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Hyunjin salió de su casa con discreción, usando una sudadera con capucha para pasar desapercibido. Quería evitar que los vecinos lo vieran dirigirse a casa de Haru a altas horas de la noche, consciente de que Haru era menor de edad y deseando evitar malentendidos. Aunque sus intenciones eran puras, sentía una mezcla de nerviosismo y emoción mientras caminaba por las calles tranquilas, iluminadas solo por las luces tenues de las farolas.

Al llegar, Haru ya lo esperaba en la puerta. Estaba nerviosa, pero también emocionada. Abrió la puerta con cuidado para no hacer ruido, y cuando Hyunjin entró, lo tomó de la mano, guiándolo con sigilo por el pasillo oscuro. Subieron las escaleras en silencio, cada paso medido para evitar el crujido de la madera y no despertar a los padres de Haru. Mientras subían, Hyunjin no pudo evitar notar cómo los shorts de pijama de Haru dejaban entrever un poco más de piel con cada paso, lo que lo hizo sonreír levemente, aunque trató de mantener sus pensamientos enfocados en la conversación que tendrían.

Finalmente, llegaron a la habitación de Haru. Ella abrió la puerta con cuidado, permitiendo que Hyunjin entrara primero antes de cerrarla y asegurarla con el seguro. La habitación estaba iluminada por una lámpara en forma de medusa que emitía una luz suave y azulada, creando un ambiente tranquilo y algo etéreo. Hyunjin se quedó unos momentos mirando alrededor, absorbiendo los detalles del espacio personal de Haru, desde los pósters en las paredes hasta la colcha de su cama, todo parecía reflejar su personalidad.

Haru se acercó a él, quitándole la capucha y luego la sudadera, colocándola en una silla cercana. Lo sentó en la orilla de la cama, mientras que ella se sentó encima en su regazo. Hyunjin, con una sonrisa, no pudo evitar rodear sus brazos en su cintura y luego bajar más la palma de sus manos y posicionarla en su trasero.

—Estás preciosa —Dijo suavemente, sus ojos fijos en los de ella. Haru sonrió, sintiéndose un poco tímida bajo su intensa mirada, pero no apartó la vista.

—¿Tú crees? —Respondió con un tono juguetón, buscando alivianar el ambiente.

—Sí, lo creo. Extrañé verte hoy —Contestó él, apretando suavemente su trasero —Me preocupé cuando no supe nada de ti.

Haru se rió suavemente, bajando la mirada por un momento antes de volver a levantarla.

—Solo dormí mucho, estaba cansada —Explicó Haru suavemente, mientras sus dedos jugaban con los cabellos de la nuca de Hyunjin.

Su toque era ligero, como una caricia que al mismo tiempo le daba confianza y lo tranquilizaba. Hyunjin la miró con ojos llenos de curiosidad y afecto, tratando de descifrar sus pensamientos.

—Es que, como te fuiste muy rápido después de nuestro momento, pensé que te habías arrepentido —Confesó Hyunjin, su voz teñida de una sinceridad vulnerable que rara vez mostraba. Haru sonrió y lo guió suavemente hacia arriba en la cama, haciéndolo recostarse mientras ella se posicionaba sobre él.

Haru se inclinó hacia adelante, dejando que su cabello cayera como una cortina a su alrededor, rozando las mejillas de Hyunjin y provocando una risa suave de ambos. Sus ojos se encontraron, y Haru mantuvo una sonrisa risueña, como si todavía no pudiera creer que todo esto estuviera sucediendo. Era como vivir un sueño, uno en el que todo se sentía intensamente real.

—No me arrepiento de nada —Dijo con una risa suave —Solo estaba cansada. Recuerda que pasamos toda la noche en el lago, y luego fuimos a tu casa...

A medida que hablaba, Haru dejaba que sus dedos rozaran los labios de Hyunjin, explorando su suavidad. Le sorprendía lo carnosos y rosados que eran, perfectos para besar, pero también intimidantes debido a su habilidad como besador. Cada beso de Hyunjin la había hecho perderse en una mezcla de sensaciones, algo que él evidentemente disfrutaba al ver la reacción que provocaba en ella.

HONEY┃HYUNJIN.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora