El monstruo de dos mundos (TERMINADA)

Opciones y Castigo

BROOKE

—Mami, papi tiene sangre y tú también.

—Mi vida, mi hermosa niña.

Abrazo a mi hija apretando su cuerpo contra el mío y esto es un nuevo comienzo, un nuevo espíritu, me han devuelto la esperanza sintiendo esta vez que estoy en el mismo lugar, en ese infierno pero con un final diferente.

Cuando la casa en Canadá se quemaba, mi familia moría y mi hija llegaba al mundo, me dejaron con el corazón y los brazos vacíos, Antuan está en el piso balbuceando el odio que nos tiene, ya no está de pie como ese día donde gritaba que había fallado, que callara a mi hija recién nacida y que no quería perder ante el Satán pero lo hizo y lo vuelve a hacer.

El hombre que ví yéndose entre las llamas, grande y oscuro ordenando que se lleven a mi esperanza me la ha regresado con creces y es imposible que no me derrita llorando por todo, no elegí la vida de la mafia, no elegí ser una asesina, todos los caminos trazados por quién alguna vez creí perfecto me trajeron hasta aquí y es lo único que puedo agradecer después de tanta basura, tanta inmundicia y tanta cobardía.

—Mi amor— acaricio el rostro de mi niña que pone su mano en el mío— mis amores.

Los amo como nunca pensé amar, el amor llega y se va, depende de cada uno cultivarlo en el mundo que sea porque aquí o en el otro, amo a los monstruos que me están dando vida, Maximilian da la orden de que salgamos de este lugar que se está incendiado el cual Gianna dice que es bueno porque es de gente pobre, no tienen piscina, no tienen una laguna personalizada como su papi hizo para ella, el mensajero sigue rugiendo y el Tifón me quita a la niña que no se quiere despegar de mí pero con lágrimas en los ojos uno de los hombres más leales que he conocido en mi vida le dice que su mami y papi ahora necesitan descansar.

Maximilian está muy herido y aún así sigue siendo el hombre más imponente que he podido conocer y caigo en cuenta que mi niña está asustada por eso por lo que salimos de este lugar no sin antes ver cómo el fuego se expande, la gente de California nos mira con miedo, Gianna está en brazos de Danna porque Steven también está mal herido, Max es ayudado por Sánchez y un par más mientras mi corazón se acelera viendo cómo Antuan, Benjamín, Paulette y la idiota de la nana están encadenados yendo en el mismo auto, uno grande dónde el mensajero golpea todo.

—Te lo dije está hambriento— los ojos de mi hija brillan como si estuviera viendo lenguas de fuego en ellos— quiero que papi esté bien.

—Estará muy bien.

Respiro hondo y salimos de aquí, Max no ha dicho una sola palabra más y eso me preocupa tanto como sus heridas, está realmente maltratado y todo ha sido por salvarnos, me dijo que los ama, habla por los dos, se refiere a sus hijos, los míos, el legado que siempre vamos a proteger, el camino es largo y silencioso, Sánchez informa que varios líderes están reunidos en la casa y eso me estresa al punto que el maldito dolor se instala en mi vientre.

—¿Crees que dejaré algún cabo suelto?— la sola voz de mi marido me eriza la piel— los vamos a matar— sus brazos están tan lastimados y lo noto más cuando su mano se posa en mi vientre— en la guerra hay guerreros— el corazón me dice que estoy en el lugar correcto— ¿sabes quiénes somos?.

—Monstruos guerreros.

Respondo viendo su sonrisa y dolor en la cara, lo besó despacio con mucho cuidado, seca de llanto pero ya no más de alma ni de cuerpo, no necesito ser un útero sano para los Zerboni, necesito ser la madre de los guerreros que se siguen aferrando a la vida, la que yo les seguiré dando y finalmente hemos llegado, los hombres de California son varios pero los nuestros muchos, aún no logro entender porque Max no los ha matado a todos ahí mismo pero mi pregunta es resuelta rápido cuando somos recibidos por los asiáticos que preguntan si es verdad que uno de sus creadores es un traidor y el cuerpo de Nakamura es tirado a sus pies, Max intenta salir al frente pero soy yo quién tomó aire.