El monstruo de dos mundos (TERMINADA)

24. Nuestra justicia

WILLIAM

—¿Yo te lo debo?— pregunto a la mujer que se pone de pie con dificultad mirándome de una forma indescifrable— estás equivocada.

—No lo estoy— sufre hasta para hablar— equivocada estuve el maldito día en que me case con esa basura— respira hondo mientras la llevan a la camilla— pero no más, no sé quiénes son, no se porque paso todo esto pero ustedes estaban allí, ese día, en ese infierno— yo te vi— se dirige a mi hijo que la mira con odio— ustedes me lo deben, quiero a mi hija.

—Pues eres la única que la quiere porque estoy segura que aún cuando el Satán la tenga, la hará tan infeliz como hizo a Antuan— habla Pavel haciendo que Sarah se quiera quitar el suero.

—¡Ya basta!— grita Dana, la enfermera— se muy bien para qué y quienes trabajamos pero aún con todo ello no dejo mi labor de lado y ahora mismo me preocupa mi paciente— dice molesta— Pavel— se dirige a mi hijo el cual ya conoce hace casi 10 años— por favor, ten un poco de mesura y tú— se dirige a la mujer en la camilla— has despertado de un coma.

—De una maldita pesadilla que es una realidad— grita— no tengo a mi hija, no tengo familia, mis padres están muertos, mi vida en un segundo se volvió el infierno más grande del mundo, no sé dónde diablos estoy y estoy cansada de escuchar de monstruos y demonios, no me he despertado en un cuento de terror, estoy ante mi maldita realidad y ese infeliz  — señala a mi hijo temblando— estaba con el malnacido de Antuan— llora pero no sé queja, es un llanto silencioso y rabioso— unos enfermos drogadictos se volvieron locos, me destrozaron la vida y me quitaron a mi hija, ella esta viva, no sé quién demonios es el Satán pero quiero que me devuelvan a Esperanza— sigue furiosa— llame a la policía— le pide a Dana que la mira con pena— ¡Llámala!.

—¿Policía?— se burla mi hijo— acá no hay eso, estúpida, según Antuan eras la mujer ideal para el y sus planes, pero no eres más que una idiota, una muy enamorada que todavía sigue creyendo que el amor existe y los buenos vendrán a tu rescate, merecido tienes todo lo que te paso por estúpida— continúa— yo quiero justicia— dice la mujer.

—Lo lamento, pero en la mafia eso no existe.

Interrumpo la conversación con la verdad y su cara de horror junto a que Pavel dice que ella es una estupida que ni siquiera sabía eso me deja claro que realmente no lo sabía, su pulso nuevamente se dispara y su cuerpo tiembla haciendo que Roman y Dana corren a ella para ayudarla pero no sé deja, Sarah no deja de decir que no se le acerquen y se agita pero no cede, esto es un caos y la llamada de mis empleados avisando que hay informes de los Zerboni llegando pronto al país solo me hace tomar una decisión que odio pero debo poner a mi hijo a salvo.

—Nos vamos— hablo fuerte y claro— preparen el avión— rastrillo mi arma viendo que mis hombres hacen lo mismo.

—¿A dónde iremos?— pregunta Pavel que ahora luce asustado— con la llegada del Satán al país nos deja claro que nos va a atacar y será apoyado, el está intentando llegar al dominio del mercado europeo— todos se mueven y veo de reojo como Sarah tiembla mirando a Dana— ni América ni Europa son opciones— Asia— dice Román y definitivamente es la única opción.

—¿Qué haremos con esta mujer?— pregunta Pavel que camina de un lado a otro— ahora sabe que también somos mafiosos, es mejor matarla— rastrilla su arma pero cuando estoy a punto de decirle que se calme, ella se baja de la camilla y se para frente al cañón.

—Me quieres matar pero ya estoy muerta— pone su frente en el agujero— sin embargo por lo que entiendo hay algo que el Satán tiene, es mío y a ustedes les causa pánico— continúa hablando y aunque no lo diga, estoy impresionado— así que son mafiosos, ya nada me sorprende— dice apretando los puños— me han lastimado de mil maneras pero mi hija está viva, la niña que ahora mismo está en manos de un hombre detestable y peligroso, representando aún un peligro más grande para ustedes— se aleja y le da una bofetada a mi hijo— tú fuiste parte de eso, sin embargo— Pavel intenta golpearla pero ella se aleja más— nadie jamás me volverá a lastimar porque de un infierno también he salido e iré por lo que es mío.

—Estas loca.

—Por supuesto, pero entre ser loca y estúpida prefiero estarlo y recuperar a mi hija, si yo demuestro que ella es mía y no parte de una estúpida mafia, ustedes estarán tranquilos, denme las armas, ayúdame así como quisiste destruir y yo podré destruir a ese Satán.

—Trato hecho— intervengo estirando mi mano a la de ella— yo no acepto eso papá, ella no me puede poner condiciones.

—Se habla de justicia, y está es la nuestra, bienvenida a la mafia de nevada y a la caída del Satán— sonrió y veo brasas en los ojos miel que lucen duros, hinchados y opacos— nuestra justicia.