Starry Night

Cap13. The One

El anuncio para el perfume "The One" de Dolce & Gabbana presenta una ambientación cálida y vibrante en las calles de Nápoles, Italia. La escena se desarrolla en un mercado al aire libre, lleno de vida, con puestos de frutas, verduras y otros productos frescos. Aproximadamente un centenar de extras participan en la escena.

Juanjo y Martin fueron instalados en una carpa cerca del "set", donde las cámaras, luces y demás estaban ya en su posición. Los locales se emocionaron al verlos llegar; los móviles estaban prohibidos, así que solo murmuraban entre ellos sobre la presencia de dos artistas de talla mundial trabajando entre ellos. Muchos de ellos estaban vestidos con atuendos que evocaban la historia italiana, algunos escenificando cuadros renacentistas y otros simplemente con ropa coloquial del lugar. Los artistas se sorprendieron por la gran cantidad de extras que requería la producción.

—Bueno, empezamos contigo, Juanjo —dijo Salma, acercándose con entusiasmo por iniciar uno de sus proyectos más importantes—. Solo sé tú, cariño. La cámara te seguirá, interactúa con la gente; ellos serán orgánicos, no les hemos marcado nada. Siente la música y mézclate entre ellos.

El cantante asintió emocionado y se posicionó en el lugar indicado.

Martin observaba la escena fascinado. Juanjo se veía tan bien en medio de todo el alboroto, mostrando poderío y elegancia. La música de fondo, animada y tradicional, capturaba la esencia del lugar y creaba un ambiente festivo.

Juanjo no miraba a la cámara; caminaba, embelesado por la arquitectura, y saludaba de lejos a los locales que intentaban captar su atención. Solo sonreía y reía entre la gente, mostrando una química natural que realzaba su atractivo. Una mujer mayor lo tomó de la mano, y él la saludó con dos besos en las mejillas. El corazón de Martin se ablandó al verlo; era tan auténtico, tan real.

Martin soltó una carcajada al ver cómo los vendedores llamaban a Juanjo, algunos mostrándole cosas extrañas, como enormes calamares, lo que hacía resaltar su risa.

Los locales con instrumentos se acercaron y, junto con el resto, empezaron a rodearlo. Martin rió al ver a Juanjo por un momento perdido, pero la cámara seguía enfocándolo. La gente a su alrededor lo animaba a bailar, y el cantante empezó a aplaudir al ritmo de la música, aceptando luego la mano de una señora para bailar con ella.

Era un placer ver a Juanjo ser tan natural, sintiéndose parte del pueblo, siendo tan querido como realmente era. Su corazón se ablandó aún más al verlo cargar a un niño y hacerlo bailar. Suspiró al reconocer que ese siempre había sido él y lo equivocado que había estado al pensar que era un falso durante tanto tiempo.

Martin decidió dejar de mirar, porque el pensamiento de no poder hacer lo que hacía el maño lo abrumó. No tenía la naturalidad de Juanjo con la gente, no poseía ese don para ganarse el cariño de las personas tan rápido. Tragó saliva, pensando que no lo iba a hacer bien.

El ruido de los aplausos anunciando el fin de la toma de Juanjo lo interrumpió, y vio cómo todos lo felicitaban por haberlo hecho tan bien a la primera. Juanjo se quedó conversando con las personas a su alrededor, agradeciéndoles y escuchándolos.

—Salió perfecto. Solo necesitamos unas tomas más específicas, pero será después de lo de Martin —dijo Salma, acercándose con Juanjo para dejarlo en su zona de descanso, y se dirigió a Martin—. Martin, en 20 minutos empezamos contigo; los locales se tomarán un breve descanso —explicó antes de salir nuevamente a ultimar detalles.

Juanjo, sin mirarlo y mucho menos hablarle, se sentó frente a él, bebió de una botella de agua que había para ellos, y se concentró en su móvil.

Martin, por su parte, no podía dejar de mover la pierna de los nervios. Le tocaba en 20 minutos y no estaba seguro de hacerlo tan bien. Los papeles que obtenía y que lo habían catapultado como uno de los mejores del país los preparaba con mucho tiempo de anticipación. No solo estudiaba los guiones a la perfección, sino que asistía a clases y se mentalizaba para convertirse en un personaje completamente distinto a él. Pero ahora, toda la seguridad que tenía se había esfumado; era un papel que hacía de sí mismo, en una sola toma, y realizando cosas que en su vida real jamás haría.