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Haru caminaba junto a sus padres, Cori y Lucas, por los pasillos del supermercado, sintiéndose ligeramente incómoda bajo la mirada de algunos hombres que, acompañados de sus esposas, no podían evitar mirarla. Vestía ropa ligera por el calor, y aunque esto era completamente normal para ella, notaba que esos hombres parecían juzgar a sus padres por permitirle vestirse así. Sin embargo, Cori y Lucas, siendo americanos y de mentalidad abierta, no se preocupaban por estas cosas. Ellos siempre habían sido liberales en su crianza, confiando en que Haru, su hija adoptiva, era lo suficientemente madura para tomar sus propias decisiones. La madre biológica de Haru, de quien apenas sabía algo, seguramente habría tenido una opinión diferente, pero había perdido cualquier derecho a influir en la vida de Haru cuando la dio en adopción.

Mientras caminaban, Cori se acercó a Haru con una sonrisa, sosteniendo dos tipos de repelentes de insectos y lociones, invitándola a elegir. Haru sonrió de vuelta, aunque con un toque de culpabilidad, recordando cómo había convencido a sus padres de que los chupetones en su cuello eran picaduras de mosquitos. No había querido contarles la verdad sobre su noche con Hyunjin, temiendo su reacción.

—Cualquiera está bien —Dijo Haru, desviando la mirada hacia la sección de frutas. Allí, encontró fresas, y no pudo evitar sonreír al recordar cómo esos pequeños frutos habían sido parte de sus primeros momentos con Hyunjin.

Lucas se unió a ellas, tomando los productos que Cori había elegido.

—Compraremos los trajes de baño más tarde, si te parece —Sugirió.

—No es necesario —Respondió Haru suavemente —Puedo usar los que ya tengo.

Cori, ligeramente confundida, la miró.

—Pensé que habías dicho que ya no tenías —Comentó.

—Ya no tengo de mi talla —Explicó Haru —Parece que estoy subiendo de peso.

Lucas, con una sonrisa comprensiva, revolvió el cabello de Haru.

—Estás creciendo, corazón —Dijo amablemente.

Mientras se dirigían a la caja para pagar, Haru miraba alrededor, buscando inconscientemente a Hyunjin. No lo había visto ni hablado con él desde la noche anterior, y aunque trataba de no preocuparse, no podía evitar temer lo peor. Las historias de adolescentes que veía en series como Euphoria y Sex Education la hacían pensar que podría ser solo una más en la lista de Hyunjin, alguien con quien él se divertía y luego olvidaba.

De repente, vio a Emma acercarse con una gran sonrisa. Haru suspiró, sintiéndose incómoda y deseando evitar la conversación. Sus padres, notando la situación, se alejaron un poco, respetando el espacio de Haru pero manteniéndose atentos.

—Días sin verte —Dijo Emma, con una sonrisa que no alcanzaba sus ojos.

—Sí, ha pasado un tiempo —Respondió Haru, intentando sonar neutral, pero su cansancio era evidente.

Emma lanzó una mirada rápida a Cori y Lucas, quienes seguían con las compras pero no dejaban de observar la interacción. Luego, Emma centró su atención en Haru, notando las marcas en su cuello. Sus ojos brillaron con una mezcla de satisfacción y rabia contenida.

—¿Podemos hablar? —Preguntó Emma, intentando parecer amable —En privado.

Lucas, notando el malestar de Haru, intentó intervenir.

—Haru no tendrá mucho tiempo, ya casi nos vamos.

—No tomará mucho tiempo —Insistió Emma, agarrando a Haru del brazo y llevándola a un rincón más apartado.

—¿Por qué hiciste eso? —Preguntó Haru, acariciando el lugar donde Emma la había sujetado.

—No quiero que tus padres sepan que eres una zorra —Soltó Emma, con veneno en cada palabra —No soy tan mala persona después de todo.

HONEY┃HYUNJIN.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora