HONEY┃HYUNJIN.

20

Haru caminaba por las calles con una sensación de pesadez en el pecho. Cada paso era lento y forzado, como si el peso de la situación la estuviera aplastando. Las lágrimas se acumulaban en sus ojos, amenazando con caer en cualquier momento. Sabía que lo mejor sería contarle la verdad a Hyunjin, pero la amenaza de Emma, con ese vídeo comprometedor en su poder, la aterrorizaba. Emma había sido clara: si Haru no seguía sus instrucciones, el vídeo sería publicado, exponiéndola y dañando la reputación de ambos.

Jugando nerviosamente con sus dedos, Haru se encontró frente a la puerta de la casa de Hyunjin antes de darse cuenta. Había intentado convencerse de que no debería ir, pero la insistencia de Emma la había llevado allí. Respiró hondo y tocó el timbre, sintiendo cómo su corazón latía con fuerza en su pecho. Hyunjin abrió la puerta, su rostro reflejando una mezcla de sorpresa y confusión. Parecía ajeno al torbellino de emociones que Haru estaba experimentando.

Sin esperar una invitación, Haru entró en la casa y empezó a hablar rápidamente, sin darle tiempo a Hyunjin de reaccionar. Sus palabras salieron atropelladas y llenas de dolor, con lágrimas que finalmente comenzaron a correr por sus mejillas.

—No creo que esto funcione —Dijo con la voz temblorosa, incapaz de contener más el llanto —No creo que pueda ser tu novia, no creo que esto sea una buena idea. Lo del lago no debió pasar, nada de lo que pasó esa noche debió pasar. No debí invitarte a mi casa. Nunca debí aceptar que me hablaras. Por favor, no quiero que me busques, que me hables, mucho menos quiero que sigas asomándote en tu ventana a lanzar canicas a la mía.

Hyunjin, atónito, apenas logró decir "¿Qué?" antes de que Haru se diera la vuelta y saliera de la casa apresuradamente. Sin embargo, antes de cerrar la puerta tras de sí, Haru se volteó una última vez, con una expresión de profundo dolor en su rostro.

—No me busques, no me hables —Repitió, con una voz que apenas podía contener el llanto, antes de salir de allí —No quiero saber nada de ti.

De vuelta en su casa, Haru cerró la puerta con fuerza, como si intentara cerrar el dolor y la confusión fuera de su vida. Subió corriendo a su habitación y se lanzó a la cama, ahogando sus gritos de angustia en la almohada. Cerró las cortinas, asegurándose de que no hubiera ninguna posibilidad de que Hyunjin la viera desde afuera. Sentía que todo se desmoronaba a su alrededor.

Sabía que su relación con Hyunjin había sido un sueño demasiado bueno para ser verdad. Se sentía sucia y asquerosa al pensar en el vídeo que Emma tenía, y la posibilidad de que sus padres lo vieran la aterrorizaba. Además, la diferencia de edad entre ella y Hyunjin solo complicaba más las cosas. No sabía exactamente cuántos años tenía Hyunjin, pero era evidente que él era mayor, y eso podría causar problemas aún mayores si el vídeo se hacía público.

Mientras lloraba desconsoladamente, Haru se preguntaba cómo había llegado a este punto. Se odiaba a sí misma por haberse dejado llevar, por haberse expuesto de esa manera. Sentía que había perdido algo precioso, algo que apenas había comenzado a entender. Y todo porque había dejado que el miedo y la manipulación de Emma la controlaran. Sentía que todo había sido un error, desde ir al lago hasta involucrarse con Hyunjin, y ahora debía enfrentar las consecuencias de esas decisiones.

Horas después de la forzada ruptura con Hyunjin, Haru se encontraba aún en su cama, incapaz de moverse. Sus ojos estaban hinchados de tanto llorar, y el sol comenzaba a ponerse, tiñendo la habitación de un tono naranja melancólico. No tenía ganas de levantarse ni enfrentarse al mundo exterior. La tristeza y el peso de la situación la tenían atrapada en un estado de inercia, mientras su mente repasaba una y otra vez los eventos que la llevaron hasta aquí.

Por otro lado, Hyunjin regresó a casa con una sonrisa en su rostro, sin sospechar nada de lo que había sucedido. Estacionó su auto y entró en su hogar, encontrándose con su hermano gemelo, Sam, quien estaba cómodamente sentado viendo televisión. Después de un breve saludo, Hyunjin subió a la segunda planta para darse una ducha. Al pasar junto a la ventana que daba hacia la casa de Haru, notó que estaba cerrada y a oscuras, algo inusual, pero decidió no darle mucha importancia en ese momento, pensando que podría contactarla más tarde.