Los ojos de Haru se encontraron con los de él, llenos de una mezcla de deseo y rendición. Colocó sus manos en el pecho de Hyunjin, disfrutando del calor y la firmeza bajo sus palmas. Cuando vio que Haru empezaba a ceder, Hyunjin la atrajo hacia sí, haciendo que se tumbara sobre él. Sus labios se encontraron con una pasión urgente, uniendo sus bocas en un beso profundo y cargado de electricidad. Las manos de Haru recorrieron el cuerpo de Hyunjin, deslizando sus dedos por su piel mientras levantaba sus brazos sobre su cabeza, dejando al descubierto su abdomen.
Haru comenzó a besar la parte interior de los brazos de Hyunjin, sus labios dejando un rastro de besos húmedos que se deslizaron hasta su cuello. Allí, dejó una marca visible, un chupetón, como señal de posesión, tal como Hyunjin había hecho con ella. Era una declaración silenciosa de su pertenencia mutua, una marca visible de su deseo. Mientras sus labios exploraban el cuello de Hyunjin, Haru comenzó a quitarse sus shorts, revelando unas braguitas rojas. Hyunjin soltó un suspiro de admiración al verlas; el contraste del rojo vibrante sobre su piel le recordaba la intensidad de su deseo, como sangre en la nieve.
Con una mirada traviesa, Haru evitó que Hyunjin la tocara, levantando de nuevo sus manos y dejándolas sobre su cabeza. Ella se movía de arriba a abajo, rozando intencionadamente su cuerpo contra el creciente bulto que se formaba bajo las pijamas de Hyunjin. La fricción era deliciosa, y ambos podían sentir la creciente tensión entre ellos. Hyunjin intentó una vez más tocarla, pero Haru lo detuvo, provocando una risa de él que rápidamente contagió a Haru.
Hyunjin sabía que, en cualquier momento, podría tomar el control. Podría levantarse, acorralarla contra el ventanal y hacerla suya, sus gemidos resonando en el silencioso entorno del mirador, posiblemente incluso escuchados por los pocos que pudieran estar al otro lado del lago. Pero decidió jugar su juego, dejándole la ilusión de control, disfrutando de cada momento.
—¿En qué piensas? —Preguntó Haru con una sonrisa traviesa, mientras guiaba las manos de Hyunjin hacia su trasero, permitiéndole finalmente tocarla.
—En nada —Respondió él, con un tono coqueto mientras apretaba suavemente su trasero, disfrutando de la sensación —Joder, me encantas. Me encanta todo de ti.
Hyunjin llevó sus manos con firmeza a las mejillas de Haru, acercando sus rostros hasta que sus labios se encontraron en un beso salvaje, cargado de un deseo incontrolable. La intensidad del contacto era tal que parecía que Hyunjin podría arrancar el labio inferior de Haru en cualquier momento, presa de una necesidad ardiente que no lograba saciarse, incluso con ella tan cerca. La visión de Haru empotrada contra el ventanal solo alimentaba su deseo, haciendo que el fuego en su interior creciera sin freno.
—Quiero tenerte —Murmuró Hyunjin entre besos, sus manos recorriendo el cuerpo de Haru con avidez —Quiero que seas mía completamente, Haru.
—Hazlo —Respondió ella con la misma pasión, mirándolo a los ojos mientras él la alzaba para sentarse con ella a horcajadas sobre su regazo —Hazme tuya.
El deseo era palpable, casi tangible en el aire entre ellos. Hyunjin, con manos temblorosas de anticipación, comenzó a quitarle la blusa a Haru, mientras ella hacía lo mismo con su camiseta. El torpe intento simultáneo los hizo reír, una risa que aligeró por un momento la intensidad del momento, permitiéndoles disfrutar de la intimidad del acto. Pero la risa fue breve; el fuego del deseo pronto los consumió de nuevo, sus bocas encontrándose en un beso profundo y urgente.
Hyunjin no podía entender del todo por qué se sentía tan excitado esa noche, aunque sospechaba que el reciente y violento acto de eliminar a Emma había desencadenado una lujuria intensa en él. Ver a Haru con esa ropa interior roja solo aumentó su deseo; ella era como una ofrenda, una visión provocativa que lo hizo sentir un ansia irrefrenable por poseerla, por hacerla suya en cuerpo y alma.
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HONEY┃HYUNJIN.
Mystery / Thriller𝐇𝐎𝐍𝐄𝐘┃a 𝐇𝐰𝐚𝐧𝐠 𝐇𝐲𝐮𝐧𝐣𝐢𝐧 le gustaban mucho sus ojos color miel, expresaban lo dulce que era Haru a través de su sonrisa cálida y mirada cómplice. Esos ojos miel, los cuales habían hecho que se enamorara de ella, ya que no eran tan comu...