BROOKE
—Cumpli lo que querías.
Sonrió pero no lo estoy disfrutando, no cuando nuevamente no sé dónde está mi hija, cuando la he tenido segundos frente a mí y lejos de enfocar mi atención, solo recuerdo sus ojos hermosos que no son los mismos rasgados y negros que me miran con odio sorpresa ni los marrones intensos que esperan que haga algo más.
—Eres una estúpida— se ríe el japonés mientras me mira y yo tengo la daga en su pecho— ¿Crees que el alumno va a superar al maestro?— se burla de mí y su hombro sangra— mis hombres vendrán en un segundo, desde hace mucho tiempo lo sospechaba y ahora lo entiendo— me mira con burla— esa niña es…
Sus palabras solo quedan a medias cuando me doy cuenta que seguiría hablando, mi impulso me gana, el deseo de tener a mi hija a salvó si es posible me hace actuar y solo me doy cuenta de lo que hago cuando mi mano arde cuando tiene un corte producto de la fuerza con la que le he atravesado la manzana de Adán a Akiro que cae con las manos aferradas a su cuello mientras se ahoga en su propio sangre, sus ojos igual que William me juzgan mientras la vida se le va y solo el jalón del Satán me hace reaccionar.
—¿Qué mierda hiciste?— me grita histérico viendo cómo el hombre de la Tríada se desangra— así no tenía que ser— jala mi mano cortada y arde más.
—¡No me toques!— lo empujo— ¿Cómo carajos querías que fuera entonces?, están perdidos— y no miento cuando veo cómo han destrozado a los asiáticos— te despeje el maldito camino— limpio la sangre en su cuerpo y me felicito por no tenerle miedo— te he entregado a la Tríada— sus ojos serios me dicen que no está satisfecho— los de Nevada no los han atacado— aprieto los dientes con furia— ni siquiera has tenido que mover un dedo.
—¿Y quién mierda te ha dicho que eso es bueno?— me grita más fuerte y veo que los cadáveres llueven por todos lados— por tu estupidez no lo hice con mis propias manos— pelea y me enredó la mano para parar el sangrado.
—Definitivamente el ego de ustedes es una gran porquería— veo a todos los muertos en el suelo— eres todo un problema— hablo y me mira como si fuese una mosca— es la verdad, no entiendo nada, eres el Satán, ellos me dijeron que no querías hijos, me mandaron por la niña y ahora resulta que no la quieres entregar y te vi, sé que no es por amor.
—¿Amor?— se burla de mí y sus hombres entran con los míos como prisioneros— los de Nevada— se ríe.
—Mi señora— la voz de Dana me hace ir por ella al ver que la tienen prisionera— suéltala— le habló al hombre que la tiene y se ríe de mí.
—Sueltala— la voz del monstruo lo hace obedecer de inmediato aunque de mala gana y la enfermera que puedo decir es mi amiga me abraza sin creer que Akiro este muerto— te advierto que no somos tus prisioneros, diles que liberen a mi gente, cumplí el trato— le grito pero tengo que pensar y dejar mi desesperación por mi niña— por favor— muerdo mis mejillas internamente porque hablarle así al líder es catastrófico.
—¿Nevada se rinde ante la hermandad?— me pregunta con los ojos firmes en todos los hombres que están de rodillas.
—No— respondo haciendo que me mire— Nevada no se rinde— me toca cambiar más de una jugada cuando veo que Nakamura está presente cuando se supone estaba en New York— nos unimos a la Hermandad, nos unimos al Inframundo, nos unimos a ti.
Miro los ojos rasgados y pequeños del hombre canoso que me mira de lejos, al que he visto un par de veces desde que bautizó a Akiro como su sucesor, el enigma de la mafia japonesa quien está viendo parte de su legado regado en el piso y me mira con toda la desconfianza que me debería de tener, el hombre al que el Satán también buscaba y es evidente que nosotros planeamos todo esto.
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El monstruo de dos mundos (TERMINADA)
Action*Sinopsis* Ella nunca imagino que amar sería su condena, la dulce enfermera se casó con él hombre perfecto, el mismo quien resultó ser un heredero de la mafia que necesitaba un hijo para tomar el poder, el mismo que al tener una niña la arrancó de...