BONUS: EL PLAN

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Jimin había vuelto. No. Mejor aún. Jimin había vuelto y el idiota de Jeon Jung Kook le había engañado. Oh, sí... el maravilloso, fuerte, millonario, guapo y presumido de Jeon Jung Kook la había jodido, pero bien. Había tenido a Jimin en la palma de la mano y no se le había ocurrido otra cosa que echarlo a perder, pero ahora ya era tarde; ahora era el momento de que el soldado Yoongi recuperara lo que era suyo. Y estaba muy preparado, joder si estaba preparado... Me iba a echar sobre Jimin como un puto león, le iba a agarrar bien fuerte con colmillos y garras y no le iba a dejar escapar jamás.

Ese era EL PLAN. Fue lo primero que pensé cuando la señora Park me había llamado para pedirme que fuera a ver a Jimin porque estaba «muy triste». ¿Muy triste?, ¿Jimin? No puede ser..., pensé. Y después se me ocurrió que quizá ese americano millonario de su novio hubiera hecho algo... quizá una discusión o algo así. Eso fue lo que pensé cuando salí corriendo al coche y conduje a toda prisa al pueblo de los Park. Quería saber que era exactamente eso que había puesto a Jimin tan triste, porque tenía que ser algo muy jodido para que un hombre como él se rindiera hasta el punto de quedarse tirado en cama durante días. Eso fue lo que pensé cuando llegué a su casa y le vi tirado llorando en la cama.

Era grave, muy grave.

Jimin estaba solo, con los ojos hinchados y llorosos, le costaba sonreír, parecía perdido y débil... Me costó un poco sacarle de allí y llevarle a un sendero que a nosotros nos gustaba mucho, que era algo nuestro.

Ahí está la clave de todo, después os lo explico, pero el caso es que era nuestro.

Allí me dio la gran noticia. Jeon Jung Kook le había engañado... ¡Qué puta maravilla! No podía creérmelo, era perfecto...

Vale, está sonando todo un poco cruel y frívolo de mi parte. Jimin me importaba mucho, no creáis lo contrario. Yo le quería, le quería muchísimo, y le echaba mucho de menos. Jamás había creído que volvería a tener una oportunidad de estar con él después de toda aquella mierda de «Conmigo, pero sin mí» a la que había jugado durante tantos años. Estaba seguro de que él se había ido con Jung Kook para siempre y que jamás volvería. Pero, por primera vez, a Yoongi Min le pasaba algo bueno en la puta vida e iba a aprovecharlo.

Desde ese mismo momento, empecé EL PLAN: iba a mostrarle a Jimin que podía contar conmigo, que yo era un hombre de confianza (al contrario que Jung Kook), que yo me preocupaba mucho por él (al contrario que Jung Kook), que nosotros teníamos un pasado juntos muy importante (al contrario que él y Jung Kook) y que, además ¡yo no le había engañado! (al contrario que el idiota de Jung Kook).

Esa era la mejor parte y la que más jugaba a mi favor, pero había otras.

Por ejemplo, «yo había cambiado». Era una mentira, por supuesto.

Yo seguía siendo la misma mierda de persona que había sido siempre, pero iba a convencer a Jimin de que ahora era un hombre diferente, que ya no tenía «mis problemas», que ahora ya no me daban ataques de ansiedad y no hiperventilaba, que ahora solo era ese hombre divertido y juguetón del que se había enamorado en el pasado... Sí.

Ese era yo ahora. El Nuevo Yoongi.

Y el Nuevo Yoongi se iba a asegurar de Jimin hiciera la decisión correcta y se olvidara de Jung Kook para siempre. EL PLAN era sencillo, le iba a hacer reír, le iba a llevar a los sitios que le gustaban, sitios nuestros, a recordarle un pasado donde él había sido feliz conmigo; porque yo le podía hacer feliz. Él lo sabía, solo había que recordárselo.

Nos bañamos desnudos en el lago, hicimos una preciosa ruta en bicicleta por la costa, tuvimos una cena increíble y un momento a la vera del río bebiendo cerveza en la cálida noche de verano... Oh, cómo echaba de menos todo eso.

El AsistenteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora