El monstruo de dos mundos (TERMINADA)

MONSTRUOS ARDIENTES

BROOKE

—Has sido lo más caro que me ha tocado comprar, una buena inversión.

No me importa que más quiera decir, subo al auto y salimos del lugar después de varias horas de caos hasta llegar al hotel en completo silencio, el asiático se murió, yo vi lo que hizo pero al final salió airoso y ni siquiera tocó una patrulla, nos registramos e ingresamos al ascensor dónde no lo tolero mas, le doy una bofetada tomándolo totalmente desprevenido porque me indigna y solo reacciona estrellandome en la lata con su enorme cuerpo cubriendo el mío respirando como un animal herido.

—¿Qué mierda te pasa?— me grita e intentó empujarlo pero es en vano.

—¡Suéltame!— peleó pero el ascensor se detiene porque el lo hace— es lo menos que te mereces por ser un hijo de puta, yo no soy un objeto al que vas a ver cómo mercancía de inversión, soy Brooke Jones aunque mi apellido te parezca muy poco y te vas a la mierda.

—Efectivamente tu apellido es una mierda para mí igual que tus arranques— aprieta la mandíbula mirándome— no debes ofenderte por la verdad, inverti en ti— agarra mis manos con fuerza cuando golpeó su pecho.

—¿Qué quieres de mí?— preguntó empezando a sentir que su cuerpo se pega al mío y el aire me falta.

—¿Qué quiero de ti?— ríe y se acerca de manera peligrosa— lo que me dé la gana.

Se pega con fuerza y agarra mi rostro besándome con vehemencia, joder he derribado a hombres no tan grandes como el pero si mas grandes que yo, sin embargo ahora solo golpeó su pecho débilmente mientras empiezo a sentir su lengua caliente enredads con la mía.

Me hice un peinado muy simple que desordena con facilidad cuando sus manos se pasan por todos lados.

—Hermoso vestido.

Gruñe y rompe el escote acariciando mis diamantes mientras me aferró a su camisa, lo hace caer y me quedo en tacones y ropa interior volviendo a unir nuestros labios con desespero perdida en el placer pero el orgullo a mil.

—Que te quede bien claro que no soy un jodido objeto, dilo— jadeo mientras yo misma le quitó el saco y la corbata— dilo.

—¿Qué?— me acerca cuando me alejo un poco pero insisto— reconoce quien soy y de lo que soy capaz— arrancó el cinturón de su pantalón y me detengo sabiendo que está luchando con su infinito orgullo y yo con mis demonios— dilo.

—Eres insoportablemente única, odiosa y fuerte— se detiene y miro sus ojos marrones que solo tienen morbo y perversión como si me inyectara de eso— la excepción de los Jones.

No necesito más y me pierdo en el infierno del odio y la calentura, Brooke, Eris, Sarah quien sea siempre ha tenido más de una fantasía y el ascensor está a nada de hacerse realidad, desabrochó por completo su pantalón viendo el otro monstruo que tiene entre las piernas, ya tiene un condón por abrir en la boca y me alza estrellandome en el metal apretando mi trasero que susurra es delicioso e insisto, odio que me traten como un muñeco pero descubro que no en estas situaciones.

Me encargo de su camisa que me estorba y en la misma posición pasa su lengua por mi cuello y baja hasta mis pechos.

—Te odio— gimo y tiró la cabeza hacia atrás cuando se ríe mordiendo mis pezones.

—No más que yo— se acomoda rápido el látex en el miembro grueso e hinchado que ahora veo mejor— ¡Joder!— resopla y me aferró a sus hombros cuando embiste sin aviso.

Me duele un tanto pero eso desaparece en segundos, entierro mi tacón en su trasero para sentir como crece en mi interior y qué más puedo decir que estoy además de loca, lo despeinó en busca de sus labios que chupan mis senos hasta hacerlos arder, nos besamos y aumenta más sus embestidas haciendo de esta cojida algo único y enfermo.