La mañana había comenzado con el estridente sonido de la alarma que resonaba en los pasillos de la prisión. Jungkook, con los ojos secos y el cuerpo agotado, se dio cuenta de que no había dormido en absoluto. Su mente seguía atrapada en los eventos de la noche anterior. A su lado, Minho lo observaba en silencio, esperando que su compañero finalmente rompiera el silencio y continuara con lo que había dejado en suspenso. La curiosidad lo carcomía desde que Jungkook había mencionado su venganza contra los gemelos.
—¿Qué? —Gruñó Jungkook, sin molestarse en abrir los ojos. A pesar de no verlo, podía sentir la mirada penetrante de Minho sobre él.
—¿Me vas a decir por qué quieres vengarte de los gemelos? —Replicó Minho con seriedad, su paciencia llegando al límite.
Jungkook suspiró profundamente, abriendo los ojos con exasperación. Se levantó de la cama de un salto, agarró su kit de aseo y una toalla limpia que colocó despreocupadamente sobre sus hombros. Antes de salir, lanzó una mirada fría y calculadora hacia Minho.
—Si tantas ganas tienes de saberlo, necesito que vayas al gallinero y me traigas una gallina muerta —Dijo, su tono determinado, dejando claro que no había espacio para preguntas.
Minho frunció el ceño, sorprendido y confundido por la extraña petición. Intentó cuestionar el motivo, pero antes de que pudiera abrir la boca, Jungkook ya había salido hacia las duchas. Sabía que no tendría respuestas inmediatas. Jungkook había estado más tiempo en la cárcel que la mayoría de los reclusos, y a lo largo de los años, había perdido su inocencia, convirtiéndose en alguien astuto, calculador, y sobre todo, peligroso. Había eliminado a sus abusadores uno a uno, y eso le había otorgado un respeto temible entre los demás prisioneros.
Al llegar a las duchas, Jungkook se despojó del uniforme sucio con movimientos lentos y meticulosos. Colocó su ropa limpia sobre un asiento cercano y abrió el grifo, dejando que el agua caliente recorriera su piel. Mientras disfrutaba del momento, su mente permanecía alerta. Al notar la ausencia de Minho en el baño, supuso que su compañero estaba cumpliendo su extraño encargo, lo que lo hizo sonreír brevemente. Pero la sonrisa desapareció al instante cuando los gemelos entraron en la sala. La visión de ellos hizo que la sangre de Jungkook comenzara a hervir. Su mandíbula se tensó, y el aire caliente de la ducha ya no podía calmar el fuego que ardía en su interior. Intentó relajarse, cerrando los ojos y apoyando las manos en los azulejos fríos de la pared. Sin embargo, su corazón latía tan fuerte que sentía que iba a explotar.
De repente, los recuerdos lo asaltaron.
—Adoptamos a una niña —La voz de su madre, Cori, resonaba en su mente. Aunque Jungkook no podía verla desde el otro lado de la línea, podía imaginar la sonrisa en su rostro.
—¿Qué? —Dijo Jungkook, su propio rostro iluminándose con sorpresa y alegría.
—Sí, tienes una hermana menor —Cori sonreía mientras sostenía a la pequeña bebé en brazos, su dedito atrapado en el diminuto puño de la recién nacida.
—Eso es... —Jungkook se sintió emocionado, aunque no fuera biológicamente su hermana, la idea de tener una hermanita lo llenaba de esperanza —Maravilloso... ¿Cómo es ella?
—Es preciosa —Respondió su madre con ternura —Es japonesa, ¿puedes creerlo? Tiene unos ojos enormes. Le tomaré fotos y te las enviaré pronto.
El calor de ese recuerdo llenó a Jungkook, y por un breve momento, la felicidad de aquel día le hizo olvidar dónde estaba. Pero rápidamente, la realidad volvió a golpearlo. Sentía como si un tornado girara a su alrededor, llevándose consigo cualquier vestigio de calma. Su corazón latía descontroladamente, y su respiración se tornó errática. Estaba al borde de perder la cabeza cuando una mano firme se posó en su hombro, sacándolo de su tormenta interna.
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HONEY┃HYUNJIN.
Tajemnica / Thriller𝐇𝐎𝐍𝐄𝐘┃a 𝐇𝐰𝐚𝐧𝐠 𝐇𝐲𝐮𝐧𝐣𝐢𝐧 le gustaban mucho sus ojos color miel, expresaban lo dulce que era Haru a través de su sonrisa cálida y mirada cómplice. Esos ojos miel, los cuales habían hecho que se enamorara de ella, ya que no eran tan comu...