Capítulo 29

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El pequeño castaño corrio a encontrar su juguete, algunos niños lo habían tirado hace unos minutos y aún no lo encontraba; era tarde, lo que significaba que pronto su madre lo llamaría oara volver a casa.

Siguió buscando entre los arbustos del parque antes de dirigírse hacia las bancas, donde a lo lejos vio su juguete en manos de un chico pelinegro de raras vestimentas, no lo pensó y corrio hacia el extraño dispuesto a recuperar su juguete.

Miro al chico frente a él, bajo la mirada hacia sus manos y se apresuró a arrebatar su juguete de entre las manos del desconocido.

—¡Ladrón!

Acuso, el chicos de ojos violetas solo se limito a mirándolo el silencio; no parecía demasiado mayor, quizás cuatro o cinco años más que él.

Oye, solo lo recogí del suelo.

Se defendió, Dazai lo miro extrañado, no entendía lo que decía, el azabache maldijo y solo se limito a hacer una reverencia como disculpa, Dazai lo miro en silencio unos cuantos segundos más antes de alejarse corriendo hacia donde se encontraba su madre.

El azabache miró al menor alejarse, había sido un error no tomarse enserió las clases de japones, pues solo conocía algunas palabras, pero no sabía como pronunciarlas corrertamente, se sonrojo avergonzado por la situación, debía de esforzarse en el japonés para no pasar ese tipo de situación otra vez.

—Fyodor, es hora de irnos.

Llamo una voz, el menor suspiro y se comenzó a marchar en compañía de su asistente, aunque tenía una duda, el pequeño castaño le causaba curiosidad, no sólo por su extraña actitud, sino que por alguna razón podía percibir un extraño y leve olor a chocolate que emanaba del menor, aquello era extraño considerando que Dazai era obviamente demasiado joven para presentarse.

Por otro lado Dazai se paro al lado de su madre, tomó su mano y ambos comenzaron a caminar a casa, para Dazai le era sumamente fascinante los ojos violetas de su madre, su cabe castaño era un poco más claro que el de él.

—Mamá, ¿papá volverá pronto?

Cuestiono, la mujer se tenso ante la pregunta pero no dijo nada, pasaron un buen tiempo en silencio antes de que la mayor se girar a verlo con una sonrisa bien fingida.

—Si, cariño, papá volverá pronto.

El menor asintio, ignor que la fuerza del agarre de su madre había aumentado y siguio caminando con naturalidad. No era la primera vez que su madre se enojaba con la mención de su padre, aunque no lo demostraba.

—Dazai.

—¿Uhm?

—¿Estás despierto?

Ante la pregunta Dazai abrió los ojos, frente a él estaba Chuuya con una expresión preocupada, el menor suspiro antes de sonreír.

—No me estoy muriendo Chibi.

—cállate, estabas temblando.

Rebelo Chuuya, Dazai borro su sonrisa, ¿temblar?, quizás era por el enojo, no podía ser tristeza o miedo, no, aquella mujer y su muerte no podía causarle ni un rastro de melancolía ni tristeza, no la extrañaba, y su muerte no podía importarle menos.

—¿Donde está Fyodor?

—Esta hablando con el resto, esta anocheciendo y lo mejor sera buscar comida o un lugar más cómodo donde dormir.

—Uhm, Chuuya, ¿tu crees que mi madre se arrepintió de tenerme?

—¿Qué?, ¿por qué preguntas tan repentinamente?

Dazai guardo silencio unos segundos antes de atreverse hablar.

—Murio por qué me dio a luz, si yo fuera ella, me hubiera arrepentido.

Admitió, bajo un poco la cabeza comenzando a jugar con sus dedos, Chuuya suspiro, no sabía que responderle, no sabía que podía sentir una madre por su hijo, pues el nunca conoció a los suyos, pasó toda su vida sobrevivíendo el las calles hasta que Mori junto a Dazai lo encontraron.

La madre de Dazai.

Ese era el misterio que rodeaba al menor, ¿realmente ella había muerto en el parto?, por el como van las cosas seria complicado asegurar algo.

—Dazai... yo no creo que ella se hubiera arrepentido, sabes que el riesgo de muerte en el embarazo es avisado luego de unos meses, si ella se hubiera arrepentido hubiera interrumpido el embarazo.

—Quizás.

Respondio, no sabía nada de su madre, no sabía que tan mala persona había sido, o si siquiera había sudo una buena persona, no tenía ninguna foto suya, no tenía nada, ni siquiera una anécdota sobre ella, pues era sencillo, nadia sabía de su madre, ni siquiera él. De ella solo se sabía su muerte y era eso por que Mori fue quien laboró en el hospital en el que ella lo tuvo.

Fyodor cargaba unos cuantos empaques de galletas cuando llegó, no dijo nada, de hecho, nadie habló, no era como si se llevara extraordinariamente bien como para poder interactuar entre ellos. Fyodor y Chuuya se miraron unos momentos antes de centrar su atención en Dazai.

Fyodor se sento junto a Dazai y le tendió unas cuantas galletas luego le dio otra a Chuuya y comenzaron a comer en silencio.

—¿Qué te hace creer que mi madre estaba viva?

Cuestiono Dazai, dejo sus galletas de lado y se giro para ver a Fyodor, el ruso entendió y también dejó sus galletas de lado.

—Te conocí cuando tenía once, creo que en ese entonces tu tenía siete, te vi junto a ella, de hecho, tu mismo la llamabas mamá.

—¿Cómo era ella?

—Cabello castaño claro y ojos violetas.

—Oh…

Fueron unos segundos en silencio antes de que la risa de Dazai se pudiera escuchar en todo el lugar, Fyodor lo miro confundido mientras que Chuuya lo miraba con sorpresa.

Ya calmado Dazai volvió a hablar.

—Ella no era mi madre… y la persona que según tú me alejo de ella no era mi padre, era Mori-san. Esa mujer estaba loca, me cuido pensado que era hijo suyo, la pobre había matado a su hija, pero su mente estaba demasiado arruinada que cuando me encontró me secuestro.

—¿Eh?, ¿quien te dijo eso, Dazai?

—Mori-san.

Respondio con simpleza antes de volver a comer, la charla quedó allí pero para Fyodor aún había dudas. Era mentira, de eso estaba seguro, él tenía una copia del certificado de nacimiento de Dazai, esa mujer si era su madre biológica y no estaba mal de la cabeza, pero no podía decir nada del padre, pues en el certificado Dazai solo tiene el apellido de su madre.

Apretó los labios evitando decir algo, Mori, ¿él tenía algo que ver en toda esa mentira?, pero claro que si, él fue quien le dio a Dazai la noticia de que su madre estaba muerta, él fue quien lo alejo de su verdadera madre y luego le mintió descaradamente. Podía sentirlo, Dazai odiaba a aquella mujer que lo cuido, y lo peor era saber que él no sabía que ella era su madre. Además, por lo que había dicho Dazai era fácil deducir que fue Mori quien ordenó matar a todo aquel que conoció a Dazai, quizás incluso había mandado a asesinar a la madre de Dazai y que al final todo pareciera un suicidio.

𝗈𝗆𝖾𝗀𝖺 𝖺𝗅 𝗆𝖺𝗇𝖽𝗈Donde viven las historias. Descúbrelo ahora