7. Búsqueda

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MAXIMILIAN

- Las heridas están excelentes, tu cicatrización siempre ha sido muy buena Max, lo único que te pido es que intentes descansar.

- Él obedecerá.

- Por supuesto que no - respondo severo tanto para mí padre como para el médico que tenemos. Que descansen los muertos porque la mierda que me hicieron no se quedará así.

Nuestra propia gente nos traicionó.

Exploto de rabia tirando todo lo que hay en la mesa porque no es posible que haya caído tan bajo, no solo se dieron el gusto de clavarme una estaca en la espalda, además vine a caer en las manos menos pensadas, ni las balas podrían doler tanto como saber que sigo respirando porque el imbécil de Antuan me salvó la vida, después estar varios días sedado, ha pasado casi un mes de ese ridículo evento en mi vida el cual no ha tenido ninguna solución, capturar a los traidores que me dispararon y bañarlos en ácido no ha sido suficiente para mí, según ellos lo hicieron cuando escucharon que sería capaz de degollar a mi padre por poder pero eso es demasiado barato para mí.

- Tanto dinero no me ha servido de nada para encontrar al imbécil de Antuan.

- ¿Y para qué diablos quieres hacer eso? - pregunta mi padre y me río porque sé que está en las mismas que yo

- Deja de fingir papá, yo quiero verle la cara a ese imbécil para tirarle su maldita sangre, no acepto que haya tenido el poder de jugar con mi vida en cambio tu - veo la furia en sus ojos.

- Tu lo que quieres es encontrar a tu hijo, tu pobre y estúpido hijo que salió más rastrero de lo que nos imaginábamos y ahora ya ni siquiera está en el hospital donde fui a dar, es obvio que está huyendo y estás buscando mal.

- ¿Y qué diablos quieres que busque? !¡Ya basta! - levanta la voz pero a mí no me asusta. Tienes razón, quiero saber de mi hijo porque es eso, mi hijo.

Lo entenderías si te dejaras de sembrar solo terror para sembrar un varón en el vientre de alguna de las putas con las que te gusta estar, maldita sea puedes y tienes a la mujer que te da la gana pero no pasas de eso y si sigues así.

- ¿Me vas a quitar el puesto y se lo vas al doctor? - me burlo pero tengo la bilis revuelta.

- ¿Dejarás que en lugar de enseñar a disparar armas, se aprenda de ética, moral y formas de dar primeros auxilios?.

Escúchame bien papá, yo no soy Antuan y no soy tu, toda la vida nos criaste siendo una mierda y de una u otra forma ambos hemos demostrado que lo somos,

Antuan te chantajeó como le dió la gana y yo te digo lo que ya sabes, no pienso tener esa debilidad por ningún mocoso así como lo estás haciendo tu.

Yo si voy a encontrar a ese imbécil y te juro que se va arrepentir de haberse hecho el payaso y jugar con mi vida, en cuanto a un nieto, adopta un perro porque de mis bolas y mis putas me encargo yo.

!Déjame en paz!

Es mi última palabra haciendo se vaya furioso y me quite la jodida venda que cubre mi antebrazo, no la necesito, las cicatrices que pueda tener me gustan porque son los recordatorios de todas las veces que han querido acabar conmigo y nunca han podido, duele pero duele más el orgullo de haber sido siempre mas grande y fuerte que muchos, sin embargo caí con quién menos pensaba.

Me es imposible no aprovechar la soledad en la que estoy para recordar algunos eventos de mi vida, tengo 32 años y a mi edad mi padre ya era viudo y tenía dos hijos, ya había tomado el poder de la Hermandad y todo estaba bien, el futuro ya estaba en los hombros míos y los de Antuan sin embargo aquí estamos y eso me hace cuestionar algo que nunca había hecho antes.

Yo no quiero tener hijos, no quiero perder mi tiempo en ello por eso siempre me cuidó en cambio mi hermano ¿Que podría pasar con mi poder si un día ese estúpido tuviera al heredero o si tal vez ya lo tuviera?.

- Me iría a la mierda - acepto pensando en algo que no tendría nada de anormal.

- Perdería pero yo nunca pierdo.

- Steven, ven ahora - llamo a mi mejor hombre y mano derecha que no demora nada en llegar para escuchar mis órdenes.

- ¿Entonces ya no lo busco a el? - me pregunta el jefe de seguridad.

- ¿Te volviste sordo o tarado?, hablo claro, quiero que vayas a ese jodido hospital y dejes de averiguar de Antuan Zerboni, quiero saber si ahí mi hermano tuvo o a alguna mujer.

- ¿Sobre la enfermera que me preguntó? - me dice teniendo mi atención.

- !Olvídalo!, nunca le vi la cara a esa mujer, solo recuerdo su voz diciendo que estaría bien, era una voz muy agradable - admito recordando lo poco de ese día.

- Era armoniosa pero la armonía no es parte de mi vida y no me interesa, lo que quiero es venganza y saber cómo y de qué forma darle una lección a mi pequeño hermanito.

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- Es una lastima que nos hayamos tenido que mudar de New York pero era muy necesario - le explico a mi madre que aún con todo está feliz de estar en Francia

- Realmente me sorprendió mi niña pero sabiendo la historia de Antuan y que su inhumano padre lo estaba buscando fue lo mejor.

Pronto se casarán y Dios mío no tienes idea de lo agradecida que estoy con Jesús y la virgen por haber logrado ver a mis hijos crecer felices y llenos de amor.

Pronto serás la señora Sarah Miller de Zerboni

- Y lo único que me interesa y con lo que sueño ahora es tener una unión tan hermosa como la tuya y la de papá, los amo con mi vida.

El monstruo de dos mundos (TERMINADA) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora