, una espera silenciosa que llenaba el espacio entre ellos.

—Es algo que se tiene que hablar en persona —Respondió con un tono coqueto, sus ojos brillando con un destello juguetón. Haru, aún cruzada de brazos, no pudo evitar sentirse nerviosa. Soltó una risita nerviosa, sintiéndose tímida ante la situación.

—Solo contesta —Insistió, su voz suave, pero firme. Su corazón latía con fuerza mientras esperaba su respuesta, temiendo lo que podría escuchar, pero deseando saber la verdad.

Hyunjin la miró directamente a los ojos, su expresión se suavizó, y con una honestidad palpable, habló.

—Te lo dije antes, me gustas —Admitió, sus palabras cargadas de sinceridad —Eso significa que no te veo como un objeto, como alguien con quien solo tendría sexo y luego abandonaría. No es así.

Las palabras de Hyunjin hicieron eco en la mente de Haru, llenándola de una mezcla de alivio y temor. Estaba sorprendida por la franqueza con la que hablaba, tanto que sentía miedo de profundizar más y enfrentarse a respuestas que podrían herirla. Hasta ahora, Hyunjin sabía mucho sobre ella, mientras que ella apenas conocía detalles superficiales de él.

—¿Cómo sé que no mientes? —Preguntó juguetonamente, tratando de aligerar el ambiente, aunque en el fondo esa era una de sus preocupaciones reales.

Hyunjin la miró con una sonrisa, levantando una ceja en un gesto de leve incredulidad.

—¿Por qué no me creerías? Te lo he dicho y demostrado desde que te conocí, ¿no? —Respondió, mientras la observaba detenidamente, su mirada recorriendo cada detalle de su rostro, como si quisiera memorizarlo.

Haru se encogió de hombros, sintiéndose un poco vulnerable al admitir sus dudas.

—No lo sé —Dijo, jugando con un mechón de su cabello —No sé nada de ti, y eso hace que dude de las cosas que dices o haces. Los hombres son muy buenos mintiendo.

Hyunjin soltó una carcajada genuina, su risa resonando en la quietud de la noche.

—Ven aquí —Murmuró con cariño, su voz baja y suave, cargada de una ternura inesperada. Su mirada reflejaba amor y dulzura, algo que hizo que Haru se sintiera aún más confundida.

—¿Qué? —Preguntó Haru, sorprendida por la invitación.

—Ven —Repitió Hyunjin, estirando la mano hacia ella —Durmamos juntos. ¿O quieres que vaya yo?

La propuesta de Hyunjin la dejó sin palabras por un momento. Su corazón latía desbocado, y un sinfín de pensamientos cruzaron por su mente. Había algo tan íntimo en su propuesta, tan genuino, que Haru se sentía dividida entre el deseo de aceptar y el miedo a lo desconocido. Sabía que decir que sí significaba abrirse a una nueva etapa en su relación con él, una que podría llevarla a lugares inesperados y potencialmente dolorosos. Pero también sabía que quedarse donde estaba, sin responder a la llamada de Hyunjin, significaba quedarse estancada en sus miedos e inseguridades.

Haru se encontraba en un dilema interno, deseando más que nada que Hyunjin pudiera quedarse con ella esa noche. Sabía que era una oportunidad única, ya que sus padres estarían fuera por una entrevista de trabajo al día siguiente. No tendría que preocuparse por levantarse temprano ni por regresar a su habitación antes de que ellos notaran su ausencia. Era el momento perfecto para fortalecer su conexión con Hyunjin y desafiar las palabras de Emma, demostrando que su relación era real y significativa.

—No te dejaré entrar a mi habitación —Dijo Haru, tratando de parecer indiferente, aunque su tono traicionaba una pizca de emoción. Hyunjin soltó una carcajada, encontrando divertida su aparente resistencia.

—¿Por qué? —Preguntó con tono juguetón —¿Todo está rosita?

—Te gusta mucho ese color de todos modos, ¿no? —Respondió Haru, insinuando un doble sentido que hizo que Hyunjin se riera aún más.

Su risa era contagiosa, y Haru no pudo evitar sonreír también. La expresión en el rostro de Hyunjin se tornó lujuriosa por un instante, lo que hizo que Haru sintiera un cosquilleo en el estómago.

Hyunjin apreciaba el sentido del humor de Haru; le encantaba cómo siempre encontraba una manera de incluir comentarios pícaros y divertidos en sus conversaciones. En ese momento, más que nunca, deseaba estar cerca de ella, no solo para disfrutar de su compañía sino para sentir su calidez. Era una sensación nueva para él, este anhelo de compartir un espacio íntimo con alguien de una manera tan genuina. Si Haru aceptaba, sería la primera vez que experimentaba el verdadero afecto, compartiendo una cama sin necesidad de desnudarse ni de buscar placeres pasajeros.

—Se ve muy bien en ti —Respondió Hyunjin, continuando con el doble sentido.

—Gracias —Respondió Haru con una sonrisa brillante. Luego, recordando la invitación tácita de Hyunjin, preguntó—: ¿Y... cómo piensas que vaya a tu casa? No voy a saltar por la ventana.

Hyunjin rió ante la imagen de Haru trepando por su ventana.

—¿Quieres que vaya yo? —Volvió a preguntar, su tono era serio pero con una chispa de interés. Estaba realmente intrigado por cómo sería la habitación de Haru; era una faceta de ella que aún no había descubierto.

Haru se mordió los labios, ocultando su nerviosismo mientras movía sus piernas de un lado a otro. Miró hacia atrás, como si alguien pudiera estar observándola o escuchando su conversación con Hyunjin, pero pronto desechó esa idea. Su habitación estaba asegurada y sus padres dormían profundamente. Cuando volvió a mirar a Hyunjin, vio en su rostro una mezcla de ilusión y esperanza. Sabía que esta noche podría ser especial si aceptaba, pero también entendía los riesgos.

—No lo sé, Hyunjin —Dijo, dudando, su voz apenas un susurro.

—Solo vamos a dormir, a dormir y ya —Le aseguró Hyunjin con una sonrisa tranquilizadora —A menos que tú quieras hacer otras cosas. Todo estará en tus manos.

Haru lo miró, sintiendo un torbellino de emociones. No quería que sus padres la descubrieran, especialmente con Hyunjin en su habitación. Sabía que debían levantarse temprano y que, por lo general, no interrumpían su sueño, pero siempre existía la posibilidad de que algo imprevisto ocurriera.

—No quiero que mis padres me descubran —Murmuró Haru —Tienen que levantarse temprano porque tienen cosas que hacer, y aunque no suelen interrumpir cuando estoy durmiendo, las cosas podrían complicarse. No sabemos qué podría pasar.

Hyunjin asintió, un destello de desilusión cruzó su rostro.

—Ya veo... —Dijo, su voz reflejando una ligera tristeza.

Haru, queriendo mantener la atmósfera ligera y evitar que él se sintiera mal, sonrió de nuevo.

—Pero si quieres venir tú aquí... —Ofreció, su tono volviéndose coqueto —Eres bienvenido. Eso sí, no sé cómo le harás para venir —Rieron juntos, compartiendo la complicidad del momento —Aunque podemos arriesgarnos a que entres por la puerta.

HONEY┃HYUNJIN.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora