26

381 32 80
                                    

La madrugada era muy pacífica, o al menos así parecía desde afuera. La brisa fresca se colaba por la puerta entreabierta de la casa de Hyunjin cada vez que su madre recibía "invitados". En el interior, la atmósfera era muy distinta: Hyunjin y su hermano Sam se encontraban en la sala, aguardando con temor lo que sucedía en la habitación contigua. La madre de los gemelos estaba con un hombre desconocido, un visitante nocturno que no traía buenas noticias. Hyunjin, a pesar de su corta edad, ya estaba consciente de lo que implicaban estas visitas, y el miedo que sentía se reflejaba en su mirada. Sam, por otro lado, aunque estaba acostumbrado a estos "amigos" de su madre, no podía evitar sentirse aterrorizado por la presencia de ese hombre en particular.

—Hyunjin —Susurró Sam con una voz temblorosa, buscando consuelo en su hermano —Tengo miedo.

Hyunjin tomó la mano de su hermano, mirándolo con una sonrisa dulce y tranquilizadora. A pesar de ser gemelos y tener la misma edad, Sam siempre había sido más inocente, más vulnerable. Hyunjin, por su parte, se sentía responsable de protegerlo, aunque compartieran el mismo miedo. Apretó la mano de Sam con fuerza, tratando de transmitirle un poco de valor.

—Está bien —Murmuró Hyunjin, intentando consolar a su hermano —Yo también lo tengo.

La puerta de la habitación se abrió de repente y su madre salió, encendiendo un cigarrillo sin prestar atención a las miradas suplicantes de sus hijos. Su cabello estaba desordenado y su expresión mostraba indiferencia hacia el desasosiego de los gemelos. Sin detenerse a considerar el miedo en sus ojos, se dirigió a Sam con una voz autoritaria.

—Sam —Llamó la mujer, impacientemente —Levántate. Te quiere a ti.

Sam iba a levantarse, pero Hyunjin lo hizo primero, fingiendo ser él. La madre, en su distracción y desdén, no se dio cuenta del cambio. Mientras Hyunjin se dirigía hacia la habitación, su madre contaba el dinero que el hombre había pagado. Sam, sentado en el sofá, lloriqueaba en silencio, consciente de que su hermano se sacrificaba una vez más por él. Desde que Hyunjin había comprendido la situación, siempre se había hecho pasar por Sam, soportando el horror y el dolor en su lugar.

El hombre desconocido se acercó a Hyunjin con una sonrisa maliciosa. Empezó a tocarlo de manera repugnante, rozando su nariz contra la de él y besando su cuello. Sin embargo, pronto se dio cuenta de que no era Sam. Se detuvo, examinando el rostro de Hyunjin con precisión, y murmuró con desprecio.

—Tú no eres Sam —Dijo, apretando la mandíbula de Hyunjin con fuerza —¿Por qué estás aquí y no él?

El hombre se había dado cuenta por un detalle: Sam tenía un lunar debajo del ojo, muy notable y oscuro. Hyunjin, aunque era su gemelo, no lo tenía. Además, la determinación en los ojos de Hyunjin era evidente, a diferencia de la rendición silenciosa de Sam. Enfurecido, el hombre golpeó a Hyunjin, pero éste, en un acto desesperado de defensa, devolvió el golpe. El hombre gritó enfurecido, dirigiéndose a la puerta y vociferando a su madre.

—¡¿Crees que soy estúpido?! —Gritó —Maldita perra. ¿Crees que puedes engañarme así? ¿Crees que puedes robarme el dinero así?

—¿De qué carajos hablas, Bill? —Respondió la madre, enfrentándolo.

—Me diste el gemelo equivocado —Siseó, tomándola del cuello de su blusa violentamente —Pago cientos de dólares por él y me estafas de esa manera.

Bill comenzó a golpearla repetidamente, arrojándola al suelo y subiéndole encima para seguir golpeándola con más fuerza. Hyunjin corrió hacia Sam, que lo abrazó con fuerza, llorando por el miedo y el dolor de la situación. Hyunjin intentaba consolar a su hermano, mientras sus propios sollozos se mezclaban con los de Sam.

HONEY┃HYUNJIN.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora