Hyunjin se encontraba tumbado boca arriba, observando el techo de su habitación, cubierto de dibujos que él mismo había hecho durante meses. Entre sus dedos, sostenía un cigarrillo que exhalaba una línea de humo que ascendía lentamente, creando un efecto casi artístico en el aire. A pesar de que el sol brillaba con fuerza, el aire era fresco, lo que impedía que sudara mientras se relajaba en el mirador que ofrecía una vista panorámica del lago, el mismo lugar donde había llevado a Haru. Desde allí, se podían ver el muelle y las tiendas, que a esa hora del día estaban llenos de gente.
El sonido de una puerta abriéndose le indicó que alguien más había entrado al mirador. Era su hermano, que llevaba consigo un par de latas de soda, hielo y un paquete de gomitas agridulces. Las gomitas eran un ingrediente esencial para una bebida sin alcohol que Hyunjin solía hacer, una especie de limonada sin limón, usando Seven Up de naranja.
—Te traje esto —Dijo su hermano, extendiéndole las cosas —También te traje más cigarrillos.
—¿Los trajiste de menta? —Preguntó Hyunjin, sin desviar la mirada del techo.
Su hermano asintió, aunque Hyunjin no estaba mirándolo, por lo que respondió en voz alta.
—Sí.
Hyunjin se levantó lentamente de la cama, tomando la caja de cigarrillos con una expresión de alivio. Encendió uno con el encendedor que había dejado en una mesita cercana y dio una calada profunda, soltando un suspiro de satisfacción mientras el sabor mentolado llenaba su garganta y sus fosas nasales. Expulsó el humo lentamente, primero por la nariz y luego por los labios, antes de esbozar una pequeña sonrisa de agradecimiento hacia su hermano.
—Gracias.
Su hermano le devolvió la sonrisa, pero había algo en su expresión que denotaba complicidad y un toque de burla. Mientras destapaba una lata de soda, Hyunjin notó esa mirada y se sintió un poco incómodo.
—¿Qué? —Preguntó a la defensiva.
—¿Me vas a decir cómo se llama? —Inquirió su hermano con un tono burlón, mientras metía los hielos en una nevera portátil para enfriar las bebidas.
Hyunjin tomó otra calada de su cigarrillo, expulsando el humo rápidamente, antes de tomarse un momento para responder. Sabía exactamente a qué se refería su hermano, pero no estaba dispuesto a hablar de ella.
—¿Quién? —Contestó, fingiendo ignorancia, con una sonrisa que no alcanzaba sus ojos.
—Sabes perfectamente de quién hablo —Dijo su hermano, extendiendo la mano para pedir el cigarrillo, que Hyunjin le entregó sin objeciones.
El mirador era su refugio, un lugar donde los hermanos Hwang podían hablar libremente, sin temor a ser escuchados o juzgados. Era su santuario, lejos del mundo superficial de los ricos del vecindario que los rodeaba y que siempre los había visto como diferentes. Quizás por eso, pocos se atrevían a ser sus amigos; les resultaban demasiado auténticos, casi brutales en su franqueza.
—Los vi anoche —Confesó su hermano de repente —Desde aquí.
Hyunjin levantó una ceja, sin perder la calma.
—¿Eh? —Fingió confusión.
—A ti y a esa chica —Continuó su hermano, con una sonrisa burlona —Encuerados, en el lago.
La expresión de Hyunjin se tornó seria. Aunque confiaba en su hermano, la idea de haber sido espiado no le hacía ninguna gracia. Aún más, le preocupaba que alguien más hubiera podido verlos.
—Perdón —Se disculpó su hermano al ver la incomodidad de Hyunjin —Es solo que me pareció bonito, ¿sabes? No me estoy burlando, de verdad pienso que fue algo... especial.
—¿Cuánto viste? —Preguntó Hyunjin, manteniendo un tono serio.
—Todo —Admitió su hermano, sin rastro de burla esta vez.
Hyunjin suspiró, devolviéndole el cigarrillo.
—Carajo —Murmuró, sin poder evitar una risa nerviosa.
—Lo siento —Repitió su hermano, más sinceramente esta vez —Es que nunca te había visto así, tan... diferente. Es la primera vez que traes a alguien aquí, a nuestro lugar.
—Ya... —Hyunjin intentó cambiar el tema —La próxima vez, enfócate en tus propios asuntos.
Hyunjin volvió a recostarse en la cama, mientras su hermano lo observaba con una mezcla de curiosidad y preocupación.
—¿Tuvieron sexo? —Preguntó su hermano con una sonrisa burlona.
—No voy a hablarte de mi vida sexual, Sam —Respondió Hyunjin, usando el nombre de su hermano para enfatizar su punto.
—Al menos dime cómo se llama —Insistió Sam, acostándose a su lado —¿Por qué es tan especial?
Hyunjin se quedó en silencio por un momento, pensando en Haru. Una sonrisa se dibujó en su rostro al recordar la noche anterior.
—Es especial porque así la veo yo —Respondió, todavía sonriendo —Creo que estoy enamorado.
Sam lo miró, analizando sus palabras y su comportamiento. Sabía que Hyunjin había tenido malas experiencias en el pasado cuando se "enamoraba", y temía que esta vez no fuera diferente. Pero no dijo nada, prefirió apoyar a su hermano en lo que pudiera.
—¿Tiene ojos claros? —Preguntó Sam, curioso.
—¿Eso qué tiene que ver? —Respondió Hyunjin, un poco a la defensiva.
—Mucho —Rió Sam —No es la primera vez que te obsesionas con chicas de ojos claros y siempre terminas cometiendo errores y con el corazón roto.
—Es diferente —Insistió Hyunjin —Ella es diferente, es hermosa. Si tan solo la vieras, si tan solo vieras lo hermosos que son sus ojos. Son color miel, se ven tan dulces que podrías comértelos.
—¿Es de aquí? —Preguntó Sam, genuinamente interesado.
—No —Respondió Hyunjin —Es adoptada, es japonesa. Se acaba de mudar y lo que la hace especial es que nunca he visto a una asiática con esos ojos.
—¿Y si son falsos? —Bromeó Sam.
—No lo son —Aseguró Hyunjin.
—¿Cómo estás tan seguro?
—Porque los he visto de cerca —Respondió Hyunjin, sonriendo —Muy de cerca.
Sam soltó una carcajada, confirmando sus sospechas.
—Entonces sí tuviste sexo con ella —Afirmó Sam, con tono burlón.
—Eso no te importa —Replicó Hyunjin, irritado —Y quita tu horrible cara de mi vista.
—Te recuerdo que soy tu gemelo —Se burló Sam —Y si tengo una horrible cara, tú también.
—Sí, sí —Hyunjin se levantó de la cama, riendo —Como tú digas, de todos modos soy más atractivo que tú.
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HONEY┃HYUNJIN.
Mystery / Thriller𝐇𝐎𝐍𝐄𝐘┃a 𝐇𝐰𝐚𝐧𝐠 𝐇𝐲𝐮𝐧𝐣𝐢𝐧 le gustaban mucho sus ojos color miel, expresaban lo dulce que era Haru a través de su sonrisa cálida y mirada cómplice. Esos ojos miel, los cuales habían hecho que se enamorara de ella, ya que no eran tan comu...