Capítulo 32

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POV. LISA

—Campeón, sube y lávate los dientes. Mamá Rosie irá en un momento a arroparte. —Digo con suavidad cuando veo que Luca ha terminado su cena.

El sube de inmediato y me quedo con la mirada confusa de Rosé sobre mí, se supone que hoy me corresponde arroparlo. Al carajo con los horarios; haré lo mismo que Rosé ha estado haciendo todos estos meses.

—Vamos cariño, no me veas así. Quiero hablar de algo contigo y necesito preparar algunos tragos. Anda ve con Luca por favor. —Digo con extrema dulzura.

—Solo por esta vez Lis; sabes que los horarios se respetan.

—Por supuesto amor. —Digo con una sonrisa de idiota en la cara.

Rosé sube y yo me sirvo un vaso de whisky. Cuando estoy por dar un segundo sorbo Rosé está llegando a la planta baja.

—De que quieres hablar cariño.

—No comas ansias Rosie, sígueme a la entrada. Cólocate frente a la puerta; como si estuvieras entrando. —Digo lo último cuando llegamos al recibidor. —Justo ahí, ahora yo me pondré unos pasos delante de ti.

—¿Qué es esto Lisa? ¿Qué estamos haciendo? —Dice tomándome de un brazo, impidiendo que me coloque en mi posición.

La beso ferozmente y susurro sobre sus labios.

—Lo de siempre Rosie; es una puesta en escena, tal como nuestro jodido matrimonio.

—¿Qué?

Me libero de su agarre y me coloco en mi posición.  Que la actuación comience.

—¡¿Dónde carajos has estado?! —Grito con furia a la vez que agito mi whisky. — ¿Te parece familiar esto amor?

—¡Qué demonios Lisa!

—¡Vamos Rosie! No lo puedes haber olvidado; es la misma situación solo que yo estaba en tu lugar.

—¿De qué hablas? —Dice confundida a más no poder. Creo que piensa que estoy loca o algo así.

—Así me recibiste cuando llegue la noche en que fui con Jennie al cementerio; no la besé ese día, fue el día que me golpeaste. La encontré en un club; bailamos y juro que es la mujer más sexy del planeta, esa noche ardía de deseo por ella. Te olvide por completo y nos besamos, el mejor beso de toda mi miserable vida. No fue un simple roce, fue apasionado y muy caliente; no sé como he tenido tanto autocontrol como para no haberme divorciado de ti y poder probar todo de Jennie una vez lejos de ti. ¡Pero no! Aquí sigo como una idiota, siendo infeliz. ¡Y todo para qué! Para enterarme que te importan una mierda los acuerdos que nos mantienen unidas. Me había guardado todas mis dudas respecto a tu repentino cambio de actitud para no crear discordia; pero quiero resolverlas ahora. Así que dime, ¿por qué carajos no has recogido a Luca? ¿por qué dejas que MÍ padre conviva con mi hijo, si sabes que lo detesto? ¿por qué mi despreciable suegro hace de niñera? ¿qué has estado haciendo todo este tiempo?

—Vaya, hasta que admites que siempre has querido cogerte a la zorra de Jennie. —Dice con burla, a la vez que se acerca a mí.

La ira brota en mí cuando escucho el insulto hacia Jennie.

—¡No insultes a Jennie! En todo caso la puta zorra sería yo. ¡Sí Roseanne! Desde que Jennie llegó he fantaseado con tener sus hermosos senos en mi boca, la he imaginado montandome y he deseado con todas mis fuerzas tenerla llorando de placer debajo mío ¿Y? Creí que ya lo sabías, así que deja de hacerte la estúpida y contesta. No te queda el papel de esposa abnegada eres una puta mentirosa; dudo que me  hayas sido más fiel que yo a ti. Creí que sabías que amo con locura a esa hermosa castaña. Así que contesta querida esposa.

Rosé estaba roja de la furia cuando terminé de decir toda la verdad, está hiperventilando y mantiene la mandíbula apretada ¡Hipócrita! Creí haberla escuchado decir que me podría imaginar a Jennie cuando tuviera sexo con ella; no entiendo su molestia.

—Maldita bastarda; veo que ya dejaste de fingir ser la esposa perfecta de la relación. Ahora muestras tu verdadera cara malnacida; me pregunto si la dulce Jennie dejaría que la cogieras si conociera a la verdadera Lalisa.

—Por supuesto que me dejaría; además nunca sería una bastarda con ella. Ese lado solo lo dejo para los que en verdad lo merecen.

—Ya veo querida, y con el trato que me das quieres respuestas. No y no, muy mal. Lo que haga o deje de hacer debe importarte una mierda; tal vez no he ido por Luca porque he estado ocupada con unos hermosos senos; sabes que me gusta divertirme Lisa.

—Me importa un carajo con quien te acuestes; aunque se que no has estado con nadie más que yo. Sé que ocultas algo junto con los dos viejos que te siguen detrás como perros falderos y voy a descubrir que es.

—Suerte con eso Lisa no sabrás quien te golpeó ni siquiera cuando ya estés en el suelo. Y suerte con tu Jennie; sé que fantaseas mucho, pero dudo que te haga caso,es tan buena que jamás estaría con una mujer casada. Y escúchame bien perra, jamás te dejaré ir tan fácil; no me importa a quien te cojas, pero no dejaré que me dejes ver como una cornuda, así que disimula que estás en celo cuando estás cerca de Kim. Después de todo fuera de la puerta nos seguimos amando, cariño. —Dice mientras se acerca y acaricia mi mejilla.

Tomo su mano y con mi brazo libre rodeo su cintura.

—Por supuesto amor; a los enemigos se les debe tener cerca. —Digo mientras rozo mis labios con los suyos. —Pero no tan cerca. —Digo alejándome de golpe, ocasionando que Rosé pierda el equilibrio un poco. —Jamás volveré a ponerte un dedo encima. Y no olvides seguir con la rutina al pie de la letra, no busques más razones para separarme de ti. —Digo caminando hacia la puerta. —Y no vuelvas a usar a Luca para cubrirte, si vuelves a hacer que mienta por ti me largaré de aquí y me llevaré a mi hijo.

—Así lo haré esposa. ¿A dónde diablos vas?

—A buscar a Jennie.

—¡Maldita perra!

Es lo último que escucho antes de cerrar con un portazo.

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¿Confían en qué Lisa haga bien las cosas?

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-S

Lo que es para siempre - Chaelisa/Jenlisa Donde viven las historias. Descúbrelo ahora