TODA LA ATENCIÓN

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MAXIMILIAN

—!¡Que se vaya!.

Continúa la chiquilla a la que se le ponen las mejillas rojas exigiendo con los brazos cruzados y el ceño fruncido que bote a la mujer que prácticamente la ha criado y no la entiendo porque las veces que he discutido con su institutriz la he querido sacar de la casa pero sus llantos me lo han impedido, ahora mismo la caprichosa se mira con la otra loca que está en la misma posición y ambas me ven esperando no que haga algo, si no lo que les da la gana.

—!Sal!— gritó al insoportable animal que me jala del pantalón— Gianna, te he dicho que no abuses de la cercanía de este, llévalo a su jaula y te vas a dormir— lo hago a un lado— y tú, muévete que tengo cosas que hacer.

—No voy a ir a ningún, si quieres que te apoye— sonríe mirando a la mocosa que tiene la boca abierta— haz lo que te pido.

—¿Tú me apoyas?.

—Yo no soy uno de tus empleados, no obedezco órdenes, te apoyo, agradecido deberías estar— no lo puedo creer—no voy a permitir que esa mujer esté bajo este techo.

—¿Por qué puede llevarme?— me burlo.

—¡Que se vaya!.

No escucho una, si no dos voces de diferentes tonos haciendo que la arrogancia se me vaya al diablo y los oídos me duelan cuando el pasillo de mi casa se ha convertido en una especie de suplicio que no puedo terminar por tener no a una, si no a dos intolerantes mirándome como si tuvieran derecho a reclamarme algo, siempre he sabido el porque no quiero compromisos y para muestra un botón, suficiente tengo con Gianna que cree soy su propiedad para que ahora se le sume está loca que se metió en mi casa y en mi vida sin invitación y ni siquiera pueda coger con ella.

—¡Basta!, deja al mensajero, te vas a dormir de inmediato— le ordenó viendo que mira al suelo— ¿Que carajos te he dicho sobre eso?.

—Que no baje la cabeza— habla pero se sienta en el piso con el puma a su lado.

—Párate.

—¡No la grites!.

—Tu no te metas, la estoy corrigiendo.

—¿Gritar te parece una forma de corregir?— he pasado de querer agarrar su cuello a querer romperlo— déjala en paz, desde que te conozco solo la tratas mal— me empuja— eres una animal, si no la quieres, déjala.

—¡Cállate!— me harta— no te metas en lo que no te importa, ni tú ni nadie me va a decir que hacer con ella.

—¡Lo hago!— levanta la voz— Gianna tiene tres años, es una niña— se acerca en cada palabra— una niña que por tu culpa no tiene una vida normal.

Continúa y no hay nada que odie más que las imposiciones, no se quién le dijo a esta lunática que lo puede hacer y su dedo en mi pecho me dice no solo que está furiosa si no que por poco llora haciendo que la manipuladora que conozco muy bien se seque las lágrimas hipócritas y se levanté mirando el espectáculo, Brooke no deja de gritar que soy un animal y por mas que le digo que se calle solo grita más fuerte, no sé a qué carajos se refiere con una vida normal y solo puedo sostener su cuerpo con fuerza exigiendo que se calle y dejé de llorar.

—Es solo una niña— se limpia las lágrimas y me empuja— date cuenta, le estás robando mucho.

—¿Te estás metiendo la mierda que se metía Pavel?.

—Mirala bien— me jala y veo a la niña que está igual que yo, no entiende nada— es una pequeña hermosa, no va a un colegio normal, no juega con nadie, no le tienes paciencia, lo mucho que la veo interactuar es con un hombre de 50 años, participando en reuniones de asesinos y durmiendo con un animal que se la puede comer algún día— me empuja— dejala ser una niña normal.

—¿Cómo es una niña normal?— escucho a la garrapata.

—Una que va al colegio— se le dulcifica la voz y se limpia las lágrimas— que está con vestidos y peinados muy hermosos, que pueda tener una bonita casa de muñecas, tener amigos de tu edad, jugar con pelotas, sonreír y ser muy feliz— se acerca a ella— compartir con niños que tengan muchos juguetes.

—¿Compartir?— pregunta con atención y me río porque se a donde va esto— ¿eso quiere decir que tengo que estar con más niños y no seré yo quien tenga toda la atención?— la cara de Brooke es un poema de confusión.

—Tienes toda la atención, además los niños también tienen mascotas.

—¿Mascotas?.

—Si— le acomoda el cabello y me sorprende que se deje— gatitos, perros muy lindos, loros, hasta peces, es más, las niñas pueden tener coronas y los niños, ¿Que te gustaría?.

—¡Papá!— la escuchó gritar— no quiero que nadie tenga coronas, yo soy la única que puede tenerlas— chilla— dime qué nadie más tendrá.

—Gianna.

—!No!— la mira de vuelta— un pescado no puede rugir, también tenemos perritos— hace pucheros— son negros, grandes y muy inteligentes— habla de los rotwailer— los niños tienen piojos, papá me lo dijo, además yo estudio, Puedo contar en francés, ellos no saben francés, no quiero que nadie más tenga coronas.

—Pero nena.

—!No quiero compartir!— me dice roja y estira los brazos para que la cargue.

—Se acabo está estupidez, te vas a dormir— la levanto— deja de chillar que no te vas a juntar con niños piojosos, eres la única con corona— respira tranquila y miramos a la mujer— tu camina que nos vamos a Singapur.

—¿Y ella?.

—Se queda.

—No me voy a mover hasta que no saques a esa idiota.

—¡Tifón!— grito y aparece— ya sabes que te quedas con esta niña— se la entrego y sigue molesta con el.

—Dile a Paulette que está despedida, si tiene dudas— la maniática se pone a mi lado— que hable conmigo, una vez que lo hayas hecho, nos vamos a Singapur.

—No le das ordenes a mi gente.

—Paulette se quiere llevar a mi papá, dile Tifón, dile que no se llevará a mi papi, si lo haces, dejaré de estar molesta contigo— la traidora abraza al baboso que le hace caso en todo.

—Considero que deberíamos ir con ella.

—¡No!.

—¿Porque no?— sigue con su mierda— no es bueno que se quede aquí, sola y desprotegida.

—Ya me cansaste— la gritó y me acerco — deja la idiotez y que te quede algo muy claro, lo que tú pienses— pongo mi dedo en su cabeza.

—Es cuestión de proteger tu futuro como tanto quieres, la llevaste ese día cuando fuiste a buscar a Nakamura, deja de actuar.

—En mi territorio y aún así, sin confianza porque uno no sabe cuándo puede aparecer un traidor y siempre hay que estar preparado.

—Pero ella.

—Se queda, no me sigas jodiendo si no quieres terminar igual que tú hermano, no voy a exponerla por tus traumas o delirios mentales, Asia será siempre un lugar peligroso, es por eso que también vas, es muy diferente que te pongan una bala en la cabeza a ti a qué lo hagan con ella.

—Yo no quiero eso— veo horror en ella.

—Mas te vale, no se me olvida que traicionaste a la Tríada para engrandecer el apellido de tu padre de mierda, se queda aquí y camina porque ya me hartaste.

—¿Y Paulette?— escucho a la otra fastidiosa.

—Dasela al jodido mensajero si quieres, pero obedezcan.

Me harto y camino con esa mujer detrás de mí, el avión está en la pista y subimos no sin antes ver cómo papá está despierto mirando desde la ventana, Brooke no deja de observarme y mi atención también va al tal Sánchez que está en mi avión diciendo que lo lamenta pero el va dónde está su señora, no pienso seguir haciendo bilis por lo que me voy a lo mío revisando las coordenadas, varias horas nos esperan y la fachada del arquitecto es un fastidio sumado a la mujer que me pregunta quien es la madre de Gianna.

El monstruo de dos mundos (TERMINADA) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora