El monstruo de dos mundos (TERMINADA)

NOS VAMOS

TIFÓN

—¿Mi niña está triste?— pregunto viendo a mi demonia que está detrás de la puerta sentada y el felino a su lado— Gianna.

—Papá tiene mucho tiempo encerrado con esa mujer— bufa irritada haciendo un puchero— ¿De dónde salió y porque con ella si juega y conmigo no?— reclama como una adulta y la cargo para que se calme mientras me río.

—Es distinto mi pequeña, esos son negocios— que ni yo mismo entiendo pero debo actuar— esa mujer es un negocio, tu eres su hija.

La hija que realmente es de su hermano y la niña que llena de luz está oscura morada a la que sirvo fielmente y aún así tampoco tengo las explicaciones o respuestas que espero, Gianna sabe que ya es hora de darle de comer al mensajero por lo que se baja rápido y corre hacia la jaula con el animal que la sigue mientras yo voy a la mía, los calabozos dónde están los hombres que vinieron con esa mujer que hasta ahora no puedo comprender cómo es que William Jones tuvo otro hijo amando tanto a Maryse.

—¡Basta!— ordenó que dejen de echarle agua helada a Pavel— yo me haré cargo— obedecen y desaparecen.

—¿Ya estás lúcido?— le pregunto al rubio que es físicamente idéntico a su padre el cual tiembla— !Habla!.

—Vi a la niña, esa niña está viva— se que habla de Gianna y la forma en la que se rasca la piel me dice lo que ya se había comentado antes— Max la tiene, llama a Brooke— dice lo que me interesa.

—¿De dónde salió ella?— le pregunto al estúpido que está pálido y desorientado repitiendo que tiene sed— eres realmente una burla al apellido que alguna vez se le respeto tanto— ¡De dónde salió esa mujer!.

—Del infierno— se jala el cabello y se lastima la piel— ¡Maldita sea dame lo que necesito!Llama a Brooke— grita el nombre de la hermana que salió de la nada— ¡Brooke! Haré lo que quieras— golpea las rejas haciendo un escándalo— ¡Dame!.

Su desesperación por la droga es una que se huele a kilómetros y los que trabajamos en este mundo sabemos lo que es, estúpidamente Pavel cruzó esa línea de meterse aquello que solo debió producir pero ni este inútil ni Antuan estaban interesados en ello sin embargo quisieron jugar en las grandes ligas. La ansiedad en este hombre es tanta como el miedo que le tiene a su hermana, eso no tiene sentido para mí pero aún así tengo los polvos que lo hacen actuar como el mensajero cuando tiene hambre.

—¡Dámela!— estira los brazos lastimados por los barrotes— te lo ruego…

—Lo haré— juego con él— pero primero que dirás quien es ella— balanceo lo que tengo viendo que parece una mascota— ¿Quien es esa mujer?.

—Es Brooke— grita como loco— es ella— se da vueltas tratando de alcanzar lo que tengo pero no lo dejo— pareces un animal— me asquea verlo.

—Antuan también lo hacía— por un segundo parece lúcido— el era tan adicto como yo. ¿El también te daba asco?.

Me pregunta haciendo que sienta culpa por no haberme dado cuenta a tiempo, si Antuan lo hacía nunca lo supe con exactitud, ví nacer a ese par y aún así uno está muerto y el otro lleno de odio, no es que quiera que sean ángeles, aquí todos somos monstruos pero nunca quise que los hijos de la única mujer que amé en mi vida terminarán de esta manera.

La sonrisa ganadora se me borra al recordar a Josephine, hermosa y única como nadie, admirada por todos, una mujer que te hacía soñar con su alma presencia, eso fue lo que me pasó a mi, ella jamás supo de mi gran amor sin embargo la amo y sus hijos es como su hubiesen sido de mis mejores cuentos, cuentos que se transformaron en historias de terror y peligro, peligro que se que nos acecha con esa mujer que ha aparecido de la nada.

—¡Dime quién es ella!— le exijo pero parece un demente diciendo que es la muerte y que todo está perdido— ella igual va a ganar — repite golpeando las paredes— ella tiene el poder.

—¿Le has dado el poder a esta mujer?— la voz de Max aparece detrás de mi y detrás de él la hermosa mujer que tiene dagas en los ojos— ¡Habla!.

—Pavel— dice ella acercándose pero Max no la deja— no es un animal— reclama.

—Lo es, míralo.

Lo agarra el Satán como si de un peluche se tratara haciendo que el rubio se queje pero no puede hacer más que gritarle cuánto lo odia, cuánto odia no haberle ganado, cada golpe que Max le da, lo recibe como si no sintiera y es que su mente está perdida, no queda ni el polvo de lo que fue Pavel Jones y el espantapájaros mira a su supuesta hermana que parece disfruta su dolor pero también mira con odio al Satán.

—Basta Max, lo vas a matar… El debe ser presentado como el traidor que es, si William está muerto, su sucesor es el.

—No lo es— me grita la mujer.

—Lo es, tu no tienes nada que hacer aquí, tu— la señaló pero me quedo a medias cuando escucho lo que me dice el Satán— ¿Que dijiste?.

—Akiro y la Tríada los mandaron, la manera en la que quieren que los Jones paguen la hospitalidad que les dieron— alista armas y le parte el brazo a Pavel por puro placer— es llevando la cabeza de Gianna ante ellos— explica haciendo que se me congelé la sangre mientras miro a esa mujer.

—¿La niña?— paso saliva viendo los ojos infernales del monstruo— ¡Perra!— me voy contra la maldita que se aleja y se escuda en ese tal Sánchez— están en nuestros territorio— me rechinan los dientes mientras ella toma el arma que el mismo Max le da— ¿Que carajos estás haciendo?.

—Alianzas— me responde el monstruo que se quita la parte superior del traje caro y fino que tiene— ven acá— jala a la mujer que se llama Brooke y le pone una daga en la mano— más te vale que valores tu vida lo suficiente como para no hacer una estupidez— el cuerpo de ella está pegado en las rejas y ambos pisan a Pavel que se sigue arrastrando en el piso— no confío en ti.

—No parece— lo mira y digo lo mismo pero Max la agarra del cuello con tanta fuerza que le quita el aire.

—No confío en ti y mucho menos te voy a confiar mis lecciones— se que habla por la niña— sin embargo, tomaré el riesgo de dejar que me lleves dónde dices— la suelta cuando la vemos que está cambiando su color— toma a la niña y llévala dónde ya sabes— me da la orden y ella pregunta a dónde.

—A ti que te importa— le gritó a la intrusa.

—Les daré la cabeza de Akiro, la Tríada puede ser de ustedes si lo saben manejar, pero me tengo que llevar a la niña— habla y la quiero matar.

—¿Qué hiciste Max?.

—¿Yo?— me pregunta con sadismo— aún no he hecho nada— la mira y ella está totalmente sorprendida.

—No puedo llegar a Japón sin ella, ella es la amenaza, se supone que no tienes hijos y ahora tienes una— luce realmente desesperada— me la tienes que dar— golpea su pecho y lo harta.

—Nadie va a tocar lo que es mío— le grita haciendo que me sienta orgulloso— sin embargo, tu si me darás lo que yo quiero y si lo haces— presiona su rostro— puedo evaluar que tú asqueroso apellido regrese a mi Inframundo— la suelta haciendo que casi caiga pero no lo hace— ¡Vámonos!.