A LA FUERZA

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BROOKE

—Vaya, vaya me queda claro que los años no solo me han servido para llenar mi cabeza de canas y mis bolsillos de una fortuna incalculable— escucho al japonés mientras tengo ganas de vomitar por lo que acabo de hacer incapaz de mirar a ese hombre— ahora entiendo mejor las palabras de tu hermano y eso es sabiduría.

—¿De mi hermano?.

—¿Que tiene que ver ese inútil?— Escucho al demonio que odio y su agarre en mi brazo me hace saber lo molesto que está— explícame— me hace mirarlo y el impacto hace que los arranques que tenía Antuan se me hagan presente y tiemble pero ya está dicho, no hay marcha atrás.

—Tranquilos, ya no disimulen más— se ríe y realmente no lo entiendo— si yo sé de esto que el mundo lo sepa no será problema— dice el asiático— en algunas pocas oportunidades, Pavel me decía que ustedes se encontrarán— por Dios que no sabía de eso y me muero pensando que puedo ser descubierta.

—Eso no tiene sentido— intento reflexionar pero Maximilian tiene los ojos en llamas— nosotros no nos hemos visto antes— miento porque nunca olvidaré la imagen de ese hombre grande entrando a las llamas como el diablo que es— no estamos mintiendo.

—Están jugando— es ahora el tal Tifón quien interviene riendo haciendo que su jefe lo pueda matar con los ojos— la relación tiene un tiempo— le dice al asiático que nos mira feliz.

Y las acciones de ese hombre que es la mano derecha del Satán me dicen que es demasiado importante en este lugar ya que está interviniendo con mentiras aún cuando el mismo americano las rechaza con disimulo pero no lo contradice, no soy estúpida, sé que el terreno que estoy pisando es peligroso, definitivamente nadie confía en mí y yo menos en ellos pero por lo menos yo entiendo la estrategia y aunque los labios aún me piquen por haber probado un veneno, le estamos dando a Nakamura lo que espera por lo que no me duermo en mis laureles y continuo de acero incapaz de recordar porque si lo hago, clavare mi puñal en el Satán, moriré aquí y mi hija seguramente también.

—Bueno está bien, lo reconocemos— pongo mi mejor sonrisa— estamos juntos desde hace un tiempo— enredo mi mano en el brazo ancho de mi enemigo que me mira odioso— ¿verdad?— sostengo sus músculos pero no dice nada— Max— presiono mis uñas sabiendo que puede arruinarlo todo…

—Así es— su voz gruesa y fría sale de sus labios haciendo que el aire me regrese a los pulmones— ya sabes, es la hija de uno de mis enemigos, no fue fácil pero— me mira nuevamente con los ojos marrones peligrosos trayendo el recuerdo de la primera vez que lo vi cuando le pusieron esa bala— pero aquí estamos y la Tríada ahora es mía— sentencia.

—Nuestra— hablo porque no le pienso dar todo— nos casaremos, esa ganancia ya es nuestra— siento como presiona mi mano con disimulo y duele pero no lo dejó notar.

—Les haré una pregunta y quiero que me respondan con la verdad— la sonrisa del asiático ha desaparecido y su seriedad nos pone a ambos en alerta— ¿Eres tu la madre de la niña?— pregunta y mi corazón se paraliza cuando quiero gritar que sí pero eso es imposible y más aún escuchando al Satán…

—No— dice seco soltando mi mano— Gianna no tiene madre, eso ya se sabe y no va a cambiar por nada, ni nadie— juro que lo quiero matar en este instante porque sus palabras son dagas para mí— desde que él mundo sabe que tengo una hija también sabe que es solo ella y nada más.

—Lo siento Max, claramente sabemos que los niños no los hace una sola persona y por un segundo creí que el misterio del origen de esa hermosa criatura estaba resuelto, si un hijo tuyo es importante, el hijo de un Zerboni y un Jones sería invencible— continúa pero el rechazo de la idea me gana.

El monstruo de dos mundos (TERMINADA) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora